"La mano dura no es la solución para el botellón"

Gustavo Basurto
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La presidenta del Consejo de la Juventud de La Rioja, Leticia Ramírez, repasa en una entrevista las cuestiones que afectan a los jóvenes riojanos y asuntos de interés, como el botellón, para el que pide alternativas de ocio

Leticia Ramírez. - Foto: Ingrid

Se formó como diseñadora de calzado, trabaja en labores administrativas en un colegio y estudia Políticas en la UNIR. Desde la perspectiva que da el Consejo de la Juventud, Leticia Ramírez es una voz autorizada para chequear cómo viven y qué reclaman los jóvenes. Como tantos otros jóvenes, ha vivido con toda su crudeza la crisis sanitaria, pero tal vez con un plus de responsabilidad, por aquello de estar al frente de la entidad representativa de la juventud riojana. No en vano, llegó a la presidencia del Consejo de la Juventud de La Rioja en enero de 2020, poco antes del inicio de la pandemia. Leticia Ramírez repasa las inquietudes, problemas y anhelos de la gente joven y situaciones de actualidad, como el botellón.

 

Estamos a las puertas de los sanmateos, con un programa de mínimos, pero con alternativas de ocio para los jóvenes, como los conciertos. ¿Cómo lo vivirá la juventud?

Esperamos que estas ‘no fiestas’ las viva como lo ha hecho hasta ahora la mayoría de la juventud: con prudencia. Los jóvenes estudiamos, trabajamos, hacemos muchas cosas y al final llegan las ‘no fiestas’ y nos gusta salir con nuestra gente. Creo que la mayoría seguirá actuando como en la pandemia, de manera educada, consciente, prudente y responsable. Luego, hay unos pocos, como hemos visto otra vez en el botellón en el parque del Ebro, que han  descolocado lo que quedaba del festival Concéntrico y han dejado todo lleno de botellas y vasos. Pero no por esos pocos hay que señalarnos a todos. Nos dan un poco de respeto los conciertos, porque son muy buenos, como el Nil Moliner, que este año está muy presente entre la juventud, por si se producen aglomeraciones.

 

¿Echa en falta algo en el programa?

Las fiestas son siempre de otra manera. En mi caso, desde pequeña me he criado entre las peñas, porque mi padre tocaba en una charanga y para mí siempre han sido el alma de la fiesta. Pero son muchas cosas que podrían ser el detonante de una subida de casos (de covid) en quince días. Esperemos que el año que viene estemos todos sin mascarilla y disfrutando de todo. Dentro de lo malo, habrá conciertos, toros y pelota, con lo cual iremos cogiendo un poco de alegría. 

Los botellones de los fines de semana en el parque del Ebro se han consolidado y se han convertido incluso  en un elemento de debate político y ciudadano. ¿Hasta qué punto ese fenómeno es representativo de la juventud riojana?

No es representativo de la juventud. Y no solo hay juventud, porque también acuden despedidas de soltero, gente que viene de fuera; es verano, a las dos de la madrugada les cierran los bares...¿Te vas a ir a casa? ¿Si yo me quedo con cuatro amigas en un banco tomando unas cervezas, eso es también botellón? No se puede obligar a unas empresas como los bares a cerrar a las dos cuando se les ha exigido adoptar medidas, gastar en ellas un dinero que seguramente no han ganado el año pasado y a pesar de que tienen unas  terrazas en las que tienen todo controlado. Supongo que cuando empiece el frío la gente del botellón se irá a otro sitio, pero ahora siendo verano y cerrando los bares a las dos...Es algo que se veía venir. Pero no por eso hay que juzgar a todos, porque hay muchos jóvenes que este verano han estado trabajando para pagarse unos estudios o han estado de voluntarios en campos o en campamentos.  

Por tanto, ¿tampoco hay que criminalizar el botellón?

El botellón, si es ilegal, es ilegal y tienes que ser consciente de que te pueden poner una multa. Toda la vida la gente joven ha hecho botellón. Cuando yo era más joven, se pusieron de moda los macrobotellones por Tuenti y yo fui la primera en ir. Todos hemos sido jóvenes y hemos vivido una serie de etapas, y máxime en una tierra de vinos. Pero no podemos criminalizar algo que se veía venir; que la juventud en verano iba a salir. Y los no tan jóvenes, porque las terrazas están llenas de gente. Había que haber buscado alguna solución y si en las terrazas está todo controlado, se podía haber ampliado ese horario.

¿Qué solución le daría al botellón?

