"De la dejada al ancho me voy a acordar por mucho tiempo"

M. A. G-S.
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Darío Gómez, siempre exigente y con un sabor «agridulce», reconoce que gracias a su sensacional Manomanista «me he descubierto a mí mismo»

Darío Gómez, ayer en el plató de Campeones en La 7 de La Rioja. - Foto: El Día

Darío Gómez (Ezcaray, 1996) estuvo ayer en Logroño. Físicamente se encontraba bien pero necesitaba pasar por las sabias manos de Pedro, el fisioterapeuta de confianza de todos los pelotaris. El delantero, poco a poco, va asimilando el gran mes que ha brindado a todos los aficionados a la pelota.

Para que haya un finalista riojano en la modalidad más prestigiosa todavía «habrá que esperar a que alguno dé la campanada» aunque él lo tuvo muy cerca. «Es cierto que me he quedado a siete tantos», se consuela. «Llegué a casa y mi madre ma abrazó. ¡Pero si he perdido!», se emociona. «Me quedo con esa pena, con esos detalles, con esas decisiones que marcan», agrega. «Esa es la diferencia entre Altuna y yo. Él toma las decisiones bien. Yo en el último tercio del partido no lo hice».

Entre las decisiones y detalles que marcaron la semifinal hay dos, el tanto 15-15 y 15-17. «La volea la tengo que hacer pero él llega y me supera. Pero de la dejada al ancho me voy a acordar mucho tiempo», se sincera.

El balance del partido ante el mejor pelotari del momento es positivo. «Quizás del 0-3 al 7-3 sí que noté que me estaba pasando de ganas, que iba a estallar la pelota, que tenía un exceso de ganas. Quería apretar desde el inicio, darle ritmo y eso te lleva a cometer errores», recuerda. Aunque con el 15-15 el partido cambió y se decidió hacia Altuna, «físicamente» se encontró bien. «Es cierto que me jugó mucho a la izquierda y quizás no tuviera gasolina entonces, pero el último tanto fue durísimo y acabé bien. Es más duro en lo mental», aclara.

«Es verdad que siempre me quedará la duda de qué hubiese pasado si me apunto el 16-16, si hubiese cogido el saque... Es lo que pasa siempre, nunca lo sabremos». La duda siempre estará ahí», se interroga el riojalteño.

El delantero ezcarayense, que en marzo acaba su contrato, se siente reconocido «por la gente de mi entorno y con todos los que han disfrutado conmigo». «Sé como es esto. No me dejo llevar por la euforia, en lo bueno y en lo malo, soy muy de relativizar todo», agrega un delantero que asegura que el campeonato no ha servido para para descubrir a un nuevo manista. «Pero sí que es cierto que me he descubierto a mí mismo», bromea.

Desde su tarjeta de presentación ante Peio Etxeberria, en el manista se ha visto a un Darío con una enorme capacidad defensiva. «Es una de mis virtudes, la verdad. En eso baso mi juego», completa consciente de que la previa con el delantero de navarro fue el encuentro de «mayor exigencia» que ha afrontado hasta la fecha.

Darío se ganó en junio de 2019 su pasaporte para el Manomanista que concluye este domingo. Nadie hubiera apostado porque el riojano se hubiese colado en las semifinales. Pese a lo cerca que tuvo la final del Miribilla, por el camino quedaron Peio Etxeberria, Zubizarreta e Irribarria. Además le hizo quince tantos a Altuna. «Es lo que me dice todo el mundo, que me tengo que quedar con eso», asume un pelotari que, veinticuatro horas después, todavía siente el regusto «agridulce» del estelar del Astelena (el primero que juega en un escenario que es la catedral de la pelota).

«No siento ni decepción ni tampoco satisfacción. El adjetivo sería agridulce. No acabé disfrutando. Soy muy exigente conmigo mismo. Siempre lo he sido. Quizás eso es lo que me ha llevado a no pasarlo bien pero también a esforzarme por mejorar», se sincera.

«He hecho un gran torneo, en un gran campeonato y he llegado hasta semifinales», se justifica. «Pero me quedo con que fallé en los detalles, aunque es cierto que jugaba ante Altuna. Eso no me consuela del todo», apunta.

De momento, el ezcarayense no quiere marcarse metas por mucho que el 1 de diciembre se presente el Cuatro y Medio. Tampoco da por segura su presencia en el próximo manomanista y eso que, como semifinalista, se ha ganado la condición de cabeza de serie. «Etxaniz me dice que esté tranquilo. No sé», apunta un deportista con los pies en el suelo al que le faltaron siete tantos para tocar el cielo.

 

Con Zabaleta el sábado en Tolosa. El sábado tendrá lugar en Tolosa, a partir de las 17.45 horas, la final del Manomanista de Segunda con Arteaga II, verdugo de Javier Zabala, y Elordi, subcampeón el pasado año ante Darío, como protagonistas. En la cita que arrancará el festival del Beotibar tendrá a Darío Gómez como protagonista. Formará pareja con Zabaleta para medirse a Agirre y Albisu. «Ya veremos», apunta. «Hay que ver como me recupero», se despide.