200 comercios menos en 4 años por el cambio de consumo

Bárbara Moreno
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Desde 2018 se han cerrado más de 600 establecimientos en la capital por la venta online y competencia de cadenas

Cierre de comercios en el centro de Logroño - Foto: Óscar Solorzano

La actividad en el sector comercial ha sido muy dinámica en los últimos cuatro años, pero el resultado ha concluido con saldo negativo. Es la primera conclusión que se extrae del análisis de los datos de altas y bajas de establecimientos comerciales en Logroño de los últimos cuatro años. 

La Cámara de Comercio, a través de Logroño.Comercio ha realizado durante los seis últimos años un informe con las aperturas y cierres de comercios en la capital a pie de calle,  lejos de estadísticas, el análisis ha sido objetivo, puerta a puerta de cada establecimientos. Y los datos  arrojan que la realidad es que en los últimos cuatro años se han  abierto 418 comercios, y se han cerrado 632. Es decir, que hay un saldo negativo de 214. Lo que supone un 10% menos de comercios en la capital (sin tener en cuenta los hosteleros). Ya que, mientras en 2018 había 2.386, en 2021 se han contabilizado 2.172. De los que la mitad, casi 100, han cerrado en el último año.

Así, desde la Cámara de Comercio, su director, Florencio Nicolás, considera que el cierre de comercios en este último año se debe lógicamente a la pandemia. Pero la progresión de caída en los años anteriores tiene que ver básicamente con el cambio del hábito del consumo liderado  por la compra online y las grandes superficies. Yla falta de relevo comercial es otra de las debilidades. «Pero lo  que más daño hace es la debilidad de la demanda y del consumo». 

Por su parte, desde FERComercio, Adelaida Adúliz considera que la percepción no es de que se estén cerrando comercios de forma masiva. Pero coincide en que en La Rioja solo en los últimos dos años la facturación ha caído un 30%. 

Las calles de las Cien Tiendas por ejemplo empezaron a ver cerrar establecimientos hace años, pero ahora esta tendencia está viéndose en otras calles como Avenida Portugal, o en la calle Portales. «Los comercios se van moviendo por zonas según se vaya modificando la estructura de la ciudad», explica Nicolás, «y cada vez hay más vida hacia el exterior». Lo cierto es que las franquicias están rescatando locales en el casco antiguo, cerca de la zona de hostelería y de las zonas más emblemáticas. Pero son tiendas de regalos en busca de paso de los turistas. Eso está ocurriendo en todas las capitales de provincia. Pero, «el casco antiguo podría revitalizarse más si empieza a vivir gente joven», algo que está ocurriendo en otras capitales.  

Para Nicolás la solución es muy complicada tras las dos crisis y una pandemia. «Se necesitan ayudas claras para la dinamización y para la captación de público de fuera. Y más ayudas para la incorporación de nueva tecnología y modernización de establecimientos».

En este mismo sentido se pronuncia el experto en marketing y comercio a nivel nacional, Luis Cerdá. «El pequeño comercio siempre ha sufrido por los cambios, hace 10 años por los centros comerciales y hoy por la compra tecnológica y online». El profesor de UNIRdel Máster en Dirección y Administración de Empresas, asegura que el pequeño comercio es un termómetro «y es muy sensible». Se abren menos negocios. El comercio ya no es un colchón de salida para garantizar subsistencia. Para abrir el negocio el plan tiene que estar claramente garantizado. La tendencia general es ir a menos. Pero paradójicamente resiste. Muchos comercios con el apoyo de administración se han ido adaptando». Yahí está la solución, propone, «Logroño por ejemplo es  una ciudad con una buena calidad de vida, se puede ir caminando y el comercio de proximidad se sostiene más. Pero ha caído más la venta que en otras capitales. Por lo que tienen que reforzar más la flexibilidad de ventas con internet sin renunciar a la presencialidad». Y ahí está la labor de la administración pública «que tiene que ser mayor. Apoyar más  la automatización de los procesos comerciales de los establecimientos, no solo hacia afuera con plataformas online, sino hacia dentro; con gestión logística, de inventario y modernización de gestión.» 

  La venta online crece de una manera importante, en España ya es del 25% de toda la compra, apunta Cerdá. Y por ejemplo las grandes  superficies suponen un 35% de la venta total. Alo que hay que sumar que las grandes cadenas como Inditex, cuenta ya con un 40% de venta online «y ha crecido mucho en la pandemia». Eso sí, hay firmas, explica Cerdá, que quieren mantener e impulsar su negocio como centro de ocio y presencialidad, «para que vayas a su local como experiencia de ocio». Como por ejemplo Apple. Y estas están llegando a los centros de las capitales.  

Para Cerdá el comercio tradicional tiene tres fortalezas importantes: la opción de entretenimiento, la experiencia y servicio post venta. Algo en lo que Nicolás está de acuerdo y suma como ventajas:  la cercanía, confianza, asesoramiento o el kilómetro cero , menos contaminación y empleados más vinculados a la empresa y con puestos de trabajo más seguros.