La actuación en Vara de Rey aumenta el malestar en la zona

Feli Agustín
-

Las quejas sobre el estado de una de las principales arterias se suman a las críticas hacia el equipo de Gobierno;la zona recoge firmas para una solución consensuada a la paralización la obra del túnel

La intervención en el tramo entre Gran Vía y Pérez Galdós de la calle Vara de Rey. - Foto: Ingrid Fernández

La obra pública y la actuación de las administraciones muestran en algunas ocasiones coincidencias cuanto menos curiosas y, justo un año después de que el equipo de Gobierno municipal, que llevaba 15 días en la gestión del Ayuntamiento de Logroño, paralizara las obras en el nudo de Vara de Rey, dio este jueves comienzo a una nueva actuación, que  también ha levantado polémica.

El corte al tráfico de un carril por sentido entre Huesca y Gran Vía, que provocó durante la mañana los consiguientes atascos, principalmente entre Avenida de España y Pino y Amorena, dio comienzo a una intervención dentro del programa de Calles Abiertas que, como medidas principales, contempla la creación de un carril bus en cada sentido, ampliar la acera a cinco metros de anchura, lo que supondrá eliminar 37 aparcamientos, y reducir la velocidad de la circulación a 30 kilómetros/hora a través del estrechamiento de los carriles.

El desconcierto y el malestar eran notables entre los propietarios de algunos negocios entre Gran Vía y Pérez Galdós, tramo en el que han comenzado las obras, cuyos pormenores varios de los consultados aseguran desconocer ante la falta  de información directa que, critican, les ha facilitado el Ayuntamiento.

Varios de ellos cuestionan su utilidad, como el caso de Mari Carmen Latorre, de Prink La Rioja;hay quien critica que los aparcamientos se eliminaran hace tres semanas; y los hay que piensan que hay que «dar un margen de, al menos hasta Navidad, para ver cómo funcionan las cosas».

La gota que colma el vaso. No obstante, esta nueva actuación en una arteria que soporta un tráfico diario de 20.000 vehículos viene a sobrar la paciencia de comerciantes y vecinos, que protestan por el estado general de la calle. Juan José San Miguel Pérez, presidente de la Asociación de Comerciantes de Vara de Rey (Acovara), verbalizaba  esta queja, que se remonta a  hace justo un año, cuando se paralizó la obra prevista en el túnel de Vara de Rey. 

«No tenemos ningún diálogo fluido con este Ayuntamiento, no sabemos nada de nada, no nos cuentan nada;ellos hacen y deshacen», lamenta el comerciante, que asegura que solo ha  coincidido una vez con el responsable de Desarrolllo Urbano, Jaime Caballero. De hecho, le han dirigido una carta al alcalde, Pablo Hermoso de Mendoza, fechada el 17 de junio, de la que no han recibido respuesta, en la que muestran su «preocupación» por el estado en el que se encuentran las obras, así como su «confusión» debido a las actuaciones que han sido «sucesivamente anunciadas». «La imagen de Vara de Rey, con las aceras y el pavimento parcheados y el cruce a la altura de Duques de Nájera no nos ayudan ni a nosotros ni a los comerciantes ni a Logoño como ciudad», recoge la misiva, en la que también se insiste en que nunca han contado con información sobre la actuación que se va a realizar, «sino que nos vamos enterando por las noticias» pese a haberlo preguntado desde Acovara a las juntas de distrito. 

«Pedimos que la zona donde se paralizó la obra del nudo de Vara de Rey, donde están creciendo las matas, se sanee», exige San Miguel,  que insiste en que los «logroñeses y logroñesas no nos merecemos esta imagen para la capital de La Rioja, esta entrada ofrece una imagen pésima de la ciudad».

De hecho, comerciantes y vecinos están recogiendo firmas para un documento en el que solicitan al Ayuntamiento una «solución definitiva» a las obras de Vara de Rey, una respuesta que quieren consensuada y que satisfaga a vecinos y comerciantes.

El presidente de Acovara, partidario de otorgar al equipo de Gobierno un periodo de seis meses par comprobar el resultado de la intervención del programa Calles Abiertas, piensa, no obstante, que  podría haberse ampliado solo una acera ante los atascos que se prevén. «Hay mucha gente que necesita el coche para ir a trabajar», constata, al tiempo que recuerda que el Ayuntamiento «cobra el impuesto de circulación».