Despejado el futuro de la subestación de Cascajos

Feli Agustín
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Las obras concluirán a inicios de 2024 tras invertir seis millones y para dejar a la subestación soterrada donde está. La solución es «la mejor desde el punto de vista técnico y económico»

La actuación en la subestación en Cascajos comenzará en cuatro meses para concluir a primeros de 2024. - Foto: Ósacar Solorzano

Tras más de una década de demora en medio de profundas divergencias entre PSOE y PP, el Ayuntamiento de Logroño ha llegado a un acuerdo con Iberdrola que aclara definitivamente el futuro de la subestación eléctrica de Cascajos, que permanecerá soterrada en su actual ubicación. Así lo recoge el convenio que ayer suscribieron el alcalde de la capital, Pablo Hermoso de Mendoza, y el delegado institucional de Iberdrola en La Rioja, Carlos Sobrino, que coincidieron en que la solución adoptada es la mejor, tanto desde el punto de vista técnico como económico.

El alcalde ofreció los pormenores de una actuación que contempla una inversión de 5,9 millones de euros, de los que 1,5 aportará Iberdrola y los 4,4 millones restantes el Ayuntamiento, una cantidad «abordable», según el alcalde, que negocia con la Sociedad de Integración del Ferrocarril (LIF), de la que también forman parte los gobiernos de España y La Rioja, para lograr una aportación. Las «complejas» obras serán ejecutadas por Iberdrola, que comenzará, según Sobrino,  «hoy mismo», a redactar un proyecto que arrancará en cuatro meses para estar concluido a principios de 2024.

La actuación se dividirá en cinco fases y prevé la instalación de una estación móvil provisional, que se ubicará en la parcela anexa a la  de la subestación y que se apoyará en la red para garantizar el suministro  eléctrico. Sobrino reconoció que durante las obras se producirán cortes «puntuales», que no se prolongarán más de dos horas y serán notificados con 48 horas de antelación. 

El convenio suscrito ayer, uno de los «más importantes y esperados de la ciudad», contempla que la subestación quede enterrada a 5,5 metros bajo la cota cero, y solo queden sobre superficie los edificios de acceso y las chimeneas, que permanecerán integrados en el entorno. Para ello,  Iñaki Ábalos y Renata Sentkiewicz, responsables de la estación de autobuses y el parque Felipe VI, han realizado un diseño «que envolverá estas instalaciones de forma novedosa» y  contribuirá a que Logroño mejore estética y funcionalmente.

Hermoso de Mendoza se mostró convencido de mantener la subestación en su actual ubicación frente al traslado a Pedregales, como defendía la anterior Corporación,  y aseguró que la integración de edificios de carácter industrial y de infraestructuras en las ciudades «es no solo conveniente, sino necesario para mantener las prestaciones de calidad de los servicios que requiere la actividad urbana». El responsable de Iberdrola le dio la razón y aseguró que en todas las ciudades «de tamaño  igual o superior» a Logroño hay infraestructuras de este tipo soterradas. «La mejor solución es su integración en la trama urbana, y se debe hacer con la última tecnología, con seguridad y con integración estética, como es este caso», razonó el responsable de Iberdrola, que  afirmó que la medida adoptada cuenta con unas condiciones económicas «muy favorables», mientras el traslado hubiera costado el doble.