"En La Rioja no hay más inseguridad de la que había antes"

Gustavo Basurto
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El jefe superior de Policía, Jesús Herranz, repasa los principales asuntos relativos a la seguridad ciudadana en la región. Los últimos sucesos de mayor impacto social no deben "enturbiar" la percepción de La Rioja como una comunidad segura, asegura

Jesús Herranz, en su despacho de la comisaría de Logroño. - Foto: Ingrid

Con una dilatada experiencia en distintos destinos, Jesús Herranz (1961, Pobo de Dueñas, Guadalajara) tiene a su mando unos 300 efectivos en La Rioja, donde recaló hace casi dos años y medio como jefe superior de la Policía Nacional. La Rioja presume de ser una comunidad tranquila y sin graves problemas de seguridad. Los datos de delincuencia avalan esa idea, aunque el reciente crimen del parque del Ebro y otros ocurridos en los últimos años, han suscitado momentos de conmoción en la sociedad riojana. De estos casos, del papel de la Policía en la pandemia y de los nuevos perfiles delictivos, entre otras cuestiones, habla el jefe superior de Policía.


El reciente asesinato de Isam Haddour es el cuarto crimen de gran repercusión social en año y medio y sin embargo las estadísticas de 2020 sitúan a La Rioja como tercera región con menos criminalidad. Parece algo contradictorio.
Creo que hay una percepción de que tanto la Comunidad como Logroño son seguras y estos últimos sucesos no deben enturbiar esa sensación. No estamos acostumbrados a que ocurran cosas de este tipo aquí, pero Logroño tiene más de ciento cincuenta mil habitantes y en cualquier ciudad de esta entidad pueden ocurrir. Es verdad que aquí se producía uno o ninguno de estos sucesos al cabo del año y últimamente ha habido más, pero eso no debe alterar la percepción de la ciudadanía y, de hecho, no altera nuestra percepción policial  de que no hay más inseguridad de la que había antes.


El crimen del Ebro ha causado gran impacto social, por los detalles sobre la frialdad y falta de empatía de los supuestos autores, algunos menores. ¿Qué cree que mueve a gente tan joven a actuar con esa enorme violencia?
Quizás se deba a un momento en el que ocurren estas cosas, que se ven en grupo, en manada, alguno quiere destacar sobre los demás, ser el líder, incluso presumir delante de las chicas, pero demostrando una falta total de respeto por la vida humana y de empatía. La verdad es que nos ha llamado la atención, no ya solo el hecho de la brutal paliza que le dieron, sino que casi me impresiona más que le dejasen abandonado allí, sin ninguna clase de defensa, de noche, sin el móvil, con el que quizás podía haber hecho una llamada. Es difícil de entender.


¿Queda algún fleco en este caso o se considera cerrado?
Prácticamente lo damos por resuelto a expensas, lógicamente, de colaborar con el juez en las diligencias que estime oportunas. Pero policialmente, lo damos por cerrado.

 

Recientemente se detenía a una mujer como presunta inductora del asesinato del profesor jubilado Pedro José Sáez, aunque después quedaba en libertad. ¿Cómo van las pesquisas para localizar al autor material de ese crimen?
Están adelantadas, pero precisamente por eso y porque está demasiado caliente el tema, me permitirá que no dé muchas explicaciones. La investigación está caliente y cualquier cuestión podría entorpecerla. Lógicamente, queremos localizar al autor material, pero fácil no es, porque puede estar en España o fuera del país. Posiblemente haya que acudir a la ayuda de otras policías.


Ese caso, que también suscitó mucha conmoción en Logroño, ha llevado más de un año de investigación, cuando en teoría parecía fácil relacionar a la mujer y su entorno con la víctima. ¿Por qué motivo?
No es algo anormal. Hay que hacer muchísimas diligencias, multitud de inspecciones oculares en el momento y después. Y no solo nosotros como Comisaría de la Jefatura Superior, sino que en estos casos también solicitamos ayuda a Madrid a la Comisaría General de Policía Judicial. Hay que hacer muchos informes periciales y estudio de llamadas telefónicas que se han producido, toma de declaraciones a testigos. Es normal que se alarguen estas investigaciones. Si tienes la suerte de que cuando ocurre (el crimen) alguien ve a la persona o la conoce, facilita todo, pero en casos como este, en el que posiblemente ni residan en Logroño, el tema no es fácil.

