El hambre voraz de plataformas y productoras por crear contenido está haciendo que cada vez sean más los libros que tienen su versión en la pequeña pantalla, una opción que casi es norma entre los best sellers, convertidos en la apuesta segura para el sector audiovisual.
Como si de una norma no escrita se tratara, casi todo libro exitoso tiene ahora una segunda vida audiovisual, y casi todos los escritores superventas tienen, o van a tener, sus libros versionados en series en los próximos meses.
En aras de comerse una mayor parte del competitivo pastel audiovisual, canales de televisión, productoras y plataformas de vídeo se afanan por encontrar historias que atraigan espectadores, y las narradas por autores superventas son un producto mucho más certero «a priori» que una obra original.
«Las adaptaciones de libros suelen funcionar mejor. No quita que haya producciones originales maravillosas, pero hay un factor riesgo en una obra inédita que no tiene tanto una adaptación, que parte con un punto de ventaja», explica Sydney Borjas, director de la agencia audiovisual Scenic Rights. No es que sea una fórmula matemática de éxito, pero «influye mucho, porque ya tienes una audiencia predispuesta positivamente, ya que generalmente, cuando alguien lee un libro y le gusta, si hay una película o una serie, la termina viendo», añade.
El pasado 26 de marzo, Amazon estrenó La Templanza, la ficción basada en el superventas homónimo de la escritora María Dueñas, y los espectadores le pudieron poner cara a Mauro Larrea (la del actor colombiano Rafael Novoa) y transportarse más fielmente al México minero del siglo XIX, a las bodegas de Jerez de la Frontera o a La Habana colonial. En los 10 episodios, sus creadores buscan repetir el éxito de la anterior versión televisiva de Dueñas, la de El tiempo entre costuras (2013). La historia de la costurera convertida en espía Sira Quiroga (protagonizada por Adriana Ugarte), una de las primeras grandes producciones audiovisuales españolas en formato serie, se convirtió en la producción más vista hasta entonces y fue el preludio de una corriente que está en plena efervescencia.
«Adaptaciones ha habido toda la vida, pero el boom de ahora es genial», cuenta María Dueñas. En su opinión, el hecho de que «nuestros libros adquieran una segunda vida» es «algo con lo que todos ganamos: gana la literatura y la ficción audiovisual».
Así, Antena 3 acaba de estrenar La cocinera de Castamar, con Michelle Jenner convertida en la protagonista del libro de Fernando J. Múñez; en Movistar+ puede verse desde diciembre a Irene Escolar interpretando a Amelia Garayoa de Dime quién soy, la exitosa novela de Julia Navarro; y Netflix también cerró 2020 con El desorden que dejas, la adaptación del libro de Carlos Montero y protagonizada por Inma Cuesta y Bárbara Lennie.
Mención de honor merece Patria, la adaptación del exitoso libro de Fernando Aramburu, que sin duda fue una de las más vistas, comentadas y premiadas de 2020.
En un futuro aún sin definir, los telespectadores podrán ver la poderosa escena del hombre caminando desnudo por el centro de Boston con la cabeza decapitada de una joven, con la que arranca el best seller de Javier Castillo, El día que se perdió la cordura; la versión serie documental de El corazón del imperio de Santiago Posteguillo y la de El corazón helado de Almudena Grandes.
También la literatura para adolescentes brilla en la pequeña pantalla. Ahí está Valeria, la adaptación de la saga de Elisabet Benavent, y que tendrá segunda temporada. Un ejemplo más de la tendencia imparable en un sector audiovisual presionado por los espectadores para dar más y más.