En la primera llamada telefónica entre Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea (CE) y Joe Biden, recién proclamado presidente de los Estados Unidos, ambos líderes han acordado suspender los aranceles que los dos territorios habían establecido derivados de la disputa surgida con las aeronaúticas Boeing y Airbus y que incomprensiblemente terminó afectando al campo español. «Como esperanzador inicio para la nueva relación entre la Unión Europea y Estados Unidos, hemos acordado suspender todos los aranceles relacionados con la disputa Airbus-Boeing, tanto en productos aeronáuticos como de otro tipo, por un periodo inicial de cuatro meses. También nos hemos comprometido a resolver la citada disputa», se podía leer en la cuenta de twitter de von der Leyen hace unos días.
Este anuncio es una sorpresa, ya que la administración de Joe Biden había decidido prolongar hasta el mes de agosto estas tasas debido a que en principio solo se revisan cada seis meses y la oportunidad que hubo en febrero habría sido precipitada dada la reciente toma de posesión del presidente estadounidense. Probablemente el anuncio sea en parte fruto de la presión que algunos estados miembros de la Unión Europea han estado ejerciendo sobre ciertas instituciones de la UE. El pasado 14 de enero, además, el presidente de la Comisión de Agricultura del Parlamento Europeo, el alemán Norbert Lins, propuso a la Comisión Europea que plantease a Estados Unidos una suspensión temporal de los aranceles mientras durasen las negociaciones para la resolución del conflicto.
Lógicamente, las reacciones en España no se han hecho esperar y todas han coincidido en alabar la medida. No en vano, estos aranceles eran un lastre importante para productos de gran importancia en el campo español como el vino, el queso, el aceite o las aceitunas, que soportaban unas tasas del 25% si querían viajar hasta el país norteamericano.
En el Gobierno español, la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, ha calificado la suspensión de estas tasas como un «gran paso» para alcanzar cuanto antes una solución definitiva en el seno de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y lograr «levantar definitivamente unos aranceles que están lastrando a la industria agroalimentaria española, y poder retomar las exportaciones al mercado estadounidense».
Por su parte, el titular de Agricultura, Luis Planas, ha reconocido que se trata de una «excelente noticia» para el conjunto del sector agroalimentario, que se ha visto «injustamente afectado por estos aranceles que nada tienen que ver con él» . Sobre todo, en un contexto como en el que la recuperación del mercado estadounidense será fundamental para algunos productos como el vino o el aceite de oliva, que se están viendo dañados también por la crisis del coronavirus. «Un comercio internacional basado en reglas favorece intercambios equilibrados, que se traduce en más empleo y más riqueza», sobre todo en el medio rural, donde se asienta la mayoría de las empresas agroalimentarias.
El vino ha sido uno de los sectores más afectados y la Federación Española del Vino (FEV) ha celebrado el acuerdo y ha recordado que estos impuestos provocaron en 2020 una caída del 9% en valor y del 4,5% en volumen, además de una disminución de cerca del 5% en el precio medio del vino que se exporta. La medida impuesta por la administración Trump, explica la FEV, afectaba gravemente a casi el 90% de las bodegas que, además de ver disminuida su facturación por una caída en el volumen exportado, han tenido que absorber en su margen comercial todo o gran parte de ese 25% para no elevar su precio de venta, lo que ha significado una pérdida adicional.
El director general de este organismo, José Luis Benítez, ha calificado de «excelente noticia» el anuncio, porque pone fin a unos aranceles «profundamente injustos» al vino español por un conflicto comercial con el que nada tenía que ver. Además ha solicitado a las autoridades españolas que presionen a la UE para negociar «desde ya una solución definitiva» al problema con EEUU que consolide la suspensión, por ahora temporal, de los aranceles en un mercado que es fundamental para el vino español envasado, pues supone de media casi el 26% de sus exportaciones fuera de la Unión Europea y es su tercer destino de exportación. De hecho, para una de cada cuatro bodegas este país es su principal comprador.
A escala regional, el consejero de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural del Gobierno de Castilla-La Mancha, Francisco Martínez Arroyo, ha resaltado que es una «buenísima noticia» poder contar ahora con cuatro meses de «tregua» sin aranceles y que «permiten negociar a dos socios comerciales leales y fiables» como son la Unión Europea y Estados Unidos. En esta región tienen gran peso el olivar, el vino y el queso y miles de productores se verán beneficiados.
Para denominaciones de origen como el vino de Rioja es también una gran noticia. A pesar de que en 2020 habían aumentado las exportaciones a Estados Unidos un 8%, el valor de estas ventas había descendido debido a que las bodegas estaban repercutiendo sobre sí mismas ese 25% de aranceles para no perder los clientes, por lo que la situación no parecía sostenible por mucho más tiempo.