Luz verde a la subestación de Cascajos soterrada

El Día
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Estará lista en 2024 y costará 6 millones de euros, de los que Iberdrola aportará 1,5 millones y el Ayuntamiento de Logroño el resto

Imagen de archivo de la subestación eléctrica de Cascajos. - Foto: Ingrid

El alcalde de Logroño, Pablo Hermoso de Mendoza, y el delegado institucional de Iberdrola en La Rioja, Carlos Sobrino, han firmado este miércoles el convenio para soterrar la subestación eléctrica de Cascajos en la misma ubicación en la que se encuentra actualmente. El proceso comenzará dentro de cuatro meses y se estima pueda estar terminada a comienzos de 2024.  

La conversaciones abiertas desde hace dos años y anunciadas el pasado mes de febrero entre el Ayuntamiento de Logroño e Iberdrola para estudiar la ubicación de la Subestación Eléctrica de Cascajos, un asunto sin resolver desde hace más de una década, han dado sus frutos y hoy el alcalde y el responsable de Iberdrola han suscrito en palabras de Pablo Hermoso de Mendoza “uno de los convenios más esperados y más importantes de esta ciudad: el referido a la Subestación Eléctrica de Cascajos”, que tendrá un coste de 5.895.533 euros más IVA. Iberdrola participará en los costes de ejecución de esta instalación con 1.500.000 euros más IVA, por lo que el importe neto que el Ayuntamiento de Logroño aportará será de 4.395.533 euros.  

Las obras son complejas, serán ejecutadas por Iberdrola y se dividen en cinco partes: en la primera de ellas, que tendrá una duración de cuatro meses, se presentarán los proyectos Técnico Administrativo, de Desmontaje y Técnico de Actividad. En la segunda se obtendrán las autorizaciones administrativas y la licencia de obras. En la tercera, se licitará y adjudicará, se instalará la STR provisional, se desmontará la actual subestación y se iniciará la construcción del edificio. En la cuarta parte, que se prevé comience dentro de 23 meses, se iniciarán las obras de la nueva subestación que podrá estar finalizada, si esta programación sigue su curso a comienzos del año 2024. La quinta fase corresponde al desmontaje o retirada de la estación provisional.  

Iberdrola cede gratuitamente al Ayuntamiento de Logroño la parcela liberada tras la finalización de las obras (parte para uso de viales y parte para espacio libre público).  

Tras diversos estudios, se mantiene la Subestación Eléctrica de Cascajos en su ubicación actual. Se trata de un proyecto de soterramiento completo, el equipamiento queda por debajo del nivel de la calle Miguel Delibes, y solo serán visibles los edificios de acceso y las chimeneas. La integración de edificios de carácter industrial y de infraestructuras en las ciudades es no sólo conveniente si no necesario para mantener las prestaciones de calidad de los servicios que requiere la actividad urbana.  

El estudio de alternativas del cerramiento lo han realizado Iñaki Ábalos y Renata Sentkiewicz. “El estudio de alternativas incluye un cuidado diseño arquitectónico que envolverá estas instalaciones de forma novedosa y contribuye a que Logroño siga mejorando estética y funcionalmente perfeccionando el desarrollo del barrio de Cascajos”, ha indicado el alcalde de Logroño, Pablo Hermoso de Mendoza.  

La Subestación Transformadora de Reparto “Cascajos” se instaló en 1990 en lo que todavía era el Polígono Industrial Cascajos para atender el incremento de demanda que ya no se podía cubrir con la STR de Varea y la de El Arco. Actualmente asume una parte muy importante del sector Centro-Sur de la ciudad con notables demandas de energía en permanente aumento. Por ello, el Ayuntamiento defiende que la situación actual, en el centro físico de la demanda, representa la mejor ubicación porque no tiene apenas pérdidas. Otras ventajas que destaca son el aumento en la seguridad de las personas como resultado de la aplicación de la nueva normativa, ya que al ser una subestación formada por sistemas blindados, el campo eléctrico se confina en las pantallas o envolventes de los componentes por lo que no existirán influencias exteriores. Además, se reduce el impacto ambiental al disminuir la emisión de ruidos, vibraciones o campos eléctricos y magnéticos. Otras ventajas son la mejora de la calidad de suministro de la ciudad al incluir las últimas novedades tecnológicas, disminución de afección a otros servicios como agua, gas o telecomunicaciones, y una reducción de la superficie ocupada del 50% aproximadamente, lo que ayuda a una mayor integración estética en el entorno, a la libración de espacio público y del terreno necesario para completar el vial de Miguel Delibes.