El CSIC desarrolla un sistema para monitorizar la sequía

Agencias
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Aparte de la falta de precipitaciones, también influye la demanda atmosférica de humedad y su detección temprana es de gran importancia y tendrá interesantes consecuencias para el sector agropecuario

El CSIC desarrolla un sistema para monitorizar la sequía

El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en colaboración con la Fundación Aragonesa para la Investigación (ARAID) y la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), ha desarrollado un nuevo método para monitorizar la sequía meteorológica en tiempo real. El Monitor de Sequía Meteorológica, que es como se llama este sistema, permitirá el seguimiento, alerta temprana y evaluación de este fenómeno en España. Este nuevo servicio climático proporciona información actualizada cada semana sobre la severidad de la sequía meteorológica a escala nacional con una elevada resolución espacial. El sistema procesa la información obtenida a tiempo real de la red de estaciones meteorológicas automáticas de AEMET y de la red SIAR (Sistema de Información Agroclimática para el Regadío) del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

A partir de estos datos se calculan dos indicadores de sequía, el Standardized Precipitation Index (SPI), basado exclusivamente en datos de precipitación, y el Standardized Precipitation Evaporation Index (SPEI), que incorpora además información sobre la demanda atmosférica de humedad. El sistema muestra las anomalías de estos dos índices con respecto a las condiciones normales en cada punto del territorio. Además, en aquellos lugares donde se están dando condiciones de sequía, el monitor permite conocer la persistencia (duración), así como su severidad acumulada (intensidad).

«Los indicadores elegidos permiten adaptarse a una gran variedad de impactos potenciales de la sequía, por lo que el sistema permitirá mejorar la preparación y alerta temprana ante el riesgo de sequía meteorológica en España», explica el investigador Sergio Vicente Serrano, del Instituto Pirenaico de Ecología (IPE-CSIC). El Monitor de Sequía Meteorológica se enmarca dentro del proyecto denominado ‘Desarrollo de índices de sequía sectoriales: mejora de la monitorización y alerta temprana de las sequías en España’ (DESEMON). El sistema es de libre acceso y será transferido a la AEMET para su mantenimiento operativo.

«La sequía tiene una elevada recurrencia en España debido a la gran variabilidad interanual de las precipitaciones. Además de la precipitación, el otro factor que contribuye a la sequía meteorológica es la demanda atmosférica de humedad, algo así como la capacidad desecante del aire. Aunque esta presenta una menor variabilidad interanual que la precipitación, se ha visto más afectada por el proceso de cambio climático ya que depende entre otros factores de la evolución de las temperaturas», añade el investigador Santiago Beguería, de la Estación Experimental Aula Dei (EEAD-CSIC). El Monitor permite observar cómo surge una sequía y cómo evoluciona en el espacio y también en el tiempo, así como determinar si se intensifica o, por el contrario, reduce su severidad.

«Los impactos de la sequía meteorológica son variados y extensos, ya que si las condiciones de sequía se prolongan en el tiempo sus efectos se propagan a distintos sistemas. Los suelos, y con ellos los cultivos y las zonas de pastos, son de los primeros en verse afectados. Por ello, la determinación temprana de la emergencia de condiciones de sequía es especialmente relevante para el sector agropecuario», comenta Fernando Domínguez, investigador de la ARAID.

Los científicos responsables del desarrollo de este sistema coinciden en que, de persistir la sequía a más largo plazo, los sistemas hidrológicos (caudales en ríos, lagos y humedales) se verían también afectados, con posibles impactos sobre los recursos hídricos embalsados. El monitor permitirá además diseñar planes de actuación ante la sequía en distintos sectores en función de indicadores cuantitativos precisos, ya que además de la información sobre la situación actual permite consultar información histórica de los índices de sequía.

 

Genes para resistir la escasez de agua.

Científicos de la Universidad de California han descubierto datos genéticos que ayudarán a los cultivos alimentarios, como el tomate o el arroz, a sobrevivir a períodos de sequía más largos e intensos. A lo largo de la última década, el equipo de investigación trató de crear un atlas molecular de las raíces de los cultivos, donde las plantas detectan primero los efectos de la sequía y otras amenazas ambientales. De este modo descubrieron genes que los científicos pueden utilizar para proteger a las plantas de estas tensiones.

Su trabajo, publicado en la revista Cell, logró un alto grado de comprensión de las funciones de las raíces porque combinó datos genéticos de diferentes células de raíces de tomate cultivadas tanto en interiores como en exteriores. «Con frecuencia, los investigadores hacen experimentos en el laboratorio y en el invernadero, pero los agricultores cultivan cosas en el campo, y estos datos examinan también muestras de campo», explica Neelima Sinha, profesora de biología vegetal de la UC Davis y coautora del trabajo.

Los datos han aportado información sobre los genes que indican a la planta que debe fabricar tres cosas fundamentales que pueden protegerla de la sequía. Una de ellas es el xilema, vasos huecos en forma de tubo que transportan agua y nutrientes y que «es muy importante para proteger a las plantas contra la sequía, la sal y otros tipos de estrés», explica la autora principal del estudio, Siobhan Brady, profesora de biología vegetal de la UC Davis.

El segundo conjunto de genes clave son los que dirigen la capa exterior de la raíz para producir lignina y suberina. La suberina es la sustancia clave del corcho y rodea las células de la planta con una gruesa capa que retiene el agua durante la sequía. Cultivos como el tomate y el arroz tienen suberina en las raíces. Los frutos de las manzanas tienen suberina alrededor de sus células exteriores. En cualquier lugar donde se encuentre, impide que la planta pierda agua. Además, la lignina también impermeabiliza las células y proporciona soporte mecánico a la planta.

«La suberina y la lignina son formas naturales de protección contra la sequía y ahora que se han identificado los genes que las codifican en esta capa muy específica de las células, estos compuestos pueden potenciarse», añade la coautora del estudio Julia Bailey-Serres, profesora de genética de la UC Riverside. «Me entusiasma que hayamos aprendido tanto sobre los genes que regulan esta capa de barrera contra la humedad. Es muy importante para poder mejorar la tolerancia a la sequía de los cultivos», asegura.