Las tormentas dejan pérdidas de más 10 millones en el campo

G.B.
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Agroseguro contabiliza ya 13.000 hectáreas siniestradas. El granizo ha causado el 90% de los destrozos. Santo Domingo, Bañares y Briones, los más afectados

Finca de guisantes destrozada por el pedrisco en Santo Domingo de la Calzada. Este cultivo, que este año alcanzaba cifras récord de superficie en la zona, estaba a punto de cosecharse. - Foto: Óscar Solorzano

Tras las tempestades de la semana pasada, la calma ha llegado a La Rioja en lo climatológico, pero no tanto en lo económico, con un buen número de agricultores y municipios damnificados y un reguero de destrozos por toda la región. Aunque la cuantificación de los daños está aún en proceso, los datos disponibles a día de hoy apuntan ya a un impacto muy importante en el campo: al menos 13.000 hectáreas de cultivo afectadas con una pérdida económica estimada en unos 10,5 millones de euros.

Son cifras que ofrece Javier Zarcero, delegado de Agroseguro para la zona norte, en la que se incluye La Rioja, correspondientes al periodo del 11 al 22 de junio, y que recogen las incidencias de las fuertes tormentas de agua y granizo de la semana pasada, que barrieron con especial crudeza el territorio riojano el lunes 14 y el miércoles 16, principalmente en Rioja Alta, pero con daños también en la zona Media y Baja.

Con los partes de incidencias que ya tiene sobre la mesa, Zarcero señala que La Rioja es una de las regiones más afectadas por los daños sobre superficie asegurada y cultivada y por la reincidencia de los fenómenos tormentosos en una misma semana. 

Las 12.966 hectáreas contabilizadas por Agroseguro hasta el 22 de junio corresponden a 6.593 parcelas que están aseguradas, por lo que la superficie total dañada por las trombas de agua y granizo en la Comunidad, si se computan las fincas sin seguro, será mayor.

Aunque los partes de siniestros se refieren tanto a daños por inundación como por granizo, el pedrisco es el responsable de más del 90 por ciento de los daños.

La virulencia de las tormentas de la semana pasada confirma otra percepción que los expertos en campo tienen sobre un adelanto temporal de este tipo de fenómenos. Lo comenta Javier Zarcero, que explica que cada año se registran episodios tormentosos de mayor intensidad, con más superficie siniestrada, más repetidos en el tiempo y en fechas más tempranas. Si antaño las tormentas de verano eran frecuentes de junio a agosto, en los últimos años se adelantan de forma habitual a abril y mayo.

Parecida impresión tiene el secretario general de la organización agraria Arag-Asaja, Igor Fonseca, que señala que tradicionalmente el agricultor ponía la vista en el cielo desde junio a agosto, y señala que las tormentas son cada vez más frecuentes y más violentas.

Algo que no se recuerda. ¿Han sido las tormentas de la semana pasada las  más dañinas de la historia reciente de La Rioja? Fonseca no se aventura a certificarlo, pero sí apunta que  aunque ha habido otros episodios climatológicos muy destructivos, «de forma tan consecutiva y cebándose en las mismas zonas, no se recuerdan».

Las cifras que maneja Agroseguro confirman que el cielo se ensañó de manera especial con Rioja Alta y singularmente con algunos municipios. De las casi 13.000 hectáreas de cultivos dañados en toda la región, prácticamente 10.000 se sitúan en Rioja Alta. La zona Media contabiliza algo más de 2.000 y la Baja sufrió en menor medida los embates del agua y el granizo, aunque hay partes de incidencias que suman más de 800 hectáreas.

Santo Domingo de la Calzada, que el miércoles 16 se veía sorprendido por una tremenda granizada, encabeza a distancia el listado de municipios damnificados. El campo calceatense tiene motivos para estar desolado, con 2.533 hectáreas afectadas, sobre todo (2.330) cultivos herbáceos, que incluyen cereal, leguminosas de grano (principalmente guisantes y también judías) y oleaginosas (colza), aunque hay también 203 hectáreas afectadas de hortalizas al aire libro de otoño e invierno. La granizada del miércoles resultó especialmente desoladora para los productores del creciente cultivo de guisante, que vieron destrozadas enormes fincas de esta leguminosa cuando estaban a horas de iniciar la cosecha.

