Las nuevas medidas de pacificación del tráfico adoptadas por el Consistorio logroñés proponen zonas de convivencia entre peatones, ciclistas y conductores de vehículos a motor, donde antes solo había espacio para estos últimos. El Día de La Rioja ha salido en bici por las calles de la ciudad para comprobar sobre el asfalto cómo afectan estas recientes novedades y todo lo que aún falta por mejorar para que Logroño sea una capital en pro de la movilidad activa. Rodamos junto a Julio Romero, del colectivo Logroño en Bici-Ecologistas en acción (LeB), quien asegura que la bicicleta va ganando terreno, aunque «aún existen deficiencias muy mejorables, sobre todo en señalización».

Luis de Ulloa, alrededor de la Universidad
El primer carril bici, sin acceso a la UR

El primer carril específico para bicicletas en la ciudad rodea la Universidad de LaRioja (UR), pero no tiene acceso a ella. Algo de lo que sí disponen los coches. Además, está pensado para que los ciclistas accedan la UR por las afueras de la ciudad, a través del Ebro, como si fuera una ruta de ocio de fin de semana para familias, en vez de una para el desplazamiento diario de los estudiantes.

Obispo fidel garcía con Duquesa de la victoria
Aún con deficiencias, pero con esperanza

Este es el final del carril antes mencionado, el cual, en vez de continuar su trazado por Obispo Fidel García, termina para dar paso a una hilera de aparcamiento para coches. Además, antes de finalizar, los ciclistas se encontrarán con un poste de telefonía en mitad de su carril. No obstante, aún hay esperanzas para los usuarios de la bicicleta: «Por aquí, por Duquesa de la Victoria pasará el nuevo carril bici eje este-oeste de Logroño, que conectará Los Lirios con El Cubo», resalta satisfecho Romero, sobre este proyecto ya aprobado por el Ayuntamiento.

San José de Calasanz
Demanda de un conector educativo vial

Los vecinos de San José llevan años solicitando que esta calle se convierta en la conexión entre la Universidad y la zona del Ayuntamiento para las bicicletas, por medio de la ciudad. De esta forma, se favorecería el desplazamiento entre los centros educativos Sagasta, Madre de Dios, Escolapias y Caballero de La Rosa. «Así, se podría hacer algo parecido al Pedibus, pero circulando en bicis», señala el integrante de LeB.

Perez Galdós
Avanzabicis...fracaso

«Estas zonas avanzadas de parada fueron una demanda de nuestro colectivo. El problema es que también son usadas por motos y, además, su señalización vial no es la reglamentaria», lamenta Romero, al no haber conseguido su objetivo, reducir el ruido y la contaminación, e incluso favorecer las arrancadas de los motoristas.

El carril más próximo a los portales de Gran Vía es de circulación preferente para ciclos sin motor. El problema es que comparten también espacio con los autobuses urbanos, algo que se podría solucionar con una señalización correcta. «La protección del tráfico ciclista, como un carril bici segregado, debería trazarse conforme a la densidad de la vía», considera el ciclista experimentado.

Biblioteca Rafael Azcona
Los peatones recuperan espacio público

«La idea es que cada vez se facilite más el tránsito de peatones y ciclistas dentro de la ciudad. No como ahora, que se dedica un 70% del espacio a los coches», apunta Romero.

Avenida Colón
Dos carriles viales con espacio para cuatro

Cualquier ciclista novel sentiría miedo al transitar esta calle. Los coches se adueñan de la carretera a ambos lados, también en doble fila, y la bicicleta se siente una intrusa en la vía.

Albia de castro
Cicloalle con contraflujo

«Una buena infraestructura ciclista provoca una efecto llamada en la sociedad», destacó  Romero de este nuevo ciclocarril como buen ejemplo a seguir, al favorecer la accesibilidad de los estudiantes al IES Hermanos d’Elhuyar.