Lucronium pide se que regule la instalación de supermercados

Feli Agustín
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Cree en la vigencia del comercio de ciudad, que debe mejorar calidad, a la par que necesita un compromiso municipal

El 42% de los encuestados adquiere sus juguetes en una tienda de barrio. - Foto: Óscar Solorzano

Los logroñeses siguen haciendo la compra en la tiendas de su calle o barrio, principalmente de alimentación; recurren a establecimientos especializados para la adquisición de productos concretos, como libros, regalos o muebles;y el comercio de cercanía debe insistir en la mejora de su calidad. Estas son algunas de las conclusiones que se pueden extraer del estudio sobe Deficiencias, adversidades, fortalezas y oportunidades del comercio logroñés, realizado por la asociación Lucronium, y al que han respondido 4.709 ciudadanos que, a la vez, entienden que el Consistorio debe mejorar la limpieza en las calles o el cuidado de jardines y parques.

La encuesta, a la que han respondido más hombres que mujeres –52% frente a 48%– y principalmente de edades comprendidas entre 30 y 49 años, constata que todavía hay margen para la apertura de nuevos establecimientos. «Hay falta de comercios en algunas zonas nuevas, como Los Lirios, La Cava o la zona de Toyo Ito, donde los vecinos han de efectuar sus compras en hipermercados al carecer de tiendas de barrio», explica Iván Carbonero, secretario de la asociación comercial, que señala que los vecinos de otras zonas de Logroño, que compran mayoritariamente en comercio de barrio, demandan la cercanía de establecimientos con una oferta más variada.

 «Hay zonas nuevas que están totalmente carentes de negocios y otras, con comercio tradicional, plantean mayor variedad. La gente demanda establecimientos de todo tipo», resume, a tenor de los datos de una encuesta que demuestra que la gran mayoría de los logroñeses compra productos de alimentación y droguería en su barrio y no es gran usuario de internet. Ahora bien, estas adquisiciones se realizan, en el caso de alimentos perecederos -en un 44% de los casos- y no perecederos y bebidas -en un 66%- en medianas superficies, esto es, en supermercados, que entienden  desde Lucronium que deben estar sometidos a una regulación. 

«Tironcito de orejas». «Daremos un tironcito de orejas al Ayuntamiento para que intente regularlo», explica Iván Carbonero, que constata que hay vecinos que tienen en su radio de acción directa, de unos 100 metros, «hasta cuatro supermercados», como en el entorno de Jorge Vigón. «¿Quién va a montar una frutería en esa zona?», se pregunta el representante de Lucronium que, al respecto, invita a establecer una distancia mínima entre establecimientos de estas características, al igual que sucede con la hostelería. «Son los supermercados los que hacen la competencia al comercio ciudad, ellos son el problema, no el hipermercado, razona.

Carbonero entiende que el comercio de cercanía sigue teniendo vigencia y para justificar esta afirmación señala que uno de los aspectos consultados, el hábito de compra de productos de lo más variado -de joyería a libros, juguetes o muebles- se adquieren, sobre todo, en comercios de calle especializados. «Nadie va a una gran superficie a comprarse unas gafas», afirma el comerciante que, eso sí, resalta que los consumidores exigen más calidad. «Solo un 16% de los encuestados otorga la máxima calidad al comercio de su barrio», apunta el secretario de esta asociación, que concluye que hay que intensificar el trabajo en esta área.

Apunta también que  los consumidores, que en su gran mayoría no utilizan el coche para comprar, se quejan de la limpieza de las calles o el cuidado de los parques y jardines, además de que el 40% de los encuestados asegura que aparcar en su barrio es muy difícil. «Pienso que el comercio de ciudad tiene futuro», se muestra convencido el responsable de Lucronium quien, no obstante, apunta que el Ayuntamiento debe introducir algunas mejoras en aspectos como la iluminación o «accesibilidades más sencillas y cómodas».