Por detrás de Santo Domingo, pero con daños también muy cuantiosos, están Bañares, con 1.079 hectáreas de herbáceos extensivos dañados y 205 de hortalizas; Briones, con 501 de herbáceos y 395 de viña; Logroño, que ha sufrido destrozos en 411 hectáreas de cultivos herbáceos y 209 de uva; San Asensio, donde la viña ha sufrido pérdidas en 403 hectáreas; Fuenmayor, que inauguró el lunes 14 una semana fatídica en lo climático con una fortísima tormenta, con 384 hectáreas de viñedo; San Vicente de la Sonsierra, donde el rastro de las trombas dejó maltrechas 358 hectáreas de viña; y Haro, con 221 hectáreas de herbáceos y 136 de viña dañadas. 

Aunque en esta ocasión Rioja Baja se han visto menos perjudicada, hay municipios con daños importantes, como Aldeanueva de Ebro, que han afectado a 250 hectáreas de producción de uva.

Herbáceos, los peor parados. En suma, los cultivos herbáceos se han llevado la peor parte, con 7.623 hectáreas de cultivo dañadas en toda la Comunidad, seguidos por el viñedo, que ha perdido total o parcialmente la producción de 3.409 hectáreas de terreno. Pero hay destrozos también en frutales, con Entrena (224 hectáreas) y Albelda (158) como municipios peor parados, y en la cereza, que ha podido perder 12 hectáreas de cultivo. En el olivo, los daños se cifran en 26 hectáreas, y las hortalizas, entre las de otoño/invierno y las de primavera/verano, cuantifican más de 1.000 hectáreas damnificadas.

Los seguros agrarios son la tabla de salvación para muchos productores en casos de desastres climatológicos graves. Pero el aseguramiento no llega al cien por cien los cultivos. Pese a que La Rioja está por encima de la media nacional en aseguramiento agrario, las organizaciones agrarias riojanas apuestan por aumentarlo. Es difícil establecer el nivel exacto de superficie agraria asegurada en la región, pero rondará el 60% en general, aunque en cultivos como la viña o el cereal supera algo ese porcentaje.

La responsable de seguros de Uagr-Coag, Tania Alesanco, señala que dentro de la región hay zonas con mayor tradición de aseguramiento y aconseja a los agricultores que no suscriben pólizas que se informen, porque la oferta es muy variada y no tiene por qué resultar tan caro. Como ejemplo, apunta que un seguro para viña de los más caros saldría por unos 3.200 euros para una producción de unos 120.000 kilos. Para Igor Fonseca, secretario general de Arag-Asaja, el nivel de aseguramiento no es suficiente. Fonseca cree que la Administración, sobre todo el Ministerio, debería aumentar la subvención al seguro agrario, porque el aumento cada vez mayor del número de siniestros encarece las pólizas.

Fuenmayor y Santo Domingo, a la espera. Fuenmayor y Santo Domingo de la Calzada, los dos municipios más dañados por las tormentas de la semana pasada, aguardan el resultado de las solicitudes de sus respectivos plenos municipales para que el Gobierno central les declare zonas afectadas gravemente por un emergencia de protección civil. Mientras tanto, ambos ayuntamientos continúan con la evaluación de daños. En Santo Domingo, solo la rotura de 74 farolas por el granizo le costará a las arcas municipales 40.000 euros, a lo que habrá que sumar daños en los polideportivos Valle del Oja y Margubete, explica el concejal Raúl Riaño. En el Gobierno de La Rioja también se están evaluando daños en infraestructuras afectadas, como caminos agrícolas. El arreglo de caminos es crucial para poder acceder a las viñas dañadas y aplicar tratamientos que eviten las temidas enfermedades. Igor Fonseca, de Arag-Asaja, urge al Gobierno regional a ayudar a los ayuntamientos a reparar los caminos. La buena noticia es que la bajada de temperaturas dificulta la expansión del mildiu, que sin embargo ya hizo aparición con las primeras manchas hace unas semanas, explica Fonseca.