El servicio de la Cocina Económica de Logroño también se ha visto afectado por las consecuencias de la crisis arrastrada por el Covid-19. Los cerca de 4.500 servicios ofrecidos por la entidad durante junio 2019 se ven opacados por los alrededor de 8.700 con los que han finalizado el mismo mes este año.
Esta proeza, como la mayoría de las veces en estos casos, se ha logrado por medio de la implicación vocacional de muchas personas. En este caso, han sido 12 los jóvenes que se han incluido recientemente en el equipo de voluntarios, para atender a los vecinos que acuden día a día a este espacio y, así, sustituir y proteger a los voluntarios de edades más avanzadas.
«La pandemia ha tenido un efecto devastador en La Rioja. Sobre todo, se ha observado el incremento de familias que vienen, con hijos y seguramente en paro o en ERTE», apreció el presidente de la Cocina Económica, Emilio Carreras. Por ahora el aforo de su comedor está limitado a la mitad, debido a la medidas de seguridad tomadas por el coronavirus. De las 120 plazas que dispone solo han sido habilitadas 70, reservadas para «los sin techo de La Rioja que ya venían con asiduidad antes de la pandemia», aclaró el presidente.
«Estamos muy contentos con el trabajo del personal voluntario», destacó Carreras. Y prosiguió: «Además, acabamos de reabrir nuestro Centro de Educación Infantil, y también estamos muy satisfechos con su personal». Este servicio fue habilitado de nuevo el pasado de 1 de julio y, desde él se están atendiendo a al menos 15 menores, pertenecientes a familias riojanas en situación de pobreza. «Su reapertura es aún reciente pero normalmente este servicio infantil acoge a más de 40 niños», detalló Carreras.
El trabajo realizado en la Cocina Económica se nutre de las donaciones de particulares y entidades como el Banco de Alimentos, que comenzó una campaña el pasado 1 de julio en los supermercados Alcampo y quese mantendrá hasta mañana.
Casi 300 entregas de comida al día para los logroñeses más desfavorecidos
Todos y cada uno de los días del año, los cocineros y voluntarios de la Cocina Económica de Logroño se encargan de combatir el hambre en la capital riojana. Una labor especialmente importante en los tiempos que corren, al haberse duplicado el número de familias necesitadas.
Primer y segundo plato calientes, junto a un acompañamiento de agua, pan y postre, es el contenido de estos lotes que cada día los voluntarios reparten entre las 12:30 y las 13:30, para que quien lo necesite pueda comer y cenar.
«De momento esta tendencia se mantiene y como siga así prevemos que durante la vendimia lleguemos a los 11.000 servicios, debido a la llegada de los temporeros», pronostica el presidente de la Cocina Económica, Emilio Carreras.