La uva apunta a una gran calidad ayudada por un buen verano

Efe
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La primavera y el verano de 2021 han acompañado, con momentos puntuales de tormentas, a los viñedos de Rioja, que se encuentran en situación de "vigor contenido y bayas de tamaño reducido

Uno de los veedores del Consejo Regulador, José Luis Martínez. - Foto: Ingrid

La primavera y el verano de 2021 han acompañado, con momentos puntuales de tormentas, a los viñedos de Rioja, que se encuentran en situación de “vigor contenido y bayas de tamaño reducido, factores que indican que la uva puede ser de gran calidad si las condiciones meteorológicas son las adecuadas”.

Así lo ha afirmado este martes uno de los ocho veedores del Consejo Regulador Denominación Origen Calificada (DOCa) Rioja José Luis Martínez, en un encuentro informativo previo a recoger muestras de uva blanca en un viñedo singular de 1975 de la variedad Viura perteneciente a una bodega privada situada en la comunidad riojana.

Este viñedo, localizado en lo más alto del Monte Cantabria de Logroño, cuenta con unos racimos en proceso de maduración que ya cuelgan a montones y que miran hacia unas vistas privilegiadas de la capital riojana.

Martínez ha explicado que es “difícil” dar una previsión del resultado de la vendimia de este año cuando todavía falta un mes y medio para que esta concluya, aunque sí que ha indicado que “están cumplidos los requerimientos de uva de la DOCa Rioja", de la que forman parte La Rioja, País Vasco y Navarra.

El próximo boletín de maduración de la uva del Consejo Regulador de la DOCa Rioja se publicará mañana, miércoles, y recogerá, por primera vez este año, los datos de las 57 parcelas que hay señaladas, ya que, hasta ahora, se habían recogido semanalmente de “las zonas más precoces” de vendimia, ha señalado.

Este veedor ha mostrado lo que semana tras semana realiza junto con sus siete compañeros por las casi 60 parcelas de viñedos de Rioja que tienen señaladas y de las que toman muestras de una serie de plantas que ya están marcadas.

Estas muestras se basan en las propias bayas de la uva, en este caso, blancas y de la variedad Viura, que se arrancan cuidadosamente del racimo y se almacenan en tarros de cristal, de los que solo volverán a salir para ser analizadas y estudiadas para conocer su maduración, ha apuntado.

“Las muestras que recogemos son remitidas a los laboratorios de referencia y estos nos envían los datos de peso, potasio, acidez y ph, entre otros", ha resaltado, "lo que nos permite ir haciendo previsiones de las posibles fechas de vendimia para cada zona”.

Durante esta y todas las campañas de vendimia de Rioja, “al fin y al cabo, se trata de encontrar el momento oportuno en el que la maduración sea óptima”, ha asegurado Martínez, ha añadido desde este viñedo singular, que, para alcanzar dicho título, las viñas tienen que cumplir con una serie de especificaciones diferenciadoras.

Ha detallado que un viñedo singular como el que ha visitado este martes “reúne las singularidades que tiene que tener para serlo, que son, básicamente, un mínimo establecido de 35 años y que tiene que ser de uniformidad”.

Además, con el fin de que un viñedo obtenga la calificación de “singular”, tiene que “tener un vigor contenido y, además de eso, una vez elaborado el vino, tiene que superar dos fases distintas”.

Respecto a las condiciones que serían mejores para lo que queda de vendimia, ha expresado que “lo ideal sería que el tiempo transcurriera, más o menos, como ha transcurrido. No hace falta nada de agua y el viento es recomendable, sobre todo el viento ‘Cierzo’, eso permite la aireación de la vegetación y de los racimos”.