La solución es el ocio alternativo, tanto de día como de noche. El año  pasado ya advertimos desde el Consejo que si en San Mateo las clases iban a estar cerradas, era obvio que un día con 30 grados nadie se iba a estar en casa. 

¿Es preciso emplear medidas policiales, incluso mano dura?

Yo creo que esa nunca ha sido la solución. Los policías no pueden estar actuando como padres en el botellón. Están para que no altere el orden público y tienen que hacer su trabajo, pero creo que la mano dura en el botellón o en cualquier acto multitudinario nunca ha sido la solución, porque al final ha habido consecuencias.

Hay encuestas que indican que las preferencias del ocio de los jóvenes van hacia el deporte en un 65%, lectura y cultura 50%, botellón 40% y voluntariado 20%. ¿Son datos preocupantes?

Entra un poco dentro de lo normal. Llega el fin de semana por la noche y te juntas. En cuanto al voluntariado, en las entidades sociales siempre pedimos más voluntarios, pero cada uno dedica su tiempo libre a lo que quiere. Seguramente si mucha gente supiera que como voluntario te juntas con más jóvenes y lo viviese desde dentro, muchos lo elegirían. En La Rioja, cuando estuvimos encerrados en casa por la pandemia el voluntariado subió. La gente joven se volcó, porque entonces se decía que no nos contagiábamos y fuimos los que más tiramos del carro. En Cruz Roja nos dijeron que el voluntariado subió muchísimo. Tal vez si se hiciera más hincapié en el voluntariado, quizá mucha gente no iría la noche del sábado de botellón para hacer algo al día siguiente. 

 

Durante la pandemia también se ha señalado a la juventud como irresponsable por las fiestas y reuniones sin respetar las restricciones. ¿Se sintieron estigmatizados?

Muchísimo. Parece que todas las olas que ha habido eran culpa de los jóvenes. El año pasado ya se nos señaló; todo era culpa nuestra. Si había un contagio en un cumpleaños, era por la juventud y si embargo, todo el mundo sale, nuestros padres salen y nuestros abuelos, menos, pero también se dan una vuelta. De hecho, a la quinta ola se le ha llamado la ola joven. No se mira a los jóvenes que están estudiando, trabajando o como voluntarios. Mucha gente se ha contagiado en el trabajo, no siempre en un botellón. 

 

Entre las consecuencias de la Covid está la brecha digital en jóvenes de familias con menos recursos. ¿Se ha conseguido contener?

En el Consejo, al principio, contactamos con Educación. Y Cruz Roja, que está en nuestra Comisión Permanente, se ha volcado mucho con ese tema y supieron salir muy bien al paso para repartir material durante el confinamiento a familias que no tenía tablets ni internet. Creo que ahora se ha contenido y todo el mundo en los colegios lo tienen resuelto. Pese a todo, la brecha digital es una realidad y no todas las familias pueden tener internet, móviles u ordenadores para todos. 

 

También se están detectando problemas de salud mental entre los jóvenes provocados por la pandemia. ¿La juventud sufrió mucho con el confinamiento?

Creo que sí. Todas las edades han tenido sus cosas. Yo soy joven, vivo sola y he pasado todo el confinamiento a base de viodellamadas con mis amigos y familias. Yo pensaba que habría pasado si me hubiese tocado más joven, con 15 años, en casa las 24 horas con tus padres...Creo que ha afectado a la salud mental de todos, pero los padres son más maduros. Además, los jóvenes necesitamos socializar para todo. Nunca ha sido fácil ser joven y si ya veníamos de la de 2008, con esta crisis de educación y de empleo, a la juventud le va a costar salir adelante. 

Un estudio del Injuve indica que hay un 16% de ninis en España, 2 puntos más que la media europea y que esa cifra no hay mejorado desde la crisis de 2008. ¿No se ha dado con la tecla para solventarlo?

No, no hemos dado con ella. Recuerdo la crisis anterior, que recién terminados los estudios, en 2010, tuve suerte de encontrar empleo, pero en 2013 me quedé en paro. El año pasado me volví a quedar en paro, por lo que me ha tocado vivir las dos crisis. Yo vivo sola, tengo unos gastos y no quiero volver a casa de mis padres. Con los ‘ninis’, no hay que dar ayudas, sino enseñarles a conseguir empleo. Y fomentar que la gente joven y el talento se queden en La Rioja, que siempre ha sido una tierra de oportunidades y muy rica. La juventud somos el presente, pero sobre todo el futuro de La Rioja. Tenemos que dar con esas políticas para que la juventud no se marche y se quede a emprender, a trabajar o a opositar.

