Casi 230 nuevos casos de cáncer de mama en 2020 en La Rioja

Víctor Zurrunero
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La crisis de la Covid ha agravado la situación económica que atraviesan las personas a causa de esta enfermedad

Magaly Naranjo (izquierda) e Isabel Redondo, supervivientes de cáncer de mama - Foto: Clara Larrea

El 19 de octubre  se celebra el día mundial de la lucha contra el cáncer de mama. Una jornada en la que se pretende dar visibilidad a esta enfermedad y reivindicar la importancia de la investigación. Y es que gracias a ella, este tipo de cáncer es uno de lo más investigados y su tasa de supervivencia en España es de las más elevadas, rozando el  90%. Un dato que se traduce en 910 supervivientes en los últimos 5 años. En 2020, se estima que se diagnosticarán cerca de 230 nuevos casos de cáncer de mama en La Rioja, según el Observatorio del Cáncer de la AECC. 

La enfermedad también trastoca la situación económica de las familias y en especial de las pacientes. El 34% de las mujeres con cáncer de mama ha perdido o dejado su trabajo a causa de la enfermedad. La crisis económica derivada de la pandemia de coronavirus ha agravado el problema y eleva del 21 al 27% el número de hogares con una situación económica precaria, según el último informe de la AECC, Toxicidad financiera del cáncer de mama.

Todo cambia en un minuto.

Cada persona vive la enfermedad de una manera y las historias son muy diferentes pero todas tienen un punto en común. El sentimiento que se experimenta en el primer momento que se recibe el diagnóstico. «Fue un impacto, sentí mucha angustia. Surgen muchas preguntas, pero es imposible encontrar un porqué», explica Isabel Redondo. 

Lleva una década en la batalla. Hace un año le diagnosticaron una tercera recaída, «si es dura la primera, imagina una segunda y una tercera».  Se define como optimista y  con esa energía afrontó el tratamiento de quimioterapia y cirugía  (las dos anteriores se habían tratado con radioterapia)??. Confiesa que fue duro asumir los cambios físicos, pero tiró de todas su fuerzas para afrontar la situación. «Mi prioridad era vivir, y ahora mis cicatrices son mi orgullo».  Ella vivió su tratamiento día a día, sin pensar mucho en el largo plazo.

Magaly Naranjo cuenta que  la vida le cambió «en un minuto». Recibió la llamada de su médico mientras preparaba la comida. Madre de dos hijos, lo primero que pensó fue en ellos. «Al principio me puse en lo peor», confiesa.  Cuando le explicaron que tenía que pasar por el quirófano para hacerse una masectomía, recuerda que no lo pensó y solo quería que hicieran «todo lo posible para curarla». 

El apoyo de la AECC.

Mientras estaba en el hospital, Magaly recibió la visita de las voluntarias de la Asociación Española contra el Cáncer. Gracias a ellas, conoció los servicios de la entidad. «Tuve la gran suerte de contar con apoyo psicológico», una ayuda para comprender la enfermedad y afrontar la segunda etapa. «Cuando todo pasa y sabes que no te vas a morir, empiezas a darte cuenta de todo lo que has vivido, de que te han amputado un pecho», relata.  Este es uno de lo momentos que con mayor dureza recuerdan las mujeres que han pasado por esta experiencia. Y ahí, como en todo el proceso, están los profesionales y voluntarios de la asociación. Las charlas con la psicóloga también ha ayudado mucho a Isabel. «Es una persona que nunca te va a juzgar, con la que puedes hablar de todo lo que tienes dentro». 

En la intimidad del hogar, ellas van asumiendo poco a poco los cambios físicos. «Mirarte en el espejo es muy duro» recuerda Isabel. Un sensación que también experimentó Magaly, quien rehuía su reflejo y salía de la ducha «secándose rápidamente con la toalla». Tras empezar con el proceso de reconstrucción reivindica que haya más información sobre ello y sobre los resultados que se pueden esperar.

Las dos son un ejemplo de valentía y relatan su enfermedad con naturalidad. «Nunca oculté lo que me pasaba, siempre he hablado con naturalidad de mi enfermedad, porque tengo la suerte de poder contarlo», apunta Isabel. 

Ambas agradecen el trato recibido por parte del personal sanitario y valoran el apoyo humano que te brindan durante todo el proceso. Y es que en el camino, los enfermemos se enfrentan a mucha incertidumbre, dudas y temores. 

El apoyo de los familiares y amigos es fundamental. «Cuando dices que tienes cáncer, muchas veces la gente no sabe cómo reaccionar. Yo siempre agradecía que hablaran conmigo que me preguntaran cómo estaba», afirma Magaly.

En el día mundial de la lucha contra el cáncer de mama, estas dos mujeres quieren mandar un mensaje de ánimo y de esperanza a todas las pacientes. «Qué no tengan miedo».