La Rioja recuperó 1.489 toneladas de aceite usado en 2020

E. Press
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El balance de la actividad, declarada esencial en plena pandemia, destaca que se evitó la emisión de 529 toneladas de CO2 y se ahorró el uso de 217.000 barriles de petróleo

Imagen del cambio de aceite de un vehículo - Foto: SIGAUS

El año 2020 estuvo marcado por la crisis global causada por el coronavirus, cuyas consecuencias a nivel sanitario, social y económico aún están muy presentes. Sin embargo, la gestión del aceite industrial usado no paró. Declarada actividad esencial, el sistema encargado de la recuperación de este residuo peligroso en España, SIGAUS, llevó a cabo 1.176 operaciones de recogida de aceite usado en 72 municipios riojanos, en los que se atendió a 586 establecimientos, cerca de la mitad talleres mecánicos.

Esta gestión evitó la emisión de 529 t de CO2 y ahorró la utilización de más de 217.000 barriles de petróleo, siguiendo así con la hoja de ruta marcada para lograr una economía más circular, en la que los residuos se convierten en recursos.

Los aceites usados procedentes de los vehículos o la maquinaria son un residuo peligroso y con un elevado potencial de impacto ambiental. En 2020 SIGAUS garantizó el cumplimiento legal y la protección de nuestro entorno con la recuperación de 1.489 toneladas brutas de aceites usados en La Rioja. Esta cantidad incluye el volumen de aceite usado neto finalmente tratado, 814 toneladas, y ciertas cantidades de impropios, como agua o sedimentos, que suponen el 45% del total, y que han de separarse durante el tratamiento.

El 48% de los establecimientos en los que se realizó el servicio de recogida fueron talleres mecánicos (280 talleres), en los que se recuperaron 560 toneladas de residuo. En 2020 SIGAUS recogió en todo tipo de talleres: marquistas, multimarca, independientes, multiservicios, especializados, autocentros, mecánica rápida, vehículos industriales o lavado y engrase. Sin embargo, la industria (138 instalaciones atendidas) fue la actividad de mayor generación de aceite usado en La Rioja, con 704 toneladas generadas, que suponen el 47% del volumen total recuperado en esta comunidad autónoma.

Un gran número de recogidas tuvo lugar en otra amplia variedad de actividades, como la agricultura, el comercio, la hostelería, el transporte o la construcción, así como relacionadas con la Administración pública, las fuerzas armadas, presas, parques eólicos, empresas de alquiler de vehículos o autoescuelas, entre otras, que sumaron 168 establecimientos.

Eduardo de Lecea, director general de SIGAUS, hace balance del año asegurando que "2020 ha sido nuestro año más responsable. Cuando todo paró, nuestra actividad fue declarada esencial, y decidimos reforzar nuestro sistema para seguir ayudando al tejido económico mediante la recogida del aceite usado en toda España. Nuestra misión fue asegurar en todo momento la operativa de otras actividades esenciales, y garantizar que el aceite usado no fuera un problema añadido, sino uno resuelto. En definitiva, que la gestión del aceite usado no parase para miles y miles de empresas que nos necesitaban".

Zonas de especial vulnerabilidad ambiental

El aceite industrial usado es uno de los residuos peligrosos que se generan en mayor cantidad. Por su toxicidad y su escasa biodegradabilidad puede tener importantes efectos sobre la salud y el medio ambiente. Su vertido provoca graves problemas de contaminación y su combustión incontrolada conlleva la emisión a la atmósfera de gases tóxicos (con cloro, plomo...). Es, además, especialmente dañino en el medio acuático: tan solo un litro de aceite industrial usado puede llegar a contaminar hasta un millón de litros de agua.

Esta peligrosidad, unida a la precaria situación económica vivida por la industria gestora de este residuo, llevó a SIGAUS a tomar la decisión de aumentar la financiación de la recogida: "Entendimos que una situación excepcional requería medidas excepcionales. En el peor momento, multiplicamos por 6 la financiación de la recogida para ayudar a las empresas gestoras y asegurar que seguían recogiendo el aceite usado en cada rincón de España, por muy lejos que estuviera", señala Eduardo de Lecea.

Desde el punto de vista ambiental, la recuperación de este residuo peligroso tiene un importante valor añadido en zonas alejadas, principalmente rurales, donde se encuentran la mayoría de espacios naturales protegidos y recursos hídricos, y donde habitan una parte importante de la flora y fauna protegidas. El 79% de los municipios riojanos donde se recuperó aceite usado son rurales. En estas zonas la población, y la generación del aceite usado, presenta altos índices de fragmentación y dispersión. Aun así, allí se atendieron 180 establecimientos y se recuperaron 674 toneladas de residuo.

Dentro del medio rural de La Rioja, en zonas especialmente vulnerables a la contaminación, como son las inmediaciones de espacios protegidos y recursos hídricos, se recuperaron 33 toneladas de aceites usados de 20 establecimientos.

En concreto, SIGAUS recogió 21 toneladas en el entorno de la Reserva de la Biosfera de los Valles de Leza, Jubera, Cidacos y Alhama.

Por su parte, en el entorno de recursos hídricos (ríos, lagos, embalses y zonas sensibles a la eutrofización) se evitó el potencial contaminante de 14 toneladas de aceites usados (siendo en algunos casos puntos de generación coincidentes con espacios protegidos).

La actividad de recogida también fue intensa en zonas de montaña o escasamente pobladas (municipios de menos de 1.000 habitantes) de La Rioja, con la prestación del servicio de recogida en 22 y 90 establecimientos productores respectivamente.