El Nadal bucea en la libertad

José Oliva (EFE)
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Najat El Hachmi gana el premio literario con 'El lunes nos querrán' y María Barbal logra con 'Tàndem' el Josep Pla de novela en catalán

La escritora Najat El- Hachimi (i), ganadora de la 77ª Edición del Premio Nadal con su obra 'El lunes nos querrán', y la escritora Maria Barbal (d), ganadora de la 53ª edición del Premi Josep Pla con su obra 'Tandem'. - Foto: Toni Albir

La escritora catalana de origen marroquí Najat El Hachmi ganó ayer el 77 Premio Nadal con la novela El lunes nos querrán, mientras que María Barbal obtuvo el 53 Premio Josep Pla de prosa en catalán con la novela Tàndem.

El Hachmi, que se había presentado al premio bajo el seudónimo de Cristina López y con el título ficticio de Intrusas, explicó que la obra ganadora cuenta con dos mujeres protagonistas de familias musulmanas y «la búsqueda de su libertad tanto a nivel familiar como laboral». María Barbal, por su parte, que se había presentado bajo el seudónimo de Lluis Coves, fue reconocida con el Premio Josep Pla con la novela Tàndem -presentada con el título ficticio Cançó de solveig-, una novela en la que también sus protagonistas, un hombre y una mujer, buscan la libertad, ha dicho la autora.

El fallo de ambos premios tuvo lugar, debido a las restricciones por la pandemia, en una insólita conferencia de prensa a la que solo asistieron periodistas en el mismo céntrico hotel barcelonés en el que habitualmente tiene lugar la velada que da el pistoletazo del nuevo año literario, que congrega a invitados del mundo de la cultura y de la política.

El lunes nos querrán, que se publicará el 10 de febrero en Destino y el mismo día en catalán en Edicions 62, narra, explicó El Hachmi, «la amistad entre dos mujeres jóvenes, hijas de la inmigración marroquí, en los años previos a la crisis».

La novela pretende reflejar las dificultades que afrontan al vivir en «un barrio de mayoría inmigrante y segregado urbanísticamente, en el que la emancipación e independencia de la mujer es fuertemente cuestionada».

Las dos protagonistas intentan evitar la ruptura frontal con sus familias pero se sienten tremendamente frágiles al emprender caminos que en su entorno ninguna mujer ha tomado antes, tales como estudiar una carrera universitaria o tener un trabajo remunerado.

Su espíritu pionero no tendrá siempre recompensa y experimentarán cómo los roles de género son difíciles de cambiar y el amor que pondrán en práctica por primera vez les dejará un sabor agridulce.

Irán descubriendo que la sociedad de la que ya se sienten parte las rechaza de una forma sutil y pronto entenderán que convertirse en «mujer trabajadora» no era algo tan fácil como creían, pero «aún así siguen adelante intentando tener una vida mínimamente digna».

 

Salir del camino

El Hachmi quiso dedicar su novela a esas mujeres que «se salieron del camino recto para poder ser libres», que en pleno siglo XXI «viven en condiciones en las que la libertad parece estar muy lejos», a las que ha dicho que «sí hay posibilidades para tener una vida mínimamente digna».

El titulo, reveló la autora, tiene que ver con que las dos jóvenes empiezan creyendo que si no las quieren es por su culpa, porque tienen que seguir las normas que les dictan las modas o sus familias tradicionales, pero que acaban viendo que si no las aceptan no es porque tengan que cambiar».

Najat El Hachmi confesó que para ella ganar el Nadal tiene un valor especial porque «en su momento este premio supuso la posibilidad de que a través de la literatura se pudieran articular discursos alternativos a los discursos oficiales y Nada de Carmen Laforet es un buen ejemplo».

Y añadió: «Aunque hoy no existe la censura como cuando Laforet escribió, sí que hay muchas realidades que de facto son censuradas, porque se invisibilizan en los medios de más impacto o quedan fuera del foco por saturación». Aunque se trata de su primera novela en castellano, la escritora reveló que la escribió en castellano y en catalán en «un proceso interesante e intenso en el que ambos manuscritos se nutrieron mutuamente», algo que tiene que ver con su propia experiencia y el haber conocido a mujeres como las que salen en la novela, que «hablaban indistintamente en catalán y en castellano».

En cuanto al Premio Josep Pla, Maria Barbal precisó que su novela es «una historia sobre la felicidad, sobre una pareja, Helena y Armand, que toman conciencia de qué es lo que les tiene atrapados desde hace años, y paso a paso van comprendiendo que para reconquistar la alegría del presente cada uno se tiene que querer a sí mismo y se tienen que conceder la libertad de vivir libremente». Los dos protagonistas, añadió Barbal, se dan la oportunidad de recomenzar como nunca antes se habían atrevido, y, de este modo, acaban formando un tándem.

Después de muchos años de no participar en un premio literario, Barbal se autoconcedió «la libertad» de presentarse al Premio Josep Pla, que dedicó de manera especial a sus amigos de su Tremp (Lérida) natal, que «han sufrido mucho últimamente».