De la Fuente: "Lo mejor está por llegar"

Javier D. Bazaga
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El seleccionador sub'21 manda ánimos a la UDL e incide en la importancia del fútbol y del deporte para recuperar la normalidad

Luis de la Fuente, en Las Rozas, en la Ciudad del Fútbol de la RFEF. - Foto: Juan Lázaro

El seleccionador nacional sub-21, Luis de la Fuente (Haro, 1961) manda un mensaje de confianza al equipo de su tierra ante el reto de este 18 de julio, en que se juega el ascenso. El Día de La Rioja charla con él después de este periodo de confinamiento y reanudación de las competiciones. 

¿Cómo ha llevado el confinamiento? 

Ha sido una situación muy dura, como para todo el mundo. El deporte ha quedado relegado muchos planos después de la situación que hemos vivido, porque lo más importante son las personas, la salud, y recuperar la vida que teníamos antes. Pero en esa tarea de recuperar las cosas que se han quedado por el camino puede ayudar mucho el fútbol y el deporte en general. Debemos utilizar el fútbol para enviar ese mensaje a la sociedad de que las cosas empiezan a funcionar y que hay mucha gente trabajando para que esto pase rápido.

Para los jugadores, ¿cómo va a ser la recuperación del tono físico? ¿Les va a costar?

En el trabajo en equipo hay una parte importante que es asociarse con el compañero, y ahí sí se ha notado. Todos están en la misma situación y les ha supuesto un coste, pero ante situaciones excepcionales soluciones excepcionales. Yo me he montado mi propio gimnasio en casa. Ese coste debe servir ahora para la alegría y el bien que pueden causar a la sociedad. Ya no hay excusas, es un motivo de alegría poder desarrollar tu trabajo cuando hay gente que ha perdido tanto y nosotros podemos tener el privilegio de jugar para que otros nos vean delante de la televisión. Es un bien que los futbolistas están generando en la sociedad.

Pero la vuelta a la competición no está siendo la misma.

Quizás lo más duro haya pasado ya, después de dos meses y medio confinado, volver a la normalidad física siempre supone un trabajo diferente al que estás acostumbrado. Ese proceso se ha superado. Y si la competición vuelve en septiembre, los futbolistas van a tener ya tres o cuatro meses de carga de trabajo en sus piernas.

¿El equipo ya ha vuelto a los entrenamientos?

No, ese es nuestro hándicap. El equipo no entrena desde noviembre del año pasado. Y en septiembre tenemos un partido de clasificación para el europeo contra Macedonia después de casi 10 meses sin estar juntos. Aquí nuestra ventaja es el talento de los futbolistas. Son buenos y conocen el método, pero el tiempo sin estar juntos va a ser difícil.

¿Las restricciones en la grada suponen mucho cambio?

Ya he dicho que ante una situación excepcional, una solución excepcional. Es mucho mejor ver el fútbol en la televisión que no verlo. A todos nos gusta que haya público en el terreno de juego, pero insisto, somos unos privilegiados pudiendo desarrollar nuestro trabajo, con o sin público. El aficionado, que es lo más importante, creo que ya estará muy feliz de volver a ver a su equipo en competición aunque sea en televisión y poder sentir de nuevo que están en el campo. No es la normalidad que queremos, pero sí la normalidad de poder jugar con seguridad, con salud y sin riesgo a contagios. Ya llegará el día.

Decía Javier Tebas que en dos o tres años volveríamos a estar como estábamos antes.

Espero que no sea tanto tiempo. Confío en que la normalidad llegue un poco antes. Pero es verdad que a nivel económico ese proceso tendrá un nuevo recorrido, con nuevos patrocinios, nuevos inversores… De lo que sí estoy seguro es de que cuando esté controlada la pandemia la evolución será mucho más rápida. Volveremos a esa normalidad en cuanto a patrocinios y movimiento económico mucho más rápido de lo que podríamos pensar.

Hace justo 10 años que vivimos la alegría de un mundial. ¿Ves en la selección Sub-21 materia prima como para volver a repetir aquel acontecimiento?

Claro que sí. Cuando una selección absoluta consigue logros importantes, normalmente es porque hay una aportación del fútbol base de jugadores que van llegando y que ya han logrado éxitos en las categorías inferiores. Ya se están incorporando en la absoluta jugadores que han sido campeones de Europa en la Sub-21, en la Sub-19 y subcampeones del mundo Sub-17. Son generaciones que desde el ‘96 al ‘01 ya están jugando en primera división y son la base para la selección absoluta. Y esas selecciones lo han ganado todo en las categorías inferiores. Cuando se da eso también se da en la absoluta y se cierra ese círculo.

¿Y cuándo cree que se cerrará el círculo?

