Logroño quiere bajar a cero los accidentes viales

Carmen Sánchez
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El Ayuntamiento de la capital apuesta por realizar campañas de seguridad vial de forma periódica para reducir la velocidad en la ciudad y favorecer la convivencia

Un agente de la Policía Local controla el radar láser en la calle Clavijo de Logroño, frente al Palacio de los Deportes. - Foto: Óscar Solorzano

Bajar a cero la siniestralidad viaria en Logroño es el objetivo del equipo de Gobierno del Ayuntamiento de la capital riojana. Es un reto ambicioso que requiere de una labor continua en el tiempo, con acciones periódicas dirigidas a concieciar a la población y a controlar que el reglamento de circulación se cumpla. Para la concejala de Alcaldía, Igualdad y Convivencia, Eva Tobías, "queda mucho por hacer". "Cuando estamos hablando de que sigue habiendo un número considerable de atropellos, de accidentes y de víctimas graves queda por hacer, y mucho", remarca. En este sentido, suscribe las palabras que el alcalde enunció en el Debate del Estado de la Ciudad y ve intolerable que este año se hayan registrado 50 accidentes graves en la capital. 

Lo que tiene claro es que el camino para alcanzar este objetivo "está marcado" y que, aunque "no se cambia de la noche a la mañana», «se necesita mucha sensibilización y mucho trabajo en la sombra". Los pilares sobre los que se asienta la política municipal en materia de seguridad vial son los siguientes: "controles, radares, multacar y, algo que es clave, la concienciación", según Tobías. 

Como complemento a estas acciones, están las actuaciones urbanísticas que ayudan a calmar el tráfico como el programa 'Logroño Calles Abiertas', con la creación de una red peatonal saludable, de nuevos itinerarios ciclistas o carriles bus, entre otras. 

Además recuerda que se ha potenciado con más recursos humanos y técnicos y mejorado la formación de la Unidad de Tráfico de la Policía Local, cuyo trabajo está coordinado con otras unidades policiales y administraciones.

Otro de los aspectos en los que considera que hay que incidir es en  la educación vial de los más jóvenes, que "el día de mañana serán los futuros conductores y peatones". Hay acciones diversas para este colectivo, como charlas y talleres que imparten agentes locales, el Parque Infantil de Tráfico o iniciativas dirigidas a visibilizar el trabajo policial, como son los dispositivos para regular el tráfico en los accesos a los centros educativos.   

Pero, ante todo, incide en los controles que, con cierta periodicidad, se realicen para reducir la velocidad en la vía urbana y mantener los límites establecidos en la Ciudad 30, que desde mayo entró en vigor con limitaciones a 30 kilómetros por hora. "Tenemos que fomentar que la velocidad disminuya, que favorece además la convivencia y la reducción del nivel de ruido", afirma Tobías. 

Precisamente, uno de los responsables de velar por el cumplimiento de los límites de velocidad  es el inspector de la Policía Local de Logroño, Pedro Merino, quien recuerda que en los siniestros viales influye "tanto la velocidad como las infracciones" y que "no suele haber solo una causa". 

"La velocidad incide directamente en el  tiempo de reacción que tiene el conductor para detectar un posible peligro e incide directamente en las consecuencias que ese accidente vaya a provocar en el otro vehículo o persona. La velocidad es doblemente negativa", manifiesta.

Más tráfico

Este inspector reconoce que los flujos de tráfico han cambiado en la ciudad tras la pandemia y que este año ha ido aumentando poco a poco hasta este verano, época en la que se ha registrado una "normalidad total" y que incluso ahora se contabiliza "más de lo que se podía esperar". 

Reconoce que al haber un mayor volumen de circulación el número de posibles denuncias va en aumento, pero que la concienciación ciudadana "se nota", ya que se aprecia "un descenso en el número de denuncias, a pesar de haber más tráfico".