Con los cuatro traslados de presos etarras autorizados ayer por la Secretaria General de Instituciones Penitenciarias a cárceles próximas al País Vasco, ya solo quedan 10 internos de la banda recluidos en centros alejados de Euskadi, ocho de ellos en Andalucía y dos en Castellón. Entre los que serán desplazados próximamente se encuentra María Soledad Iparraguirre Guenechea, Anboto, la histórica exjefa de la banda con varias condenas recientes y causas aún abiertas en la Audiencia Nacional, además de otros tres reos que cumplen condena por delitos de terrorismo, entre ellos los asesinos de Ernest Lluch y Tomás Caballero.

Según informó la institución dependiente de Interior, Prisiones ha dispuesto el traslado de Iparraguirre «por razones judiciales y en calidad de presa preventiva». Estaba interna en Madrid I y va a ser enviada a la cárcel de Álava.

La Asociación Víctimas del Terrorismo criticó el acercamiento de una terrorista con su historial delictivo y seis causas aún pendientes. «Va a ser acercada con sus familiares sin haber colaborado con la Justicia y sin mostrar ningún tipo de arrepentimiento», recuerdan.

A diferencia de su pareja, Mikel Albisu, Mikel Antza, Iparraguirre sí tiene causas pendientes en España como la colocación en 1987 de un artefacto explosivo trampa a las puertas de un bar de la localidad guipuzcoana de Escoriza, con el que buscaba causar la muerte de varios guardias civiles.

En abril fue absuelta de haber participado en 1985 en la colocación de un coche bomba en las inmediaciones del polideportivo de Mendizorroza, en Vitoria, y un mes antes fue condenada a 61 años por ordenar dos acciones terroristas. Esas dos sentencias se sumaban a la condena, ya firme por el Supremo, que confirmó 122 años de cárcel por ordenar y facilitar material para cometer otro atentado, el del comandante del Ejército de Tierra Luciano Cortizo, perpetrado en 1995 en León.

El asesino de Ernest Lluch 

Prisiones también dispuso el traslado de dos reos de ETA hasta la cárcel de León. Uno de ellos es José Ignacio Cruchaga Elezcano, actualmente en Almería. En 2002, la Audiencia Nacional le condenó a 54 años de prisión como responsable del asesinato de Juan Miguel Gervilla y a 33 años como autor del crimen de Ernest Lluch.

También será trasladado Francisco Ruiz Romero, que irá a León desde la cárcel de Murcia II. Fue sentenciado a 30 años de cárcel por el asesinato en 1998 de Tomás Caballero en Pamplona.

El último etarra es Alberto Viedma Morillas. Está en la cárcel de Almería e irá a la de Topas (Salamanca). En su caso, en 2003 fue condenado a 30 años como responsable del asesinato de Tomás Caballero y luego a 30 años como autor del asesinato de Francisco Casanova.

Tras conocerse estos traslados, varios cargos del PP censuraron duramente que un viernes más Sánchez «cumpla puntualmente con Bildu» acercando a presos de ETA, un hecho que, a su entender, evidencia que «no tienen vergüenza».