Un camino sin obstáculos

J. C. Rodríguez (EFE)
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Ni la crisis sanitaria ni el mal tiempo han impedido que miles de personas se hayan animado este verano a emprender la ruta jacobea

Un grupo de caminantes, a su llegada a la Plaza del Obradoiro, en Santiago de Compostela. - Foto: EFE

Ni el verano frío y lluvioso de Galicia ni la quinta ola de la pandemia del coronavirus han conseguido desanimar a miles de peregrinos a realizar el Camino de Santiago, que en el pasado mes contabilizó más de 39.000 romeros, en su mayoría de origen nacional.

A pesar del aumento de contagios en julio y la incertidumbre respecto a las restricciones, Galicia se ha convertido durante el verano en un destino atractivo en un año difícil para el turismo, pues la población busca alternativas al aire libre y en contacto con la naturaleza. No han importado las lluvias y el inusual frío de estos meses, pues a Compostela han acudido 39.282 peregrinos, un dato muy diferente al de principios de año, cuando llegaban apenas un centenar al mes.

Ya en Semana Santa se notó una cierta recuperación, con más de 1.000 personas en abril, procedentes principalmente de España y, en concreto, de Galicia. Desde entonces, la cifra ha ido aumentando exponencialmente: en mayo acudieron unos 5.000 peregrinos, en junio casi 15.000, y en julio se duplicaron, con una media de casi 1.000 diarios.

Aunque los datos son buenos, si se comparan con el mismo período de 2019, queda claro que la pandemia ha hecho mella: solo en julio de ese año llegaron a Santiago más de 50.000 personas.

Otra de las diferencias respecto a antes de la pandemia es el origen y procedencia de los caminantes, pues habitualmente en verano eran en su mayoría extranjeros, mientras que en julio de este año el 75 por ciento fueron españoles.

«Los peregrinos españoles en julio han rebasado a los de julio de 2019. Este mes llegaron 33.962 y en ese año 30.391», explica el director de la Oficina de Acogida al Peregrino, Segundo Pérez. Según detalla, la crisis no se ha notado «demasiado» en este aspecto y ha suscitado de hecho más interés entre los españoles para sus vacaciones, «con lo cual podríamos decir que la peregrinación goza de muy buena salud».

 

Motivaciones

Entre las principales motivaciones, continúa siendo la principal la religioso-cultural y, un año más, el tramo más visitado sigue siendo el francés, con un 55 por ciento de afluencia.

«El Año Santo también está animando a la gente, sobre todo en la dimensión religiosa, por las parroquias y grupos juveniles», destaca Pérez, que además advierte de que a pesar de la hegemonía del Camino Francés, otras rutas jacobeas han adquirido «auge», como el Camino Portugués o la Vía de la Plata.

El responsable de la Oficina revela que esperan una alta demanda este mes y considera que hasta mediados de octubre la peregrinación va a ser «muy numerosa».