«Nos usan cuando hay actos; si no, no se nos escucha»

Feli Agustín
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Hija de un asesinado por ETA, Marisol Chávarri, vicepresidenta de la ARTV, explica en las aulas, a chavales de cuarto de ESO y Bachillerato, qué sienten las víctimas de una organización terrorista que mató a 853 personas y causó 7.000 víctimas

Marisol Chávarri, vicepresidenta de la Asociación Riojana de Víctimas del Terrorismo (ARVT) - Foto: Ingrid Fernández

Diez años después de que ETA anunciara el  «cese definitivo de su actividad armada», cientos de recuerdos, sensaciones y sentimientos han debido agolparse en el interior de Marisol Chávarri, víctima de la organización. Su padre, Miguel Chávarri Isasi, nacido en Cihuri y sargento jefe de la Policía Municipal de Beasain, fue asesinado de nueve disparos el 9 de marzo de 1979 por dos desconocidos, porque el de este riojano es uno de los 315 asesinatos que ha quedado sin resolver. Relata que durante la semana pasada decidió permanecer alejada del jaleo mediático que este aniversario generó, aunque participó en un curso de la Universidad Pública de Navarra sobre 'Memoria y Prevención. El terrorismo y sus víctimas en las aulas', actividad en la que está implicada.

¿Cómo recuerda el asesinato de su padre?

Mi padre llegó a trabajar, organizó a los compañeros y a las nueve y cuarto los terroristas entraron en su despacho y lo asesinaron de nueve balazos. Yo estaba estudiando COU y a segunda hora, sobre las 10, una amiga mía y el ordenanza llegaron a mi clase y me dijeron que recogiera mis cosas, que mi madre se había puesto enferma y tenía que quedarme con mi hermano. Nosotros somos tres, yo, que entonces tenía 17 años, otro de 14, y el pequeño que tenía tres. En ningún  momento pensé que le había sucedido nada a mi padre. Salí de clase y me estaban esperando el director del centro, el jefe de estudios y un compañeros de mi padre, que me iba a ir conmigo a casa. Cuando llegué, encontré a mi madre con algunas vecinas, se abrazó a mí llorando y diciendo «¿qué nos han hecho? ¿qué nos han hecho?».

Su madre se quedó viuda...

Con 43 años, tres hijos y tardó siete meses en cobrar la pensión de viuda, entonces no había ayudas específicas para víctimas del terrorismo. Vivíamos en un piso del Ayuntamiento, que tuvimos que dejar. Mi madre, que es de Guipúzcoa, de Lazcano, decidió que teníamos que venirnos a Logroño. 

Y con tres hijos menores de edad, ¿cómo logró salir adelante?

A mi padre le mataron en febrero y yo cumplí 18 años en mayo y fui la primera que vine aquí, a estudiar Magisterio, y después llegó el resto de mi familia. Apenas conocíamos Logroño. Veníamos en verano a Cihuri, a casa de mis abuelos, así que, aquí, para nada. Tuvimos que empezar desde cero. Mi madre apechugó. Recibió ese verano una suma del Gobierno Civil de Guipúzcoa con la que compramos el piso y adelante. Hubieron de pasar muchos años antes de que solicitáramos la pensión por víctimas del terrorismo. Mi madre, con estrecheces y ajustando mucho lo poco que cobraba, nos sacó adelante.

 

¿Y cómo recuerda el día en el que ETA anunció el «cese definitivo de su actividad armada»?

Tuve sensaciones contrapuestas. Por una parte, no me lo podía creer, no era la primera vez que lo anunciaban;pero, por otro lado, me emocioné y me decía, ¿será verdad? ¡Ojalá sea verdad! En cada asesinato siempre pensaba si iba a ser el último . ¡Y mira los que ha asesinado desde que mató  a mi padre en 1979! Ha habido muchísimos más.

¿Ha cambiado su vida en esta década?

No. El asesinato de mi padre es uno de los más de 300 de ETA que está sin resolver. Ahora estás viendo que a muchos presos les están acercando a cárceles del País Vasco o Navarra y están saliendo con beneficios. Pienso que lo que tendrían que hacer es ayudar a resolver los crímenes que han cometido. El caso de mi padre está prescrito, de tal manera que aunque se sepa quién lo asesinó no puede ser juzgado, pero quisiéramos saber quién es.

¿Piensa que de haberse resuelto el asesinato y sus responsables haber pagado ante la Justicia afrontarían las cosas de otra manera?

Pienso que tendría mayor tranquilidad interior, y eso que aunque se sepa no les va a pasar nada. No obstante, tampoco estoy muy pendiente ya. Deseo que se sepa, pero hay que seguir viviendo lo mejor que se pueda, con la mayor tranquilidad, aunque no se vaya a olvidar nunca porque tampoco queremos que se olvide.

Arnaldo Otegui dijo hace unos días que sentía el dolor de las víctimas que «nunca debió haberse producido», una frase que ha venido seguida de otras sobre su apoyo a los presupuestos a cambio de liberar presos. ¿Cómo ha contemplado estos acontecimientos?

