El grafiti cambia Logroño

El Día
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Varios artistas que empezaron pintando en la calle han terminando convirtiendo su obra en una forma de trabajo y estilo de vida

Rubén Ruiz (Logroño, 1983), más conocido como Chavolar, junto a su obra de Notorius Big y 2Pac ubicada en The Urban Ruster de Logroño. - Foto: Chavolar

La calle siempre ha sido sinónimo de libertad y de expresión, algo que hemos aprendido y valorado más que nunca tras el confinamiento. Pero, con o sin la Covid, esto ha sido siempre así, y los muros de los parques y de algunos barrios de Logroño son un claro ejemplo de esto. En ellos, muchos jóvenes han plasmado sus emociones y sus reivindicaciones durante generaciones, aunque puede que muchas veces en contra de la legalidad y de la opinión de otros tantos. Pero las cosas están cambiando y estos primeros grafitis han ido evolucionado en murales con mayor detalle y profundidad. El garabato callejero se ha elevado a la categoría de arte, y vecinos y comerciantes comienzan a valorar su estética y el matiz ornamental que aporta a las calles de la capital.


Para entender esto podríamos fijarnos en la trayectoria de artistas como Rubén Ruiz (Logroño, 1983), más conocido como Chavolar, quien se inició en esta disciplina urbana en la rotonda  Las Luces, junto al parque San Adrián: posiblemente el enclave más representativo del grafiti de Logroño, antes de su reforma. «Era nuestra escuela, algo precioso», recuerda el artista sobre el espacio donde aprendió todo lo que sabe. «Acabó siendo legal tras pedir permiso al Ayuntamiento», relata. Y continúa: «es una pena que ahora no exista un lugar así para los más jóvenes».


Muchas de las obras de Chavolar fueron arrasadas tras la reforma de Las Luces pero, aunque no haya ni huella de sus inicios, sus ilustraciones es han cobrado fuerza con los años y  ahora vive enteramente de ellos. Es el caso deñ mural de Notorious Big y 2Pac, considerados como «los más grandes» en la cultura del hip hop, ubicada en The Urban Ruster de Logroño, un el establecimiento dedicado al free style, donde jóvenes raperos de dentro y fuera de la región combaten con sus versos por ver quién es el mejor. 

 

«El muralismo es una acto de transformación cultural»


Otro artista más joven que vive de lo que le gusta, «dibujar y hacer realidad proyectos e ideas» es Jorge Ochagavía (Logroño, 1997). A diferencia de Chavolar,  cursó sus estudios en la Escuela Superior de Diseño de La Rioja y, en la actualidad, sus obras revisten el concesionario de Seat de Barcelona o el diseño de los batidos Okey. «Lo que más me gusta de mi trabajo es que tengo libertad para dibujar con mi estilo propio, aunque luego se adapte a lo que te piden», confiesa Ochagavía. 
Pero sus trabajos no solo van dirigidos a grandes marcas.

 

De hecho, La Rioja cuenta con varios de ellos adornando sus calles, como es el caso del dragón oriental que da forma a la muralla de Calahorra y el de la fachada de la escuela de música Píccolo y Saxo de Logroño. Esta obra que se extiende por toda la superficie de sus paredes exteriores y llena de color las afueras de la escuela, con sus profesores y alumnos retratados en ella. «Dibujé a una de las estudiantes sin que ella lo supiera. Aún recuerdo la ilusión y sorpresa de la niña al verlo», recuerda.


LA FUNCIÓN DEL ARTE. «El muralismo es una acto de transformación cultural, en el que lo importante es lo que sienta y transmita el autor y el impacto que tenga», resume la artista de una de las obras callejeras más recientes de la capital riojana. Andrea Btoy (Barcelona, 1997) es la autora del mural que da entrada a la Laurel, por la calle Bretón. Un homenaje a la escritora riojana María de la O Lejárraga, realizado mediante la técnica de plantillas ‘stencil’ en la entrada de la calle La Laurel. A su autora le gustó pintarla porque se trata de «una mujer que ha generado cultura en La Rioja y, la mayoría, se ha olvidado de ella».

 

Además, la muralista que plasmó esta obra es reconocida a nivel internacional, llevando sus trabajos a las calles de todo el mundo e , incluso, colaborando en proyectos comunitarios con el anónimo durante muchos años, Banksy.


«Ahora las redes sociales tiene un gran poder de transformación, pero la calle también interviene y lo ha hecho siempre», apunta Btoy. Considera que «es momento de crear una escena cultural en Logroño». Para esta artista, que la ciudad sea pequeño hace que «sus actores sean más cercanos y, a su vez, permisivos».