Logroño doblega la curva pasado el ecuador del confinamiento

Víctor Zurrunero
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Salud valora la situación de la epidemia en la región como «estable» aunque considera que «sigue siendo muy compleja» y no descarta nuevas medidas.

Imagen de una céntrica calle de Logroño. - Foto: Clara Larrea

El viernes 30 de octubre comenzó el confinamiento perimetral de Logroño y el cierre de su hostelería. El Gobierno regional dictaba esta medida por la evolución negativa de los contagios en la capital, con una positividad del 7,8% y una incidencia superior a 500 casos, y establecía una duración de un mes.  

Unas restricciones que se sumaron a las aprobadas por el Ejecutivo para toda la región, como el adelanto del toque de queda a las diez de la noche, la limitación de las reuniones sociales a seis personas o el cierre de la comunidad.

Cuando se ha sobrepasado el ecuador, casi 20 días después, se puede establecer un análisis inicial sobre el impacto de las medidas en la evolución de la epidemia en la capital. «Para valorar la eficacia de las medidas hay que esperar entre dos y cuatro semanas. Unos quince días para el caso de la incidencia de los contagios y casi un mes para apreciar efectos sobre la presión asistencial, especialmente en la UCI», explica Vicente Soriano, médico especialista en Enfermedades Infecciosas. En el caso de Logroño, los casos activos se han reducido en un 30%, y si se analizan los últimos días, del 10 al 17 noviembre, esa reducción se acelera. Los casos activos bajaron de 793 a 622, lo que supone un 20% y la incidencia acumulada ha pasado de superar los 800 casos por cada 100.000 habitantes a 674 de este martes, acercándose a los 500 casos, marcados como baremo epidemiológico por el Ministerio de Sanidad. 

 Los próximos días serán fundamentales para conocer si esta tendencia se afianza y por tanto se podría levantar el confinamiento de la capital a finales de mes. 

situación en la rioja. La evolución en la región es «estable  pero sigue siendo muy compleja», según explicó ayer  la Consejera de Salud, Sara Alba, quién reconoció que «no son los datos que queremos tener». En este punto, señaló que «no está descendiendo el ritmo, ni de la misma manera, ni de la velocidad que a Salud no dejaría absolutamente tranquilos». Por lo que no se descarta estudiar nuevas medidas.  De hecho la incidencia acumulada a catorce días en la comunidad sigue siendo alta, por encima de los 700 casos por cada 100.000 habitantes. 

En cuanto a la presión asistencial, Alba apuntó que «es altísima, pero está bien manejada y controlada». En este sentido, el número de pacientes ingresados en los hospitales de la región ha experimentado un crecimiento lento, pero sostenido en el tiempo, con una media en la última semana por encima de los 170 ingresados. Por su parte, la presión en la UCI sigue siendo alta, con un 83% de ocupación. Desde el 31 de octubre la cifra de pacientes en cuidados intensivos por coronavirus no ha bajado de la treintena.