Creo que todo es falso. A veces pienso que está todo concertado porque de otra forma no se explica que todos los pasos que desde hace muchos años dan el gobierno o las instituciones sean siempre a su favor. Así que no me creo nada. He oído a Otegui decir lo del dolor de las víctimas y empleó el mismo tono que si dijera que está lloviendo ahí fuera.

El otro día en el Congreso se suscitó un enfrentamiento entre Pablo Casado y Pedro Sánchez a cuenta de  estos acontecimientos. ¿Le parece correcto que se utilice como herramienta de debate político?

Pienso que en este tema, como en otros, debería haber un pacto de estado. No creo que sea tan difícil llegar a un acuerdo y, si lo es, es porque alguien espera algo. Los partidos políticos tendrían que alcanzar un acuerdo que no se modifique gobierne quien gobierne. Quienes tenemos que estar ahí somos los que hemos sufrido, las víctimas. Cuando mataron a mi padre eran los años de «algo habrá hecho», que es mentira. No seguimos igual, afortunadamente, pero considero que la mayoría de las veces los políticos nos usan. Nos usan cuando hay actos;si queremos hacer algo como víctimas y no es una fecha señalada  no vienen políticos y desde los medios de comunicación no se nos escucha. No se nos oye.

¿No se ha sido justo con las víctimas?

No, no se ha sido nunca. 

¿Las instituciones?

No. 

¿Y la sociedad?

Tampoco. Durante muchos años, sobre todo la sociedad vasca ha mirado hacia otro lado. La sociedad se acuerda de nosotros en fechas señaladas, se desarrollan actos y se bombardea con información. A veces creo que somos hasta molestos.

¿Cómo se siente cuando contempla los homenajes a etarras?

Me parece infame, no encuentro calificativos. Hablas con gente entendida en el asunto y te dice que es lo único que pueden hacer, que es una parafernalia, pero no entiendo cómo se puede consentir. Yo siempre planteo en las aulas por qué ellos son recibidos como héroes, con todos los beneficios, si a nosotros solo nos queda ir al cementerio a ver a nuestros muertos. Por no hablar de los miles de heridos, que han vivido con sus secuelas.

La Ley de Víctimas del Terrorismo de La Rioja, de 2018, incluye desde este año  una partida económica específica para las víctimas. ¿Es una medida positiva, no?

Sí, es positiva, pero ya era hora, aunque en muchos casos llega tarde. Yo tenía 17 años cuando mataron a mi padre;ahora mi vida la tengo resuelta. Hay víctimas posteriores, pero  llega tarde. La Ley se trabajó mucho, el Reglamento tardó dos años, pero ahí está. Hemos solicitado las indemnizaciones, aunque todavía no hemos recibido ninguno nada.

Un estudio indica que más del 60% de los jóvenes de entre 18 y 34 años no saben quién es Miguel Ángel Blanco ni a José Antonio Ortega Lara. Usted explica en las aulas qué fue ETAy el daño que causó. ¿Nota este desconocimiento entre los chavales?

Sí, claro. Los chavales no saben y eso que para cuando vamos nosotros ya han hablado del tema. La pasada semana, en el curso que realicé en la Universidad Pública de Navarra, comentamos que sería importante ofrecer nuestro testimonio a los mayores. Un profesor de instituto sugería ofrecérselo a las AMPA, a la vez que a los alumnos, para que puedan hablarlo en casa. Tengo una compañera de trabajo, que hace unos años llegó de Tarragona, y contaba que el terrorismo le resultaba un asunto ajeno y que no había tomado conciencia de ello hasta que no me conoció a mi. Esto, probablemente, sea así en el resto de España.

¿Cree que se ha olvidado demasiado deprisa? Ysi ha sido  así, ¿por qué piensa que ha sucedido?

Porque es más cómodo. Si se olvida, la gente no tiene que plantearse nada de lo que pasó aquellos años y, a veces, las víctimas somos molestas y cuanto antes nos callemos y se olvide, mejor. Se piensa en muchas ocasiones que solo ha afectado a militares, policías o guardias civiles y no es verdad porque los terroristas también atacaron a gente de la calle, políticos, profesores de universidad...

Comenzó en el curso 2017-2018 a relatar su experiencia en las aulas.

Sí. Las dimos también el curso 18-19, pero al año siguiente, con el cambio de Gobierno, hasta que se organizaron llegó marzo y se paró todo. Este año aún no lo hemos retomado.

¿Cuál es la reacción de los estudiantes?

En general, siempre guardan silencio, te escuchan y se emocionan. Al final de la clase, hay quien te da un abrazo.

¿Le parece que novelas como 'Patria' o películas como 'Maixabel' [relata los sucesos reales de la viuda de un muerto por ETA queaccede, once años después,  a reunirse con su asesino] ayudan a entender la situación?

La película no la he visto, creo que lo voy a pasar mal, pero la veré. He leído Patria, su autor, Fernando Aramburu, presentó aquí la novela, acto al que acudí y pienso que ha ayudado, también la serie, a recordar el tema. Es positivo porque permite a cualquier persona, entendido o no en terrorismo, a acercarse a lo sucedido. La novela cala muy hondo.