La selección española de balonmano deberá esperar para sellar la clasificación para las semifinales del Europeo de Hungría y Eslovaquia tras perder este domingo por 23-27 ante Noruega, en un encuentro en el que nunca encontró respuesta, ni en ataque ni en defensa, al juego del equipo nórdico.
Una derrota, la primera de los de Jordi Ribera en este Europeo, que no impedirá a los "Hispanos" llegar a la última jornada, en la que se medirán el próximo martes con la ya eliminada Polonia, dependiendo de sí mismos para acceder a la lucha por las medallas.
Pese a ser consciente de que debía actuar con la paciencia necesaria en ataque para generar espacios en la sólida defensa noruega, el conjunto español no tardó en caer en la precipitación.
España deberá esperar para alcanzar las semifinalesLas prisas generaron un doble problema para el equipo español, ya que con sus rápidos lanzamientos no sólo permitió coger confianza al portero Torbjoern Bergerud, sino que además, y quizá lo más peligroso, dio alas al veloz juego de transición del conjunto nórdico.
Un auténtico quebradero de cabeza para los "Hispanos", que sin tiempo de hacer los cambios ataque-defensa y de organizar su zaga ofrecieron numerosos espacios que Noruega aprovechó una y otra vez por medio del pivote Magnus Gullerud, que firmó hasta cuatro tantos en la primera parte.
Las dificultades ofensivas y defensivas de España permitieron a los nórdicos situarse a los trece minutos de juego con una inquietante ventaja de cuatro tantos (4-8) que obligó a pedir con urgencia un tiempo muerto al seleccionador español.
España deberá esperar para alcanzar las semifinalesPero España siguió empeñada en buscar acciones ofensivas por la zona central, pese a que cuando llegó el balón a los extremos mostró una gran efectividad, como evidenció el hecho de que Aleix Gómez firmó los cuatro primeros tantos del conjunto español.
Una situación que pareció cambiar con la salida a la pista del central Dani Sarmiento, que dio un poco más de continuidad al juego ofensivo del equipo español, lo que no tardó en traducirse en una mejoría en su efectividad (8-10).
España frenó las rápidas transiciones del equipo noruego, que se mostró mucho menos seguro en su ataque cuando tuvo que enfrentarse a la defensa española perfectamente formada.
Una circunstancia que, unida a la irrupción del portero Gonzalo Pérez de Vargas, pareció situar a España en el camino de reconducir la situación, pero de nuevo la falta de acierto en ataque, ante una Noruega cada vez más cerrada sobre la línea de seis metros, acabó con las esperanzas de remontada del equipo español.
España llegó al descanso con tres goles de desventaja (11-14) que la obligaban a un cambio radical en el segundo período si quería alzarse con la victoria.
El conjunto español necesitaba algo a lo que aferrarse para creer en la remontada y pareció encontrarlo en la doble superioridad de la que gozó en el inicio de la segunda parte con las exclusiones de Vetle Aga y Kent Tonnesen.
Pero ni así pudo reducir su desventaja el equipo español, que no pudo tener más mala suerte en la superioridad, ya que si Erik Toft marcó en un balón que, tras chocar en un poste entró en la portería tras tocar en Gonzalo Pérez de Vargas, el extremo Sebastian Barthold anotó gracias a la caída de su defensor.
Sin embargo, algo había parecido cambiar en el equipo español, que aferrado al brazo de Maqueda pareció encontrar el camino para hacer daño a una defensa noruega que había vivido hasta entonces muy cómoda.
De hecho, España llegó a situarse a los cuarenta minutos a tan sólo un tanto en el marcador (19-20) con un gol de Agustín Casado, que definitivamente ocupó la posición de lateral izquierdo.
El problema, sin embargo, era que la mejoría ofensiva del equipo español no estuvo acompañada por un paso adelante de la defensa, incapaz de frenar los latigazos de Harald Reinkind y Erik Toft que volvieron a disparar de nuevo la ventaja noruega a cuatro tantos (19-23) a menos de quince minutos para la conclusión.
Pero sin defensa, el pilar en el que se han sustentado sus recientes éxitos, poco podía hacer el equipo español, que, obligado a marcar en cada uno de sus ataques para no permitir la escapada definitiva de los noruegos, perdió la fluidez y el acierto que había logrado en el inicio de la segunda mitad.
España estuvo más de once minutos sin marcar y Noruega alcanzó su máxima ventaja (19-24) a falta de diez para el final.
Un tiempo en el que los jugadores españoles, pese a su empeño por estrellarse con el portero Kristian Saeveraas, lograron al menos reducir su desventaja a cuatro tantos (23-27), los mismos por los que ganó a Suecia, lo que podría tener su importancia si se produce un triple empate entre españoles, noruegos y suecos, que se medirán entre ellos en la última jornada.