Convenios aprobados este año suben menos que la inflación

Carmen Sánchez
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El metal y la madera han acordado un aumento medio del 1,7% y está pendiente la revisión de otros cinco convenios sectoriales en La Rioja. Los sindicatos piden que los trabajadores no pierdan poder adquisitivo y la patronal aboga por la moderación

Una carretilla elevadora transporta palés en una empresa riojana. - Foto: Ingrid

El encarecimiento de precios está mermando la capacidad adquisitiva de los trabajadores, que ven cómo sus salarios no crecen al mismo ritmo que el que está siguiendo la inflación, que en noviembre se mantuvo en el 5,5 por ciento en La Rioja. Un dato que no apunta a que vaya a corregirse a final de año y que, por el momento, no está contribuyendo a recortar la brecha existente entre los sueldos y los precios, cada vez más abultada. 

La única subida de salarios que puede poner coto a la pérdida de poder adquisitivo es ligarla a la cifra del IPC registrada al cierre del ejercicio -dato que se conocerá en enero-. Pero esta revisión solo se aplica si los convenios colectivos así lo reflejan. Y si se tienen en cuenta los datos del Ministerio de Trabajo y del Banco de España en relación a la subida que han experimentado los salarios este año marca una distancia con la inflación de hasta cuatro puntos. 

De acuerdo con la estadística de Trabajo, las nóminas han subido 1,49 por ciento hasta el mes de noviembre. En el caso del análisis del Banco de España, el sueldo se ha elevado una media del 1,6 por ciento, tomando como referencia las negociaciones de los convenios realizadas en los tres primeros trimestres del año. 

En La Rioja la situación no es dispar y los dos convenios sectoriales desbloqueados este año subirán los salarios una media del 1,7 por ciento hasta 2023. En el caso del de industrias del metal, el acuerdo ratificado entre patronal y trabajadores contempla incrementos del 1% este año; 2% en 2022 y otro 2% en el 2023. Para las industrias de la madera, los aumentos son los mismos, a excepción de este año, que se aplicará una subida del 1,5%. Existe también un preacuerdo en la industria de panadería, que contempla una subida del 2%. Además, en la región hay otros seis que actualmente están en vigor con incrementos previstos este año el 1,3% y el 2,5%.

El punto de inflexión lo marcará la negociación de los convenios que han dejado de estar vigentes, algunos de ellos caducados y otros paralizados desde hace más de una década como los del sector agropecuario y comercio (general, metal y textil). También los de transporte de mercancías por carretera, de transporte de viajeros por carretera, hoteles y derivados del cemento, estos cuatro últimos caducados en 2020.

negociación colectiva. Aunque sindicatos y patronal defienden que la renovación de los convenios caducados debe darse en la negociación colectiva, el escenario inflacionista no va a poner las cosas fáciles a ambas partes a la hora de alcanzar acuerdos. De un lado, porque las organizaciones de los trabajadores quieren proteger a toda costa el poder adquisitivo de los asalariados y ello pasa por mantener las cláusulas de revisión salarial que tomen como referencia el IPC. Por otro, están los empresarios, que abogan por un incremento de los sueldos moderado.      

«Para UGT es importante el mantenimiento de las cláusulas de revisión salarial porque protege a los trabajadores del aumento de la inflación», afirma el secretario general de UGT en La Rioja, Jesús Izquierdo, quien insiste en que es «primordial» que se aumenten los salarios y se proteja el poder adquisitivo de los trabajadores. También alerta sobre la posibilidad de que se generalice lo que está ocurriendo en MASA, como es el descuelgue del convenio sectorial frente al colectivo.

En la misma línea ahonda su homólogo riojano de CCOO, Jorge Ruano, quien alerta de que si los trabajadores pierden poder adquisitivo «supone un problema para la economía y el consumo interno».

Insiste en que es en el ámbito de la negociación colectiva donde se debe abordar la revisión de los convenios colectivos y considera una «anomalía» que algunos como el de comercio y el agropecuario lleven una década sin acuerdo, que «hay que desatascar de manera urgente». 

Por su parte, el presidente de la FER, Jaime García-Calzada,  es consciente de que el encarecimiento de los precios «repercute en las negociaciones de los convenios», pero insiste en asegurar que «estamos ante una situación de incertidumbre muy elevada», con una inflación que es «coyuntural y no estructural», que probablemente se corrija el próximo año. 

Aboga por enmarcar en el ámbito de la negociación colectiva la renovación de los convenios y recuerda que los que se han aprobado este año contienen «aumentos moderados» de entre el 1,5 y 2 por ciento. 

En todo caso, entiende que la negociación colectiva debe ir encaminada hacia la digitalización, internacionalización formación y modernización para favorecer la competitividad de las empresas.

Para Ruano, la negociación colectiva no solo debe abordar cuestiones relacionadas con el salario y la jornada, sino que considera que hay que abordar con «urgencia la incorporación en el ámbito de la negociación otras cuestiones que están muy cojas como es la digitalización, la regulación del teletrabajo, los derechos de formación, la igualdad y la salud laboral para combatir los altos niveles de siniestralidad en La Rioja».