Sáinz-Villegas: 'La música inspira y une el mundo'

Víctor Zurrunero
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Cuando tenía siete años se subió a un escenario por primera vez y desde entonces ha actuado en las tablas más importantes del mundo. Aunque reside en Estados Unidos nunca olvida su tierra, donde se siente muy querido.

Sáinz-Villegas: 'La música inspira y une el mundo' - Foto: Óscar Solorzano

Su talento con la guitarra y su proyección internacional le han convertido en uno de los mejores embajadores de la cultura española y riojana. Pablo Sáinz-Villegas no pierde ocasión para relatar las maravillas de la tierra que le vio nacer hace 43 años y siempre que puede regresa a casa para compartir con su familia un tiempo que le sirve para recargar pilas. Su amor por la música lo ha canalizado a través de una fundación El legado de la música sin fronteras, con la que ayuda a niños de diferentes partes del mundo. A pesar del glamour que rodea su profesión, Pablo es un riojano de gustos sencillos que disfruta con un paseo en plena naturaleza o compartiendo un vino de Rioja con amigos en casa. 


¿Cuándo comienza su historia de amor con la guitarra?
A los siete años salí por primera vez a un escenario. Fue en el teatro Gonzalo de Berceo. Ahí empezó la magia, ese fue el momento que definió el resto de mi camino. 

 

¿Cuántas guitarras tiene?
En este momento toco solamente con una, pero conservo todas las que he tenido a lo largo de mi vida. En total son cinco guitarras. 

 

El público le relaciona con la guitarra clásica, pero, ¿tiene usted alma de rockero?
Sin duda, (sonríe). De vez en cuando sale y espero que siga haciéndolo. 

 

Lleva un tiempo viviendo en Estados Unidos, ¿qué es lo que más le gusta de allí?
Me gusta su mentalidad, su capacidad para creer en los sueños y hacerlos realidad, la habilidad que demuestran para vender cualquier cosa. 

 

Y de La Rioja, ¿qué es lo que más echa de menos?
Los paseos por la naturaleza. Siempre he disfrutado tremendamente de las sendas a lo largo del río Iregua, del río Leza. 

 

¿Cómo lleva el Jet Lag con tanto viaje por el mundo?
En estos momentos, la pandemia ha reducido mucho los viajes. Pero ahora tengo el síndrome contrario, por la ausencia de ellos. 

 

De todos los escenarios donde ha actuado, ¿cuál es el que más le ha impresionado?
Recuerdo un escenario flotante en el río Amazonas donde actué junto al tenor Plácido Domingo. 

 

Me han contado que es usted un gran bailarín.
Me encanta bailar, especialmente la salsa. Cuando escucho música no puedo evitar mover un pie, luego la pierna, le acompaña la cadera y luego todo el cuerpo (ríe).


¿Y a cantar, se ha animado en alguna ocasión?
De niño tenía una voz muy bonita, pero en la adolescencia me cambió y se fue ese tono dulce. Pero en la ducha hago mis pinitos (sonríe).

 

¿Tiene mucha manías antes de subir al escenario?
Yo no las llamaría manías, son rutinas que repito y que me ayuda a llegar a un lugar interior mágico que después quiero compartir con el público. 

 

¿De todos lo países que ha visitado, cual es el que más le ha sorprendido?
Nueva Zelanda, porque soy un gran amante de la naturaleza. 

 

¿Le queda tiempo para otras aficiones?
Claro, en la vida siempre hay tiempo para otras cosas. Me encanta bailar, leer, disfrutar de la naturaleza, reunirme con los amigos en casa y compartir un vino de Rioja, de mi tierra. 

 

¿Es verdad que es adicto al chocolate?
Yo no diría adicto, ja ja ja.  Pero es verdad que me gusta un buen chocolate a la taza y un par de churros, no necesito más. 

 

¿Tiene aseguradas su manos?
No, y es algo que mucha gente me dice. Pero es parte de mi manera de ver la vida, vivo el presente, pero es verdad que cuido mucho mis manos. 

 

¿Cómo las cuida?
Hago una vida normal, pero intento evitar deportes de riesgo o situaciones en las manos puedan estar expuestas. Pero tengo unas manos fuertes, herencia de mis abuelos que eran labradores.

 

¿Alguna vez le han dicho que tiene dedos mágicos?
Sí, pero al final no dejan de ser un instrumento más, la magia esta dentro de las personas. 

 

¿Se siente profeta en su tierra?
Si, me siento muy querido en La Rioja, y eso me llena de orgullo, por todo el cariño que recibo aquí. 

 

¿Cómo llevan sus padres la distancia?
Están acostumbrados, salí de La Rioja con 18 años y tengo 43. A estas alturas lo llevan con naturalidad. 

 

A pesar del éxito, no descuida su faceta solidaria con el proyecto El legado de la música sin fronteras. ¿Qué le ha aportado esta experiencia?
A mi me ha enseñado que la música es para todos los seres humanos, le pertenece al gente, independientemente de su edad, condición social, cultura o fe. Ha sido un regalo para mi alma.

 

¿Qué sueño le queda por cumplir?
Espero que muchísimos. Al final los seres humanos somos creadores de sueños, algo que nos diferencia de los animales. Los sueños son objetivos, son propósitos y existen para ser cumplidos. 

 

¿En alguna ocasión se ha quedado en blanco en el escenario?
Sí, recuerdo una vez. Estaba en Francia, tocando Recuerdos de la Alhambra. Plácido Domingo me dijo en una ocasión que nos tenemos que entregar al público en cuerpo y alma, también en el error. Soy humano y el error forma parte del ser humano, pero siempre tengo el compromiso con la excelencia. Cuando cometo un error, hay que aceptarlo, aprender de ello y seguir caminando.