Logroño vuelve a cantar el 'Té, chocolate y café'

Víctor Zurrunero
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Las familias logroñesas acuden fieles a su cita con las aventuras de Gorgorito y el resto personajes del teatro de Maese Villarejo

En la imagen, un momento de la actuación de Gorgorito en Logroño. - Foto: Ingrid

Como cada día que actúa en San Mateo, a Gorgorito no le falta público. A pocos minutos para empezar la función, grandes y pequeños miran atentos ante el más mínimo movimiento de telón, que indique el inicio de una de la tradiciones familiares de más calado en las fiestas de Logroño.

Frente al escenario, sentados en sillas, los pequeños aguardan impacientes el momento de escuchar la voz de la marioneta más famosa.   Un espacio que se queda pequeño ante el éxito de convocatoria del teatro de Maese Villarejo. Alrededor muchos padres, de pie, aúpan a hombros a sus hijos para que no se pierdan las peripecias de Gorgorito y sus amigos. De repente, la estrella hace su aparición saludando al público, especialmente a sus jóvenes amiguitos de Logroño, quien responden entusiasmados.

«Venimos todos los años», afirma Raquel, «aunque alguno de mis hijos ya empieza a ser mayor, a la pequeña todavía le gusta».  Junto ellos, rememora cuando ella tenía su edad y vivía con ilusión la visita de los personajes de Maese Villarejo. «De pequeña me  traían mis padres junto a mis hermanos», explica, algo de lo que guarda «muy buenos recuerdos».  Una sensación que le gustaría que sus hijos también atesorasen en la memoria, «porque es algo muy bonito». Sofía es una de sus hijas, tiene 8 años y asegura que le gusta mucho y que de las aventuras que vive el protagonista de los cuentos le gusta «todo». 

Mientras, en el escenario, se desarrolla la primera de una serie de historias que llevarán al pequeño protagonista y su amiga Rosalinda a enfrentarse a la bruja Ciriaca o el Ogro Dientes Largos.

Subida a hombros de su padre Iván, Julia, de cuatro años, sigue atenta la historia, mientras confiesa que ella siempre anima a Gorgorito y que le gustan todas sus aventuras. «No hemos fallado nunca desde que los niños son pequeños», afirma Iván. Sobre este tipo de propuestas, considera que son buenas para los niños, porque «se entretienen con las marionetas y dejan un poco las tablets». Por eso disfrutan del ambiente en la calle y de Gorgorito, «que es una tradición».  A su lado, Yago,  que sigue el espectáculo a hombros de su madre, es otro de los amigos de la querida marioneta y cómplice de sus peripecias, de las que no quita la mirada como Gorgorito trata de librarse de las artimañas de la bruja Ciriaca. 

 Entre el público asistente está Fabi, una abuela que, esa mañana, ha acompañado a sus nietas a la función de marionetas.  «He venido con ellas para que lo vean, porque se lo pasan de maravilla», afirma, y explica que quieren verlo «todos los días».

Las marionentas de Maese Villarejo llevan casi siete décadas animando las fiestas y cantando con los niños su famosa canción ‘Té, chocolate y café’.