La plaza de Abastos retoma la idea de cultura o negocios

Feli Agustín
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Con el acuerdo de Ayuntamiento y comerciantes, se recoge un planteamiento de 2004 para abrir primer y segundo piso también a coworking sin realizar obras que cierren el mercado

La plaza de Abastos retoma la idea de cultura o negocios - Foto: Óscar Solorzano


Convertir el Mercado de San Blas en un referente de calidad y un escaparate de los productos de toda La Rioja, en una fórmula que combina aspectos sociales, culturales, tradicionales y las nuevas tecnologías, era el objetivo que pretendía el Ayuntamiento de Logroño en 2004 y es algo similar lo que se busca en 2021. La plaza de Abastos, cuya segunda planta se utilizó en la edición de La Rioja Tierra Abierta en 2007 con fines culturales con la intención de mantener ese uso posteriormente, podría, tres lustros después, confirmar su valía como escaparate artístico. Así lo explica la concejal de Comercio, Esmeralda Campos, que confirma que el Gobierno local trabaja, en colaboración con los comerciantes de la plaza, en un plan de dinamización «para llenar de vida primera y segunda planta», que están vacantes. Campos, que asegura que para el equipo de Pablo Hermoso de Mendoza el mercado es «una primordial y fundamental», añade que se barajan diversas posibilidades - «tenemos múltiples vías sobre la mesa»- con el objetivo, reitera, de «generar vida» , de tal manera que «puedas ver una exposición arriba y comprar abajo».
Entre las posibilidades que se estudian figuran desde actividades culturales a económicas y, al respecto, no descarta espacios de coworking, colaboraciones con el mundo empresarial y de carácter público-privado;de hecho, opina Campos, «lo ideal sería un poco de todo» porque entiende que la mejor manera de generar actividad  en la plaza es «tocar todos los palos».
El pliego de condiciones saldrá a lo largo del año y lo que sí está descartado es acometer obras de gran envergadura, aunque sí se prevé, de acuerdo con los comerciantes de la plaza,  obras que no supondrán su cierre.
«Los comerciantes no quieren que se paralice la vida del mercado» porque, en este contexto «si se deslocalizan durante dos años no serían capaces de recuperar a sus clientes», afirma la edil, que apunta que se podría abrir  a otros negocios, pero siempre teniendo en cuenta que es un edificio protegido. Además, se renovará cartelería y no descarta instalaciones hosteleras, «se haría siempre de la mano» de Laurel y San Juan», una oferta que, en cambio, desecha el presidente de los comerciantes de la Plaza, Alfredo Iturriaga, por la cercanía de numerosos bares. Sí comparte, en cambio, la propuesta de acoger exposiciones u otros actos culturales, «que se ha demostrado que funcionan». En la primera planta, explica, se pretende vaciar los puestos y «volver a sacar las cristaleras en la parte trasera, donde ahora hay una pared», de tal manera que los espacios quedarían diáfanos para permitir la venta de verduras ecológicas, o artesanía. «Queremos que el Mercado se convierta en un atractivo para que los fines de semana la gente se acerque porque va a encontrar algo distinto», indica.


Empresas. El presidente de la Asociación de Comerciantes del Mercado de Abastos afirma que pretende, además, convertirse en un nido de pequeñas empresas, abriendo espacios de coworking. «Todos esos huecos que quedarían diáfanos se acristalarían y  podrían establecerse como lugares de trabajo compartido», reflexiona.
Iturriaga, que fue él mismo concejal, reconoce su hartazgo por los estudios que se han realizado sin éxito sobre la plaza;el último uno de viabilidad convocado en 2019 y que quedó desierto en 2020. Entiende que lo que los negocios del casco antiguo necesitan son facilidades para poder acercarse, «lo que cuesta es ponerse hacerlo;pero cuando no hay voluntad o no hay dinero, se contrata un estudio»,  afirma.

 

«Exposiciones en la planta de arriba serían un reclamo»

Mónica Rubio, al frente del puesto Verduras Sarramián, adelanta su intención de concurrir a la renovación de la concesión. Comparte el deseo de abrir la Plaza a exposiciones, charlas u otras actividades culturales porque de lo que se trata es de «darle vida». «Ofrecemos productos de buenos y de calidad», asegura Mónica, que argumenta que la organización de muestras u otros actos supondrían «un reclamo». Esta comerciante, a la que le parece «que no estaría mal» que se ubicarán en el interior de la plaza tiendas de otros productos, como ropa o tecnológicas, explica que con la crisis aguantan «el chaparrón»  como pueden, «unos días mejor y otros días peor». «La gente está muy triste, se queja, pero ahí estamos», asegura Mónica, que confía en el futuro a la plaza.

 

«Se pueden ofrecer alquileres baratos para otros negocios»

Roberto Sáenz, de Charcutería Ingrid, argumenta que la ubicación de la Plaza, en un área bastante «despoblada», añade dificultad al objetivo de su reactivación, una meta que se le antoja complicado alcanzar. Coincide en que abrir las plantas vacías a otras actividades sería un paso importante. «Si el Ayuntamiento se aviene a lo que dice el presidente de reubicar gente en la primera planta pues le daría vida al mercado», asegura el comerciante, que defiende oficinas o alquileres «baratos y asequibles» para que se puedan instalarse otro tipo de negocios. Sáenz tiene intención de optar a la nueva concesión, aunque lamenta la situación que atraviesan, agudizada por la ausencia de gente de otros municipios y comunidades.

 

«Puestos con otros productos serían un complemento»

Sara García, de Bacalaos Alejandra, con almacén en La Portalada, reconoce que están todos los puestos a la «expectativa» de las nueva concesiones y de las actuaciones que puedan desarrollarse en las plantas vacías.
Comparte la idea de abrir el mercado a nuevos negocios y a actividades culturales o un salón de actos, aunque  no ve necesarios nuevos establecimientos de hostelería en el entorno de Laurel y San Juan.
Sara, en cambio, sí considera oportuno instalar un supermercado que provea de los productos que los actuales puestos no ofrecen, como lácteos de limpieza. «Serían un complemento», opina esta comerciante, que constata que la situación está un poco «floja» y apuesta por que se ofrezca a los clientes parking gratuito.