Y Logroño se apagó a las 5 de la tarde

El Día
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El cierre de bares, restaurantes y comercios vacía las calles de la capital, una imagen inusual de cualquier sábado de enero en pleno frenesí de las rebajas. Solo se mantienen servicios esenciales, como alimentación, transporte y farmacia

Y Logroño se apagó a las 5 de la tarde

Las cinco de la tarde era la hora fijada. Y con más o menos puntualidad, pero con total aceptación de las reglas del juego, comercio, bares y restaurantes de La Rioja fueron echando las persianas. "Es lo que hay", se resignaban hosteleros de Bretón de los Herreros, una de las zonas de la capital riojana con mayor concentración de bares, condenada estos días a poner fin a la actividad a las 5 de la tarde. Con ello, Logroño comenzó a convertirse en una ciudad cuasi fantasmagórica en una hora en la que cualquier sábado no falta bullicio, se transite por donde se transite de la capital. Más aún un sábado de enero, con el periodo de rebajas recién inaugurado, que convierte el centro de la ciudad en un hervidero de gente, de tienda en tienda en busca de la mejor oferta. 

Las imágenes de la ciudad entre las 5 y las 6 de la tarde no ofrecen lugar a dudas de cómo ha afectado la decisión del Gobierno de La Rioja de ordenar el parón de todo tipo de actividad no esencial a partir de las 5 de la tarde desde este sábado. Gran Vía, Calvo Sotelo y Hermanos Castroviejo, por citar tres espacios de alta concentración de comercio en la capital, presentaban un aspecto poco habitual para tratarse de un sábado, con escasos viandantes. Tampoco en avenida de Colón o Vara de Rey. 

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La disponibilidad de plazas de aparcamiento suficientes en zonas en las que resulta prácticamente imposible encontrar una libre en fin de semana, como Miguel Villanueva, en El Espolón, o el parking gratuito del Ebro junto al Revellin, refleja también hasta qué punto la ciudad estaba ya apagada desde poco después de las 5 de la tarde. Logroño se apagó después de comer.