El ensanche de las aceras satisface a colegios y padres

Víctor Zurrunero
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Casi una veintena de centros de Logroño han solicitado al Ayuntamiento más espacio disponible en los accesos

Un grupo de padres esperan a sus hijos en la puerta del colegio Duquesa de la Victoria - Foto: Clara Larrea

Son las 12:40 horas en la calle Duquesa de la  Victoria. Entre las calles de Albia de Castro y Padre Claret se ubica el colegio público del mismo nombre. Faltan diez minutos para que comience a salir el primer grupo de alumnos, de los 679 estudiantes que tiene el centro.

Este curso, para cumplir con las  medidas sanitarias se han escalonado los accesos. «Las entradas y las salidas las hemos organizado de manera escalonada y por puertas diferentes. En la calle de Duquesa de la Victoria hay dos puertas para los cursos de Primaria. Los cursos de Infantil ingresan por otras dos puertas situadas en la Plaza de Chiribitas. Además hemos dividido cada ciclo en dos turnos de horarios», explicó la directora del centro, Rosa Ezquerra. 

 A las 8:50  entran los alumnos de 4º, 5º y  6º de Primaria y a las nueve, los cursos de entre 1º y 3º. En el ciclo de infantil, los turnos empiezan a las nueve menos diez y se van sucediendo cada cinco minutos hasta las nueve, para así distanciar las entradas por edades. 

A falta de unos minutos para la salida de los alumnos, los padres empiezan a llegar. Al principio a cuenta gotas, pero según se acerca el momento, la afluencia es mayor.

Los padres reconocen que los primeros días fueron más caóticos y se produjeron más aglomeración, pero que según avanzan los días se ve más organización. «La entrada cada vez es más fluida, hemos afinado, tantos los maestros como los padres, la hora de los niños, pero en la salida se sigue formando un poco de follón, aunque va mejorando con el tiempo», detalló una madre. La directora del centro destacó que «la actitud de los padres está siendo muy buen en general. Nos han dado sugerencias que hemos estudiado. También recibimos alguna queja en los primeros días pero muy escasas. El Ampa está colaborado muchísimo ayudándonos a difundir información y mandar mensajes entre las familias».

ACERAS MÁS ANCHAS. El Ayuntamiento ha colocado unas vallas eliminando aparcamientos, tal y como le solicitó el centro a finales de agosto. «Pedimos la eliminación de dos plazas de estacionamiento justo enfrente de la entrada principal y tres más en otra zona, en total cinco. Esto permite a los padres tener más espacio. A ellos les gusta despedirse de sus hijos y ver como entran en el centro, antes entraban al recinto, pero con las nuevas medidas ya no se permite», comenta la directora del colegio.

Casi una veintena de centros han solicitado ya algún tipo de actuación para ensanchar las aceras y dar a los peatones más espacio. Algunas de las medidas se aplicarán sólo de manera temporal durante las entradas y salidas de los colegios, cuando mayor cantidad de personas se acumulan en las zonas cercanas a las puertas de las escuelas. Así se está aprobando la interrupción temporal del tráfico en ciertas calles o carriles, según necesidades, para que los lleven a cabo el personal de los centros. 

 Con la supresión de esas plazas, el espacio para los peatones se ha ensanchado, lo que permite a los padres distanciarse más unos de otros. El centro escolar solicitó también la presencia de la policía local y desde el segundo día de curso, un agente acude para supervisar el tráfico y controlar el paso de cebra de la calle. Un poco más lejos  varios coches están estacionados en doble fila. María es madre de dos hijos, ambos acuden al Duquesa de la Victoria, uno en Infantil y otro en Primaria. Su visión, por tanto, es autorizada: «Por la mañana hay más coches en doble fila, a la salida la situación es más tranquila».

En general los progenitores valoran la reconquista de las aceras, «por mí, fabuloso todo lo que sea más espacio para los peatones», afirmó una madre. «Tendrían que haberlo hecho desde el primer día, cuando había más lío», criticó uno de los padres en el umbral del centro.

Puntualidad británica. Es la hora marcada y los escolares forman, cual guardia suiza, en el patio del colegio, guardando en lo posible la distancia de seguridad. No dejan de ser niños. En procesión, abandonan las instalaciones. Es entonces cuando sus responsables rompen la disciplina. «Los padres intentamos guardar distancia, pero cuando salen los niños, algunos se ponen más nerviosos y se juntan más», reconoce una implicada. La ceremonia acaba, de la mano, las familias marchan camino de casa. En apenas quince minutos, Duquesa de la Victoria recupera la normalidad. De lunes a viernes, ésta es la imagen protocolaria de la vuelta al cole poscovid.