Los hosteleros negociaron hasta la noche con el Ayuntamiento y lograron que en las tres calles más anchas de la zona se pudieran utilizar mesas altas y barricas,, algo que solo beneficia a una parte muy pequeña de los más de 70 bares que se concentran en pocos metros.

Aún así, esta misma mañana una patrulla policial ha comunicado en esas calles que no tenía constancia de ese acuerdo, lo que ha provocado unos minutos de tensión con algunos hosteleros, tras los que los agentes se han marchado del lugar para comprobar la información.

En Laurel no se ha permitido reabrir con mesas altas y barricas en la calle

Al margen de la anécdota "se trata de un ejemplo de cómo están las cosas, un poco enrarecidas en un día que debía ser feliz y de fiesta", ha admitido el presidente de los hosteleros de la zona, Fernando Elías, que ha recordado que "esta misma semana nos han pasado los recibos para pagar al Ayuntamiento por esos elementos".

Tanto en la calle laurel como en todo Logroño se ha establecido otra obligación para la hostelería desde hoy, facilitar a todos los clientes un código para descargarse una aplicación de rastreo "pero no se puede obligar a nadie a hacerlo", aclara Elías.

Se trata de otra herramienta más para tratar de favorecer que la hostelería siga abierta "y no tener que volver a cerrar" porque "hemos estado cinco meses sin ningún ingreso y si hay más nos va a matar a todos", concluye el presidente de los hosteleros de zona Laurel de Logroño.