Veinte años del día más triste

M. A. G-S.
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Se cumplen dos décadas del encuentro en El Ejido en el que el Calahorra se quedó a las puertas de la Segunda

El Calahorra hizo una gran temporada, logrando su clasificación como tercero en El Plantío. En la imagen, Repa ante un jugador rojillo. - Foto: Luis López Araico

El fútbol, como la historia, es un acontecimiento cíclico. Dos décadas ha tardado el conjunto rojillo en volver a un ‘play off’ de ascenso a Segunda B. 240 meses es lo que se ha demorado Miguel Martínez de Corta en volver a La Planilla. Veinte años se cumplen hoy de la efeméride más triste del ClubDeportivo Calahorra, entidad que está a punto de festejar su primer siglo de existencia pero que no puede olvidar lo sucedido en El Ejido un 24 de junio de 2001. 

Aunque la historia se ha puesto del lado de los rojillos, uno de los cuarenta clubes que estrenarán la Primera RFEF, fue el hoy desaparecido Poli Ejido el que sonrió hace veinte años. El conjunto almeriense se hizo con un ascenso que pudo y debió ser rojillo. El colofón a una temporada antológica no pudo ser peor.

El Calahorra de Emilio Remírez, con un once recitado de memoria por todos sus aficionados (Urroz, Moya, Cuéllar, Cruz Ochoa, Costanilla, Durán, Fran, Txiki, Beramendi, Sola e Ipintza), se clasificó para su primera fase de ascenso a Segunda como tercer clasificado, con 64 puntos.

En el ‘play off’ se citó con los filiales de Atlético de Madrid y Espanyol, más el Poli Ejido, en el que militaba un  jovencísimo Francisco, hoy entrenador del Girona. Dirigía el equipo almeriense Antonio Tapias.

El Calahorra fue la revelación del grupo, por su estilo desenfadado y eficaz. Debutaron con victoria ante el Espanyol B (0-1) aunque en la segunda jornada echaron un borrón en La Planilla (1-2) con el filial colchonero. Se rehicieron ganando por 2-0 al Atlético Madrileño y 2-1 al Espanyol B. Entraron en las dos útlimas jornadas con 9 puntos de 12. El Poli Ejido visitó La Planilla con seis pero se impuso por 0-2. Fue el principio del fin. En la última jornada, en Santo Domingo, al Calahorra sólo le valía ganar. Lo hizo en el césped aunque el marcador fue 1-1. Adrián, uno de los riojanos que militaban a las órdenes de Emilio Remírez, marcó en el 53 pero fue insuficiente. Patri, siete después, hizo la igualada. El colegiado del encuentro, Gil García, no decretó un penalti por mano alevosa de un defensa ni validó un gol sacado dentro de la portería por el guardameta andaluz.

El triple empate a diez puntos favoreció al Poli Ejido, con el Atlético B, segundo y el Calahorra, tercero.

Fue un encuentro tan accidentado que nadie en la ciudad bimilenaria se explica qué pudo pasar y cómo se escapó un ascenso que el Calahorra mereció por derecho.