Después de un año duro, que ha supuesto una «catarsis» para el Gobierno de La Rioja, donde cada uno «ha dado lo mejor de si mismo», su presidenta, Concha Andreu, estima que se abre la puerta, con el importante avance de la vacunación y la llegada de fondos europeos, para recorrer un camino que conduzca a mejores destinos.

«Miro el futuro con ilusión, optimismo y confianza», ha dicho esta mañana la presidenta del Gobierno regional, que ha realizado un balance de un curso político marcado de manera clara por la pandemia. No obstante, entiende que La Rioja está bien posicionada para convertir esta crisis en una oportunidad y acometer una transformación que conduzca a un horizonte próspero a próximas generaciones.

La presidenta, que ha elegido el centro tecnológico de La Fombera para referirse a que La Rioja transita hacia la recuperación en los ámbitos sanitario, social y económico, opina que la gran base de la misma se asienta en la vacunación en esta comunidad, una con las mayores tasas  entre los que superan los 40 años.

«Estoy muy orgullosa de que el 99,9% de la población riojana se haya vacunado de manera voluntaria», ha destacado Andreu que, de momento, no se plantea la inmunización obligatoria, mientras no descarta un pasaporte covid para la hostelería.

Ha recorrido los avances, ha dicho, en materia sanitaria, con un refuerzo de 489 plazas (la mitad para estabilización y la otra mitad para aumentar plantillas) en la oferta de empleo público; al tiempo que se han recuperado servicios que se habían externalizado. En este ámbito, consecuencia del pacto de Gobierno alcanzado con un apoyo «externo», esto es Izquierda Unida, ha recordado el fin del concierto con Viamed, la vuelta al sistema de Radiología;o el acuerdo alcanzado con Navarra para cirugía cardiaca.

No obstante, ha asegurado ser consciente de la «tensión» que soporta el sistema en verano por lo que entiende la «legítima inquietud» que experimentan los ciudadanos.

Andreu ha presumido también del trabajo de su equipo en el área social, con el incremento de 8 a 11 millones para la renta de ciudadanía que da cobertura a 2.124 personas; el aumento de un 17,1 % a la ayuda a domicilio hasta los 9,3 millones; la habilitación de casi un millón para el bono social energético; la duplicación del número de plazas de la red de alojamiento para mujeres víctimas de violencia machista; y el incremento de las plazas públicas en centros de día (31 %) y en centros de mayores (un 14 %).

La presidenta, que se ha detenido en mencionar actuaciones contra el reto demográfico, como la reducción a cinco del número de niños para contar con comedor escolar en los CRA, ha alardeado de que La Rioja s la comunidad de España donde más dinero en ayudas se ha habilitado por habitante» para ayudar a  las empresas, con 153,9 millones de euros, de los que 121,4 proceden de recursos propios. Al respecto, ha señalado que la ADER ha tramitado 24.000 expedientes de subvenciones, que llegarán a todas las empresas, además de financiar inversiones destinadas «a recuperar el tejido productivo y proteger el empleo», como el millón y medio de euros de ayudas a los trabajadores en ERTE cuyas percepciones no llegaban al salario mínimo.

Ciudad del envase. Estas medidas han permitido situar a La Rioja como una de las comunidad con menor tasa de desempleo y con la segunda menor caída del PIB del país, unas cifras que, confía, los fondos europeos Next Generation ayuden a mejorar.

La presidenta ha citado ya la cuantía que ha llegado para diferentes áreas, como 8 millones para rehabilitación de zonas residenciales y más de 11 para regadío, y espera que los cuatro proyectos elaborados por el Gobierno, incluidos en el Plan de Transformación, Enorregión, Valle de la Lengua, Ciudad del Envase y Territorio Digital, obtengan los parabienes del Gobierno de España.

Ha asegurado que están pensados para llegar a todo el territorio riojano, y ha avanzado que espera poder decidir la ubicación de la Ciudad del Envase alrededor de octubre. «Ahora mismo está todo abierto, la clave está en las empresas», ha dicho la jefa de un Ejecutivo que elabora unos presupuestos de cara a 2022 para los que no prevé subir impuestos.