 

¿La intervención de la Policía Nacional en el control de las restricciones por la pandemia supone un sobresfuerzo para el cuerpo?
Sobre todo al comienzo de la pandemia hubo que reestructurar prácticamente toda la comisaría. El mayor porcentaje de efectivos lo empleamos precisamente en la pandemia, en un principio en labores muy pedagógicas, pero después también proponiendo para sanción al que no cumple. Dedicamos muchísimo personal a ello, pero como al principio la gente estaba confinada en su domicilio, los delincuentes también. Con el paso del tiempo, al desaparecer el confinamiento por el día, los delincuentes vuelven a sus tareas y nosotros tenemos que volver a perseguirlos. Ahora todo va acorde a cómo avance la pandemia; si se vemos que los casos empiezan a subir mucho, empleamos más personal parques y zonas de ocio. 

 

¿El toque de queda y las restricciones de movilidad reducen la delincuencia al haber menos gente en las calles en horario nocturno?
Lógicamente lo tienen más difícil, porque a quien está en la calle en el horario de confinamiento le preguntamos qué hace allí.

 

Se siguen disolviendo fiestas ilegales y parece que la concienciación no llega a todo el mundo ¿Sería preciso aplicar mayor ‘mano dura’?
La percepción que tenemos casi todos los que nos reunimos una vez a la semana en el Cecor (centro de coordinación en materia de control de la pandemia), y desde luego es la mía, es que la mayoría de la gente sí que cumple; lo que ocurre es que los incumplidores son los que más se hacen notar. No podemos decir que los jóvenes no cumplen, porque la mayoría sí lo hace. Nosotros intentamos, primero, avisar, y si se ve incumplimiento, sancionamos, como es nuestra obligación. Muchas veces son los vecinos quienes nos llaman.

 

Se hacen propuestas de sanción; ¿el grueso de ellas llega a cobrarse?
Es un tema que lleva la Dirección General de Justicia e Interior del Gobierno de la Comunidad, pero me consta que la mayoría de ellas prospera, ya lo creo.

 

Desaparecido el terrorismo etarra, ¿cuál es la amenaza que entraña más peligro para la Policía?
Desapareció el etarra, pero desgraciadamente tomó fuerza el terrorismo yihadista, que nos preocupa a todos los niveles. Y la delincuencia organizada ha sido siempre preocupante y peligrosa, porque muchas veces los componentes de estas bandas organizadas son de otros países y están acostumbrados a conflictos y a grupos paramilitares y tal vez con desprecio por la vida; para enfrentarse con esa gente hay que tener cuidado. También nos está dando bastantes problemas la ciberdelincuencia, que no para y que está creciendo; está aumentando mucho el número de delitos. Continuamente hacemos llamamientos, tanto en medios de comunicación como en charlas en colegios y asociaciones. Todo lo que sea trabajar y comprar por las redes hay que hacerlo con seguridad, no a la ligera. 

 

Ese aumento de los ciberdelitos ¿les obliga a reforzar las unidades especializadas para perseguirlos?
Continuamente. De hecho, aquí se está potenciando mucho el Grupo de Delitos Tecnológicos, que es uno de los que habrá que reforzar continuamente, porque necesitan formarse para ir por delante de los malos. Tenemos aquí un grupo especial con una jefa de grupo que está muy puesta en el tema y que ha dado un impulso importante. Hace cinco años era un grupo incipiente y ahora hay ocho funcionarios dedicados en exclusiva a ese tema. Ahora mismo, La Rioja en esa especialidad está bien dotada.

