"A África no le damos donaciones sino basura"

Juana Samanes
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Valiente. La intérprete barcelonesa, de 47 años, nunca ha callado las verdades que ella creía, lo que le ha generado algún que otro problema en el pasado

"A África no le damos donaciones sino basura" - Foto: Jorge Zapata via www.imago images.de

La actriz Candela Peña lleva, desde 1994, una carrera plagada de buenas interpretaciones, algunas premiadas con Goyas en filmes como Te doy mis ojos, Princesas y Una pistola en cada mano. Proclive a interpretar personajes complicados, en Black Beach da vida a una cooperante que trabaja en África y que se ve involucrada en una peligrosa trama por ayudar a un amigo de juventud. 

Vuelve a hacer un personaje de mujer superviviente. Cuándo se lo propusieron, ¿qué le atrajo de su papel?

En principio, mi personaje estaba concebido para que fuera masculino, pero la directora de casting Ana Sainz-Trápaga convenció al director de pasarlo a mujer. No había un gran papel escrito, lo hicimos sobre la marcha, y lo que me llamó la atención es conocer el continente africano y trabajar con Raúl Arévalo, que es una persona de la que no me voy a separar en la vida, porque somos muy complementarios y nos hacemos bien el uno al otro. 

"A África no le damos donaciones sino basura"¿Cómo ha sido rodaje en Ghana? ¿Qué fue lo que más le impresionó de su estancia en África?

Lo que más te impresiona es lo pijos que somos los del Primer Mundo y que les damos nuestra basura a ese continente en nombre de donaciones. Hemos rodado en el que se considera el cementerio tecnológico más grande de África, donde viven muchos inmigrantes ilegales de otros países cercanos. En ese lugar, los niños sobreviven pisando los restos de nuestros móviles antiguos. Allí te queda claro que no vale lo mismo la vida de un negro que la de un blanco.

Usted se ha quejado, en alguna ocasión, que en el cine español no hay papeles para mujeres de más de 40 años.

A las mujeres a partir de 40 años en las ficciones españolas nos describen enfadadas, aburridas, con niños con problemas , etcétera. Sin embargo, una mujer cuando llega a esa edad tiene muchas cosas que contar. Por eso yo he escrito una serie, Puerto y camino, para dar una visibilidad a las mujeres reales. He desarrollado ocho capítulos y me la produce Isabel Coixet. Ahora estamos enseñándosela a las plataformas para ver quién da luz verde al proyecto. La he escrito durante el confinamiento porque fui a la isla de Hierro, a grabar una producción, y tuve que quedarme allí porque me pilló la pandemia. 

El pasado año fue muy bueno laboralmente para usted, cuyos frutos estamos viendo este año. Tras el confinamiento, ¿ha podido retomar el trabajo de una forma satisfactoria?

Yo no me puedo quejar pero, en nuestro sector, solo está trabajando el 8 por ciento de la profesión, pero es mucho mayor si hablamos del entorno de la cultura. Una cultura de la que deben responsabilizarse los ciudadanos, porque durante el confinamiento mucha gente ha podido sobrevivir gracias a la lectura, a ver películas y series, a escuchar música. 

Hace años afirmó que es de combustión rápida. ¿Cree que eso le ha cerrado algunas puertas?

He tenido problemas dentro y fuera de mi sector. A medida que editorializas tu discurso puedes tener problemas. Ahora procuro controlarme en mis declaraciones, pero lo único que dije públicamente es que soy madre soltera y necesitaba un trabajo para dar de comer a mi hijo. 

Como madre, ¿cómo está viviendo usted la actual situación de vuelta al colegio? 

La educación y la cultura nos hacen libres. Y los niños en general necesitan clases presenciales y estar con sus compañeros. Es muy difícil educar a un niño pequeño a través de la pantalla de un ordenador porque no es solo transmitir conocimientos sino argumentar a través del contacto directo con los seres humanos.