Parte del Centro Histórico de Logroño, en concreto, las calles comprendidas entre Avenida de Viana y Portales, de norte a sur, y entre Rodríguez Paterna y Sagasta, de este a oeste, tendrán a partir del próximo verano un sistema de lectura de matrículas para el acceso restringido de vehículo, ampliando el modelo ya existente en calles como Portales.

Así lo ha avanzado este martes el concejal de Desarrollo Urbano Sostenible, Jaime Caballero, quien ha señalado que la última Junta de Gobierno Local celebrada en el pasado año 2020 aprobó el expediente de contratación del sistema, para lo que se contará con un presupuesto de algo más de 99.600 euros.

Para ello, se colocarán un total de seis cámaras en los diferentes accesos a la zona, "conectadas a la sala de control de tráfico y a la Policía Local". Así, como ha dicho el concejal, "se buscará reducir la intensidad de tráfico en la zona", que, ha avanzado, "queremos que sea la primera de Logroño de bajas emisiones".

Las cámaras, en concreto, estarán en la calle Rúavieja, donde habrá un control de entrada en Avenida de Viana con salida en la calle Sagasta; en la calle Puente, un control de entrada desde Avenida de Viana; en Marqués de San Nicolás, con control de entrada en la calle Sagasta y con control de salida en Avenida de Viana. Y, por último, un control de la salida de la calle Caballerías a la Plaza Amós Salvador.

Como ha indicado, se actuará en la zona Este del Centro Histórico logroñés de tal forma que quedarán restringidas al tráfico calles como Rúavieja, Marqués de San Nicolás, Caballerías, San Bartolomé, Herrerías, la Cadena o El Puente. "Es decir, toda la zona Noreste excepto la Villanueva", ha especificado Caballero.

El objetivo de esta actuación de implantar el sistema de control de accesos es "reducir el flujo de vehículos que transitan por esta zona de circulación restringida y podría convertirse en el futuro en la primera zona de bajas emisiones de Logroño".

También incide, según el concejal, "en pacificar la zona del Centro Histórico y a mejorar su habitabilidad", ya que, como ha destacado, "trabajamos para que se convierta en una zona residencial y también para impulsar la movilidad sostenible".

En estas calles, como ocurre en otros lugares ya regulados como Portales o Bretón de los Herreros, "se controlará el acceso y el tiempo de estancia en la zona a través de un sistema de lectura automatizada de matrículas".

¿CÓMO FUNCIONA EL SISTEMA?

El sistema se basa en restringir el acceso, durante una franja horaria configurable desde el centro de control, a toda clase de vehículos, excepto los siguientes: clientes de hoteles, clientes de parkings, residentes, policía, ambulancias, taxis, vehículos de servicios especiales y otros vehículos con autorización expresa.

El sistema registrará los tránsitos y sus correspondientes fotografías tomadas por cámaras situadas en las entradas y salidas de la zona que se controle, relacionando los accesos de los vehículos que entren o salgan de la zona controlada.

Dado que el sistema asociará las salidas y entradas de cada vehículo, se podrá controlar el tiempo de estancia de los vehículos que entren a la zona controlada durante los periodos de carga y descarga.

El sistema que se instalará será compatible con los equipos de control de accesos y el software del centro de control instalado en Policía Local y Sala de Control de Tráfico de Logroño.

Con todo ello, y con la previsión en el futuro de ampliar más el espacio restringido, "lo normal es que el próximo lote que saldrá este año, sera la zona Noroeste del Centro Histórico, aunque no está definido del todo", Logroño "aspira a convertir el Centro Histórico en una zona de bajas emisiones, como ocurre con Barcelona o Madrid".

"Ya la Ley de Cambio Climático obligará a la ciudad a restringir el tráfico en el centro para el año 2023, puesto que esta Ley establece que las ciudades de más de 50.000 habitantes deberán contar con zonas de bajas emisiones. Y además, se trata de favorecer la movilidad sostenible en toda la ciudad", ha finalizado Jaime Caballero