Espero que sea en este próximo Europeo el año que viene, porque son jugadores     que empiezan a ser importantes, que empiezan a tener más peso específico en la selección absoluta, son los Fabián, Ceballos, Oiarzábal... y otros que están por llegar como Dani Olmo. Seguro que si no es en el próximo Europeo, para el mundial de Qatar España va a estar con un equipo muy potente porque van a tener mucha experiencia en el mundo internacional y mucha hambre de seguir consiguiendo éxitos, porque en su desarrollo han mamado el pelear por ganar.

¿Se ve con ellos cuando lleguen a ese punto?

La experiencia me ha enseñado a valorar cada momento, esté donde esté. No hago planteamientos a largo plazo. Yo vine aquí a la Federación para tres meses y el 1 de mayo hizo siete años. He ido dando pasos, cumpliendo etapas, conociendo diferentes categorías, y a futuro mi reto es clasificar de nuevo a la Sub-21 para el próximo Europeo que se juega el año que viene y, además, llegar a los Juegos Olímpicos de Tokio. Si me vas a preguntar si pienso en algo más, te diré que hablaremos cuando termine esa etapa. Yo soy muy feliz haciendo lo que hago pero es verdad que también me pide el cuerpo seguir dando pasos hacia delante. Cuando pasen los Juegos veremos qué nos tiene deparado el futuro.

Una fecha y lugar concretos: 18 de julio en La Rosaleda. UDL frente al Castellón en fase de ascenso. ¿Hay posibilidades?

Sí. Este año han hecho un trabajo muy bueno jugadores y cuerpo técnico, que han hecho un campeonato muy importante. Hasta que se pudo jugar iban líderes, lo que demuestra que es un equipo experto, con ambición y bien construido. Y además, por convencimiento, creo que ha llegado el momento, es el año y en La Rioja necesitamos un equipo de referencia. Llevamos muchos años con luchas intestinas entre dos clubes en Logroño, dos equipos en Segunda B... y nos merecemos tener un equipo en el mundo profesional. No solo por lo que pueda representar para La Rioja, sino porque hay potencial para poder mantener un equipo profesional. En categorías inferiores La Rioja es una de las grandes desconocidas, pero tiene una de las ratios más importantes de futbolistas profesionales en relación a la población. Son muchos futbolistas profesionales jugando en primera división para los 250.000 habitantes que somos.

O sea, que materia prima hay.

Materia prima hay, el problema es que los buenos futbolistas riojanos están jugando todos fuera porque en La Rioja no hay un referente y estoy deseando de que por fin lo haya y no solo en Segunda División, sino que en el futuro lo sea también en Primera, como cuando yo jugaba.

Decía el entrenador, Sergio Rodríguez, que cualquiera de los rivales habría sido complicado. ¿Algún consejo para él?

Consejo no, solo desearle lo mejor, el acierto y la tranquilidad necesaria para poder dirigir y gobernar ese compromiso. Él conoce perfectamente a sus jugadores y mucho más que yo esa categoría. Conoce a los rivales y lo único que le puedo mandar es mi apoyo, mi ánimo, y si acaso tranquilidad y convencimiento de que lo que han conseguido hasta ahora lo han conseguido porque son muy buenos, y que lo mejor está por llegar. Están preparados para conseguir algo más importante. Con ese convencimiento podrán consolidar esa opción de ascenso que tienen. Es el momento, es nuestro año en La Rioja.

¿Le impidió el confinamiento ver a los suyos en Haro?

He tenido oportunidad de ir a Haro, allí está toda mi familia. También he tenido ocasión de desplazarme a Logroño, donde tengo muchos amigos, pero desgraciadamente no hemos podido tener la naturalidad y normalidad que a todos nos gustaría. Pero claro que he tenido contacto con La Rioja. Soy riojano y me siento riojano, y a pesar de llevar tanto tiempo fuera, lo que he aprendido es que cada día me acuerdo más de mi pueblo. Valoro más la calidad de vida de La Rioja, y de Haro especialmente. Y cada día me siento más orgulloso de poder decir que soy riojano.

Eso es bueno.

Igual es que me estoy haciendo mayor pero después de 40 años fuera de casa, que me fui con 15 años a Bilbao, y ahora que llevo 7 años en Madrid, me he sentido muy querido y muy reconocido.

¿Qué echa de menos de La Rioja?

Volver a vivir con normalidad. Pasear por la Plaza de la Paz en Haro, visitar a la Virgen de la Vega, disfrutar las fiestas, la batalla del vino… Tener normalidad para poder disfrutar de lo que antes disfrutábamos pero no le dábamos tanto valor, como un simple paseo, un abrazo a los amigos o un beso a un familiar. Al principio se decía que saldríamos mejores personas tras la pandemia... a ver si es verdad.