Un gaditano universal

Pilar Martín (EFE)
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El cantautor Javier Ruibal se adentra en la poesía con 'Coraza de barro', un libro íntimo en elque critica los vicios de la sociedad actual y también loa a las musas y al proceso creativo

El Goya a la 2020 a la Canción Original por ‘Intemperie’ es un asudio de los conciertos en chiringuitos por la Bahía de Cádiz. - Foto: Jordi Bru

Pocos dudábamos de que en cada canción de Javier Ruibal habitaba un poema, sin embargo él ha tenido que vencer «pudores, temores, respeto y prudencia» para deshacer su Coraza de barro (Aguilar), considerarse como tal, y ofrecernos unos versos que ahora acompañan el recogimiento e intimidad, y no la música.

En el primer poemario encontramos unas páginas donde los versos libres, los haikus y las décimas se van dando paso para disipar una duda que este artista con alma de juglar -con un pie en la Ilustración y otro en lo prosaico- llevaba alimentando mucho tiempo: publicar o no sus poemas.

«Hubo que tomar una decisión y vino animada por la que era mi pareja en el momento en que empecé a escribir esto, me animaba a que no me hiciera de menos, que me envalentonara y que me atreviera y tuviera la certeza de que por mal que saliera la experiencia mi relación con la palabra y con el arte y la emoción es de tantos años que difícilmente podría hacer una metedura de pata», cuenta este artista gaditano con ADN universal.

«He adorado tanto a los poetas grandes que les veo como una alargada sombra, y yo me veo pequeño. Quizá uno anda un poco como pidiendo perdón, cuando quizá no hay ni que pedir permiso y hacerlo, pero eso forma parte de mi carácter», confiesa el poeta, que cuando habla de poetas grandes se refiere a García Lorca, Gil de Biezma, Angel González, y otros coetáneos y amigos suyos como Felipe Benítez Reyes o Luis García Montero, pero sobre todo hace hincapié en el «más esmerado de los literatos», José Manuel Caballero Bonald, su amigo Pepe, del que aprendió que «hay que escribir con pulcritud y esmero».

Estímulo

Para el Premio Nacional de las Músicas Actuales 2017, «siempre piensa uno que los demás siempre son mejores, y no está mal pensarlo porque esto te estimula a superarte y alcanzarles su rueda y seguir el mismo camino, o por lo menos ir en el pelotón, es la idea de no sentirse seguro». «Ahora que lo he publicado veo cosas que me gustaría mejorar. Como en los discos».

Lo que el lector va a encontrar en Coraza de barro son versos donde habla de la creación y de las musas; versos donde critica a la sociedad, donde mira y nos hace mirar el mundo, o donde se abre en canal.

El poema donde vuelca lo que no quiere que le vuelva a pasar: «Que mis batallitas particulares con el ego y las comparaciones innecesarias no me lleven a quedarme inmóvil, o no saber saborear la belleza cuando llegas a la cumbre».

Ruibal, Goya 2020 a la Canción Original por Intemperie, considera que «he crecido personalmente con este poemario o al menos me he quitado un poco de peso, un poco de lastre, sobre todo una cosa que no está relacionado con hacer un poemario, sino con no dejar de hacer algo que el corazón te pide y hacerlo, aunque tengas es batiburrillo de pseudocomplejos».

A punto de cumplir los 65 años, «una edad muy buena, hermosa y muy delicada», Javier Ruibal siente que no puede «dejar de hacer lo que le gusta», por eso ahora piensa que lo único que hay que hacer cuando algo te seduce es «sentarse a cabilar y escribirlo».