Este verano habrá chapuzón, pese al coronavirus. Pero será bajo los preceptos de la ‘nueva normalidad’ derivada de la pandemia: distanciamiento social, nada de aglomeraciones y turnos para la hora del baño. Lo que no está claro es si las piscinas de La Rioja abrirán cuando la región entre en la fase II de la desescalada o se mantendrá el inicio de la temporada para la segunda quincena de junio, como habitualmente se establece. 

Instituciones y entidades que gestionan estas instalaciones esperan directrices claras por parte de la Consejería de Salud, sobre todo después de que el Gobierno publicara el sábado en el BOEuna nueva orden ministerial de Sanidad, autorizando la apertura de las piscinas de uso recreativo en la fase II, limitando el aforo al 30 por ciento de su capacidad máxima y controlando el acceso con cita previa.

Desde Salud, confirman que la apertura de las instalaciones será decisión de los titulares, que deben comunicarlo a la Consejería con antelación. Además, desde el Gobierno riojano se ha enviado a las instalaciones una serie de recomendaciones sanitarias para preparar las piscinas antes de abrir al público. También un documento con medidas preventivas que ayuden a minimizar la transmisión del Covid-19 y a garantizar la seguridad y la salud.  

Ante el nuevo escenario, el debate ahora no se centra solo en la fecha en la que se generalizará la apertura de las piscinas al público, sino en si desde el punto de vista presupuestario y sanitario es viable retomar la actividad.

La entidad municipal de Logroño Deporte está trabajando desde hace semanas en la puesta a punto de Las Norias, El Cortijo y Varea para reabrir este verano, especialmente ante la situación «complicada» de muchas familias que no tendrán opción a vacaciones, según reconoce el concejal de Deportes, Rubén Antoñanzas. 

Confirma que las piscinas abrirán después de San Bernabé, como es habitual. No ofrece una fecha concreta, pero sí asegura que será en torno a la segunda quincena de junio y que, pese a que Sanidad permite adelantar la apertura a la fase II, en el caso de las instalaciones de Logroño Deporte no se trabaja con ese escenario. 

La entidad municipal está ahora inmersa en poner a punto las instalaciones, en contratar al personal para la temporada, en adaptar el sistema informático para poder garantizar el servicio de cita previa y en gestionar el control de aforos que aunque ahora está limitado al 30%, el edil confía en que en unas semanas se amplíe la limitación a la mitad de la capacidad máxima. 

 Sobre dividir la zona de solarium, Antoñanzas espera mayor concreción del Estado para establecer un sistema de control de aforo. No obstante, considera que en zonas como Las Norias, hay superficie suficiente para no tener que fijar delimitaciones físicas sobre el terreno.

Lo que sí tiene claro es que la zona de toboganes no estará abierta al público hasta tener garantizada la seguridad de los trabajadores y abonados.