Bodegas Familiares amenaza con dejar la Interprofesional

Europa Press
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La organización se plantea esa medida de protesta si en dos años no se cambian las reglas que fijan la representatividad de la rama comercializadora en los órganos de esta asociación y del Consejo Regulador del vino de Rioja

Responsables de Bodegas Familiares han explicado su postura en rueda de prensa. - Foto: Europa Press

Bodegas Familiares de Rioja ha lanzado un "órdago" a la Organización Interprofesional de Vino de Rioja y al Consejo Regulador para solicitar "que se cambien las reglas del juego" y marca "dos años" como fecha límite para que "las cosas cambien" y se tenga en cuenta "una representación económica real", tras conocer los resultados del proceso de renovación de la Interprofesional para 2021-2025. Si no, aseguran desde Bodegas Familiares, "nos levantaremos de la mesa del Consejo Regulador".

"A la vista de lo sucedido y de que el compromiso de reforma se incumplió el pasado mandato, si no hay una promesa real sobre la mesa, Bodegas Familiares de Rioja abandonará la Organización Interprofesional del Vino de Rioja (OIPVR) y el Consejo Regulador el 25 de mayo del 2023", han afirmado.

Así se han expresado este miércoles Eduardo Hernáiz, Juan Carlos Sancha y Ana Jiménez, representantes de Bodegas Familiares Rioja, tras dar a conocer su postura ante los resultados de renovación de la Interprofesional y del Consejo Regulador.

Desde Bodegas Familiares de Rioja realizan esta exigencia tras los "contundentes" resultados que obtuvo su organización. Con el apoyo de la mitad de las bodegas y superior al de las últimas elecciones pero "que supone quedarnos igual que hace cuatro años por un sistema de representación injusto".

Según han explicado en una rueda de prensa "es necesaria una reforma profunda para adaptarla a la realidad de la DOCa Rioja. En la actualidad, los criterios que determinan la representación son únicamente el volumen de litros de vino comercializados y una ponderación económica que favorece las grandes producciones de vino barato".

En este sentido, la Asociación reclama en primer lugar un reconocimiento social de la representatividad, en función del número de bodegas representadas, para un reparto más justo: "Hemos acreditado el voto de, nada más y nada menos, que más de la mitad de todas las bodegas que han delegado su voto, lo que se ha traducido en que no hemos ganado un solo punto de representación en la mesa del Consejo, algo incomprensible en cualquier sistema mínimamente democrático", tal y como ha dicho Juan Carlos Sancha.

"Tenemos un sistema interprofesional a medida de las grandes agrupaciones bodegueras, hasta el punto de que una de las asociaciones tiene derecho a veto a cualquier decisión, aunque fuera propuesta por todo el resto de la mesa de forma unánime".

También reclaman "una revisión de las ponderaciones económicas que se aplican en la actualidad para medir la representación económica, que priman la estancia en madera o en bodega de los vinos y no su valor real".

Por poner un ejemplo, "yo vendo vino de viñedo singular a 45 euros contraetiquetado como genérico y, sin embargo, mi botella vale para el Consejo 2,40 euros en las elecciones, mientras que a un reserva vendido en la lineal del supermercado se le asignan 4,85 euros", indica Juan Carlos Sancha.

"Estamos desfasados -insiste-, tanto en los estatutos como en la valoración real de los vinos y todos estos hechos benefician claramente a quien más tiene, es decir, a los grandes grupos bodegueros".

Además, prosiguen, "nosotros pensamos que es inaudito que una asociación que ha conseguido representar a más de la mitad de las bodegas acreditadas en Rioja solo haya conseguido el 8 por ciento de las bodegas y la otra mitad haya sido capaz de absorber el 92 por ciento de la representación en el Consejo Regulador".

Este modo de contar "va en contra de las iniciativas de las pequeñas bodegas, nosotros queremos hacer camino pero no estamos bien representados en el Consejo y de ahí este órdago". Aún así, afirman, "seguiremos perteneciendo a la denominación de origen pero no querremos estar en esta mesa porque estaremos mal representados".

Como han recordado, hasta 2003 el sistema de representación era una bodega - un voto "algo que también era injusto" y a partir de ese año se introdujo la representatividad económica.

Para Bodegas Familiares esta forma de valoración "no refleja la realidad económica real y queremos que se tengan en cuenta el número de bodegas, trabajadores... es muy injusto lo que se está haciendo hasta ahora y queremos que se abra un debate y se cambien las cosas y que la representatividad económica se acerque a la realidad o nos levantaremos de la mesa".

"El problema real es que cuanto más quieres llevar en calidad y precio menos botellas vendes y, si vendes menos botellas, menos representado estás", han afirmado.

Los resultados.

Bodegas Familiares de Rioja mantiene el segundo vocal que consiguió en 2017 y también la representación del 8 por ciento del sector comercial.

Desde la organización valoran los resultados como "contundentes" en cuanto al número de bodegas que les han dado su apoyo porque de 410 acreditadas, el 52 por ciento "han decidido darnos su apoyo", lo que supone 216. "Un crecimiento muy importante con respecto a las de hace cuatro años al pasar de 150 a 216".

"Estamos agradecidos a todas las bodegas que nos han dado su apoyo" pero "a pesar de este crecimiento el número de bodegas y del peso que cogemos -un 52 por ciento más- en lo que supone número de vocales y de votos, nos mantenemos igual".

Así las cosas, explican, "seguimos con dos vocales en el Consejo. Esto es, afirman, "una de las cosas que nos preocupa como asociación porque hemos tenido un crecimiento muy importante pero no avanzamos, seguimos igual que hace cuatro años".

"Esto se debe a un modo de representación en el Consejo Regulador que hemos intentado cambiar pero no ha podido ser" y, por ello, "ayer en la Junta Directiva de la organización decidimos marcamos una fecha límite y si antes de dos años no se tiene en cuenta una representación que nos acerque más a la realidad económica de las bodegas y no solo tenga en cuenta el número de botellas vendidas dejaremos de sentarnos en la mesa del Consejo Regulador".

Finalmente, han recalcado, "estamos ante un sistema, cuyo resultado se equipara a unas elecciones cada cuatro años cuando ni siquiera contamos con un censo real, porque no está claro ni qué bodegas pueden delegar la representación".

"Es un sistema absolutamente opaco y falto de transparencia que perjudica al modelo familiar y de valor y que beneficia a la producción industrial de vino barato, que se traspuso del sector remolachero al del vino y que ninguna otra denominación de origen vínica, salvo Valdepeñas, que ya sabemos cómo está, ha copiado".