 

Este mismo año se expulsaba a un imán de Calahorra que hacía apología del radicalismo islámico. ¿Hay constancia de presencia de elementos yihadistas en La Rioja?
Creo que no, porque si los hubiera ya los habríamos detenido. Pero, por supuesto, estamos pendientes. Aquí hay una brigada de información que hace seguimientos en los lugares donde puedan moverse personas de este perfil. Pero, vamos, constancia de que aquí haya un centro neurálgico de terroristas yihadistas, no. 

 

En el caso de las bandas organizadas, se suelen relacionar más con grandes ciudades u otros territorios. ¿Está La Rioja libre de ese tipo de delincuencia?
Bandas organizadas instaladas en la región no hay. Pero suelen ser itinerantes y trabajan mucho de paso. Pueden tener su base en Castellón y venirse aquí un fin de semana a robar pisos. 

 

El Ayuntamiento de Logroño ha anunciado que instalará cámaras de vigilancia en espacios públicos. ¿Les ayudan esos sistemas?
Claro que facilitan las cosas. Precisamente, en este último crimen que ha habido, las cámaras grabaron cuando pasaron por allí y de ahí se puedo ver  que llevaban la cazadora. Poner cámaras no me corresponde a mí autorizarlo o no, pero es obvio que a la Policía nos vienen muy bien.

 

¿Cómo está la colaboración con la Guardia Civil. Existe rivalidad como se decía tradicionalmente?
Yo solo la puede calificar como excelente, tanto con la Guardia Civil como con la Policía Local. No hay ningún problema. Si alguna vez hay algún roce es por exceso de celo en cada uno de los cuerpos, pero sobre todo con la Policía Local, con la que trabajamos en el mismo escenario, la clave es que si a ellos les falta el indicativo o a nosotros, nos llamamos y hacemos el requerimiento.

 

En dos semanas se han conocido dos casos de personas desaparecidas en La Rioja, una en Logroño y otro en Calahorra. ¿Cómo se están investigando estos casos?
Hay una serie de protocolos, de bases en la que se meten los datos. En contacto con familiares se inician búsquedas, se investiga por dónde se han movido y se estudia el teléfono. En el caso del joven desaparecido en Logroño, el juez nos ha autorizado a estudiar su móvil; se ha mandado a Madrid y a ver si de ahí sacamos algún indicio. En este último caso, el helicóptero ha venido ya tres veces y no vamos a abandonar el tema. Para nosotros, mientras no aparezcan, lo tenemos abierto.

 

Logroño tiene una comisaría prácticamente nueva. ¿Están las necesidades materiales cubiertas?
Yo llevo ya muchos destinos y debo reconocer que es un privilegio para nosotros tener una comisaría nueva con unas instalaciones perfectas. En otros destinos lo he hecho, pero aquí no puedo quejarme. De vehículos también estamos bien dotados.

 

¿Y la plantilla es suficiente? 
A mí siempre me parece poco, pero la oferta de empleo público de estos años se va notando y espero que en la próxima convocatoria nos añadan catorce policías más. 

 

¿Cuándo se incorporarían esos nuevos efectivos? 
Para julio. 

 

¿Hay alguna unidad que requiera refuerzos de manera especial? 
En principio, todos los policías están formados para ir a cualquier sitio. 

 

Recientemente presentaron una unidad que trabaja con drones. ¿Qué cometidos tendrá? 
Aquí está aún en una fase incipiente, pero hay ya un policía formado en el tema y además le gusta, así es que imagino que ese será el inicio. Me consta que la Dirección General de la Policía quiere potenciar esa unidad y dotar de drones a todas las jefaturas. La verdad es que para el tema de búsquedas, localización de plantaciones de droga y todas estas cosas vendrá muy bien. De hecho ya  lo estamos empleando en la búsqueda de desaparecidos.  

 

Estamos cerca del País Vasco, cuya policía autonómica cobra bastante más que su equivalente en la Policía Nacional. ¿Comparte el lamento que suelen hacer los sindicatos policiales sobre discriminación salarial entre cuerpos?
Mi opinión personal es que a igual trabajo habría que cobrar lo mismo,  como es lógico, pero no puedo entrar en cuestiones que atañen a otras policías...me alegro de que les paguen mucho, pero ya está.