Allí donde late la ciudad

Bruno Calleja Escalona
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El Espolón es el corazón de Logroño, pero no siempre fue así. El céntrico paseo nació extramuros hace 263 años y ha vivido diferentes vicisitudes con la Guerra de la Independencia, la llegada del ferrocarril o la II República

Imagen de El Espolón en una postal de principios del siglo XX. - Foto: El Día

El corazón de Logroño es fácilmente reconocible en la actualidad: El paseo de El Espolón. Esta plaza, hoy epicentro de la ciudad, se encontraba hace tres siglos fuera del recinto amurallado. El Espolón nació un 2 de junio de 1757 de la mano de Lorenzo de Valcarze y Mendoza, corregidor de la ciudad, que planteó la posibilidad de construir una zona de paseo en las afueras de las murallas. 


La zona de paseo se inauguró el 7 de marzo de 1766. El complejo constaba de árboles y zonas de bancos. Las zonas de paseo se abrían junto a los muros. En 1809 se compraron los terrenos que acogían las huertas del Seminario, ubicado en el espacio hoy ocupado por la manzana de Muro de La Mata 1 al 5. La Guerra de la Independencia acabó con el proyecto tras ubicar un foso con aguas fecales en esta parcela. Finalizada la guerra, en 1816, el Consistorio atendió las peticiones de recuperación del área de paseo. En 1858 se colocaron seis estatuas de reyes, procedentes del Palacio Real de Madrid. Las figuras representaban a miembros de la monarquía hispana.

 

La llegada del ferrocarril dejó al paseo en una posición estratégica, que se reforzó con el derribo de las murallas. En El Espolón se colocó el Paseo de las Améscoas, con área infantil y zona para conciertos de música. El 28 de agosto de 1871 se proyectó el monumento al General Espartero. Las obras comenzaron en 1872 y la estatua se inauguró en 1895. El 19 de mayo de 1888, se propuso la construcción del quiosco en la parte este de la plaza para suplir al área dedicada a la música. Se inauguró el 7 de agosto de 1892. En 1895 se colocaron en torno a él las estatuas de los reyes.

 

La II República eliminó las imágenes de los reyes, que fueron destruidas tras su retirada. En 1940, con la expansión urbana de la ciudad y el derribo del Seminario, en 1935, El Espolón necesitaba un lavado de cara. Pronto dejó de ser una zona de las afueras para convertirse en el centro de la ciudad. En 1953 el quiosco se retiró y dio paso a la concha, que se inaugura en 1954 y acogía, como su antecesor, conciertos de música. Surgieron también los estanques con las fuentes en forma de ranas, los jardines y las fuentes actuales. En 1962 se construyó la fuente que rodea a la estatua de Espartero. En los años 90 sufrió otra reforma y en los últimos años se ha convertido en el escenario de exposiciones, mercados, ferias y de  muchos de los eventos de la ciudad.