La eficiencia y el ahorro energético son los aspectos que se exigen para la concesión de subvenciones para instalaciones solares, de las que en La Rioja se encarga la ADER, que en unas semanas sacará una nueva convocatoria para empresas -las ayudas suelen oscilar entre el 20 y el 45%;- y la dirección de Transición Energética, cuyo responsable, Iván Moya, explica que está en marcha el Plan Renovación de Edificios, dotado con 2,15 millones, abierto hasta el 31 de julio, y que otorga ayudas del 35% para los construidos antes de 2007. El departamento de Moya, que gestiona las instalaciones, asegura que en los últimos dos años se han presentado unas 300 solicitudes de autoconsumo de viviendas o empresas, que espera «agilizar» en estas semanas para que la resolución se acompase con las peticiones. «Queremos ponernos al día para que los solicitantes puedan beneficiarse del autoconsumo y de la rebaja en la factura [el excedente de la energía se vuelca en la red y lo compensa la compañía]», asegura Moya, que explica que el objetivo es que sea beneficioso «tanto para la eficiencia energética como para el bolsillo». Al respecto, el director general informa de que las viviendas nuevas que coloquen paneles solares carecen de ayudas porque el sistema «ya subvenciona»; argumento que refuerza con el aumento de las peticiones, que demuestra que «se compensa la inversión».
Señala que el actual «elemento incentivado» lo suponen las comunidades energéticas -para varios vecinos- y asegura que tanto el Ministerio como Gobierno de La Rioja preparan subvenciones al respecto. «Nos interesa promover esta figura de autoconsumo colectivo», destaca Moya.
La compañía, compensa. Jorge García, vicepresidente de Energías Renovables de la Asociación Profesional de Instaladores Electricistas (AIER) explica que el sistema se sustenta en que parte de la energía que consumes en tu hogar la producen las placas, a la vez que s se mantiene la conexión con la red eléctrica. Apunta que el reciente auge del interés por el autoconsumo se sustenta en dos acontecimientos, la caída considerable del precio de los paneles, que «cuestan diez veces menos que hace diez años»;y un conjunto de cambios normativos, emanados de la legislación europea que «hacen más sencilla, posible y rentable» su instalación. Al respecto, destaca «que si se produce más energía que la que se consume, se vuelva en la red y la compañía lo compensa en la factura», algo que antes no sucedía.
Dentro de estos cambios, figuran las comunidades de energías renovables, que permite que se agrupen vecinos para su colocación en el tejado de un edificio o en terrenos municipales se haga una instalación conjunta «lo que es más competitivo». «Hay varias iniciativas que se están moviendo», explica García, que entiende que se necesitan entre «seis o siete años» para su amortización gracias a las subvenciones y bonificaciones en impuestos como el IBI, que en Logroño llegan al 50% durante tres años.
«La vida útil de una placa puede llegar a 30 años», explica el representante de una asociación de la FER, que apunta que el instalador se encarga de todos los trámites legales y administrativos.