El Gobierno de La Rioja ha autorizado la reapertura de la hostelería en la localidad de Arnedo a partir de mañana viernes, aunque el municipio mantendrá el cierre perimetral. 

La portavoz del Ejecutivo y consejera de Salud, Sara Alba, lo anunció ayer tras la reunión del Consejo de Gobierno, donde se analizaron los datos de la evolución epidemiológica de la región.

La vuelta a la actividad del sector en la localidad se hará bajo las misma condiciones del resto de la comunidad. Por tanto, no se podrá servir en barra, el aforo en el interior estará limitado al 50%, mientras que en las terrazas deberá respetase la distancia de seguridad y un máximo de 6 personas por mesa. 

Sara Alba explicó que la medida contribuye «al alivio social y a reducir la fatiga pandémica por el confinamiento», a la vez que «ayudará a los vecinos de Arnedo a seguir cumpliendo, día a día, con el resto de medidas».

Por su parte, los hosteleros del municipio se muestran satisfechos por esta decisión, «era lo que estábamos pidiendo, que se revisara semanalmente. Para nosotros era un castigo, queremos trabajar», afirma Ana Quiñones, gerente de la Asociación de Comercio y Hostelería de Arnedo, que hace un llamamiento a «la responsabilidad de todos» para seguir reduciendo la incidencia del virus.

Los bares y restaurantes echaron el cierre el pasado 29 de octubre, cuando entraron en vigor las restricciones en el municipio, que incluía también el confinamiento perimetral de la localidad. Esta última medida seguirá vigente, al menos, una semana más, ya que según explicó la consejera, los datos estaban mejorando pero no tanto como para levantar el cierre. 

Desde la asociación Arnedo Shopping Factory han mostrado su malestar por esta decisión. «Nos sentimos engañados», afirma Iván Sáenz, presidente de la asociación arnedana, quien lamenta que las negociaciones mantenidas con el Gobierno «no hayan valido para nada». 

Este puente supone para los comercios del polígono la época más fuerte del año, y habían solicitado que ese área saliera fuera del límite del confinamiento, para poder recibir los habituales clientes que acuden desde otros municipios. «Salvar el puente habría supuesto cierto alivió, ahora se nos complica más la situación», apunta Sáenz, aunque celebra la reapertura de la hostelería.