Mil años de historia en un rincón olvidado

Feli Agustín
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La intervención en Valbuena contempla la consolidación de los restos del yacimiento y de la muralla, la habilitación de varios puntos de observación y un camino de madera hacia el interior de la iglesia

A los pies de la iglesia se crea una zona de gr?avas que comunicará con un entablillado de madera que conduce al interior del templo y hasta los restos de la primera basílica, del siglo XII. - Foto: Óscar Solorzano

Lo que hace un milenio no era sino un promontorio sobre el río Ebro, un lugar destinado al almacenamiento de cereal que posteriormente se vio transformado en templo románico y en convento dominico, el yacimiento de Valbuena, ubicado en el frente septentrional de la ciudad, recuperará parte de un esplendor perdido tras una década inaccesible para los ciudadanos. Como parte del PERI Excuevas-Cuarteles, la zona, donde se levantaban viviendas, se excava entre 2003 y 2005, sacando a la superficie restos del patrimonio local de varias épocas históricas. «Logroño siempre ha sido ciudad frontera; en el siglo XIX, con las guerras napoleónicas llegan aquí entre 2.000 y 3.000 franceses y fortifican este espacio, reconvirtiendo una iglesia y un convento en un cuartel», relata el concejal de Patrimonio, Adrián Calonge, que concluye el recorrido histórico del recinto en el siglo XX, cuando la construcción superpuesta de viviendas sobre el antiguo cuartel garantiza su conservación. La voluntad de dos de los componentes de la actual Corporación -PSOE y PR- coincide con la que presidió entre 2007 y 2011 Tomás Santos también con el apoyo del PR y en unas semanas retomará un proceso -de manera más modesta, eso sí,- que el que se desarrolló entre 2009 y 2010, cuando el recinto fue recuperado y abierto a las visitas.

La obra, que ha salido a licitación por 117.000, contempla la  «consolidación y restauración» de los restos del yacimiento de Valbuena, que consta de una iglesia en dos fases, la primera, fechada entre los siglos XII y XIII, de la que solo perduran parte del ábside y tres tumbas, y una segunda del siglo XVI;el claustro del convento, «perfectamente conservado»; y un antiguo molino que, a partir del siglo XVI, se convierte en un calado. «Pasan los años y, en 1808, con la invasión napoleónica se construye la muralla», explica Calonge, que informa de que la intervención en la fortificación que mira al parque del Ebro será simultánea a la del recinto. Está previsto acondicionar el  existente camino interior, que será ampliado, de tal manera que a los pies de la iglesia «se crea una zona de gravas? que comunicará con un entablillado de madera» que conduce al interior del templo y que concluye en los restos de la primera basílica. «De esta forma, se podrán observar las dos fases de la iglesia, tanto la del siglo XIII, como la monumental iglesia-salón del XVI», indica el también edil de Centro Histórico.

Desde ese entablillado de madera, relata el edil, se habilitarán dos puestos de observación, uno se ubicará en una de las capillas laterales, y el otro a los pies de la iglesia, «lo que permitirá ver el convento», que data también del siglo XVI.

«A su vez, en la zona de gravillas se creará un antepecho de protección con un tercer punto de observación para poder mirar a la muralla y al foso», relata Calonge, que informa de que la intervención en el interior se completará con un centro de recepción de visitantes, «completamentada adaptado a las exigencias de la covid» y una zona de resguardo de materiales de cara a las excavaciones arqueológicas futuras.

 Formando parte de la actuación, figura también la intervención en la muralla que mira al parque del Ebro, contigua a la que se ubica en el interior  del recinto, con la limpieza y «la excavación de la trinchera que hay debajo hasta la base»», que permitirá dejar al descubierto un muro «de casi ocho metros de alto». Pero antes,, se realizará una limpieza arqueológica, que empieza en «semanas».