¿Los jóvenes riojanos se siguen marchando al extranjero?

Tengo la impresión de que sí. Amigas mías dicen que no vuelven a España a trabajar, porque cobran mucho más fuera, han estudiado una carrera y les pagan como lo que son. 

 

La emancipación tardía coloca a España en la cola de la UE. ¿La explicación es únicamente la precariedad del mercado laboral?

Creo que sí, porque si no tienes un sueldo no puedes emanciparte. Yo tengo la suerte de tener una casa que es mía, porque si tuviera que pagar un alquiler, seguramente seguiría en casa de mi madre. Y en Logroño, los alquileres no son tan altos, pero en ciudades cercanas, como Pamplona, un alquiler es un sueldo, y no digo ya Madrid o Barcelona.

¿A la juventud le interesa la política?

Creo que sí. A mí me interesa y me gusta mucho. Algunos están hartos y pasan del tema porque piensan que todos los políticos son iguales, pero también hay gente con mucha iniciativa, voluntaria y con muchas ganas de cambiar la sociedad para mejor, con unas ideas u otras.

¿Son muy distintos los problemas o las inquietudes de los milennials de con respecto a los centenials?

Seguramente las haya, pero las situaciones cambian. Cuando yo era más joven, nuestro problema era recargar el móvil para enviar SMS y ahora es conectarte para tener wasap e instragram o hacer tik toks. Las situaciones han cambiado pero al final las preocupaciones son prácticamente las mismas, independizarse, tener una familia de un tipo o de otro, empleo digno, salir adelante...

Hay una preocupación en la juventud por el medio ambiente y el cambio climático. ¿Es un compromiso real o hay algo de postureo?

A la juventud se le ha ido inculcando todo lo relacionado con el medio ambiente y el reciclado y llegarán generaciones que tendrán más conciencia. El postureo quizás se dé entre gente más mayor;la juventud tiene mucha conciencia.

La igualdad de género también es algo muy asumido entre los jóvenes, pero siguen dándose casos de violencia machista. ¿Hay algo que no estamos haciendo bien?

Espero que dentro de unos años no se tenga que hablar de esto, porque hayamos inculcado desde pequeños la igualdad real, no solo en las escuelas, sino también en la familia. Confío en que esa igualdad sea de verdad, en salarios y en todo lo demás. Y creo que, por suerte, esta es la actitud que tiene la juventud, aunque queda trabajo por hacer. Yo me he educado en una familia tradicional, pero a mí me han inculcado que nadie está por encima de nadie. Nunca he visto en mi casa que una mujer tenga que rendirse por nada, sino a mujeres que han trabajado y han luchado. 

Proyecto Hombre ha detectado gente muy joven que consume marihuana y cannabis y con adicciones al juego. ¿Le preocupa?

Sí, es preocupante. En una reunión con Proyecto Hombre, hablábamos también del alcohol, al que no se le considera una droga peligrosa, pero que crea adicción entre la gente joven. También se ve el problema de las adicciones al juego, pero, por suerte, en La Rioja cuando se detectan casos  se dejan ayudar muy bien. 

¿Las redes sociales restan protagonismo al contacto directo, al valor de la amistad?

Nunca va a ser lo mismo; es como leer un libro en una tablet o hacerlo en papel. Buena parte de la juventud hemos nacido ya con eso, pero también es verdad que hemos vivido mucho tiempo encerrados en casa y no había otra manera de socializar. No es lo mismo que el contacto directo, ver a la persona y mirarle a los ojos, pero durante mucho tiempo no nos quedaba otra opción.

Además de presidir el Consejo de La Juventud, es miembro de la asociación universitaria MAS. La UR es un campus pequeño. ¿Condiciona eso el peso que debe tener la Universidad en la sociedad riojana?

Creo que en La Rioja tenemos muy buenos estudios. Una Escuela Superior de Diseño pública con título oficial y la Escuela de Enfermería nueva, que es maravillosa. Tenemos una amplia oferta de estudios. Y tenemos además la UNIR. Podría haber más, pero hay que tener en cuenta que somos una Comunidad pequeña. 

¿Qué le pediría a los poderes públicos riojanos para la juventud?

Desde el Consejo de la Juventud, que este año celebra su 35 aniversario, estamos pendientes de hacer un acto conjuntamente con el Parlamento de La Rioja. Lo que les pedimos es compromiso, no hay una comisión de juventud en el Parlamento y queremos que se cuente con los jóvenes, y más con la crisis de empleo que sufrimos, para que el talento no se vaya. Un compromiso que sea mutuo, nosotros con ellos y ellos con nosotros.