La SDL rehabilita su imagen

M. A. G-S.
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Los riojanos remontan en Tarazona para sumar un triunfo que les acerca la permanencia y les permite soñar con la Pro

La plantilla blanquirroja regresa a Logroño líder tras imponerse por 1-2 en Tarazona. - Foto: SD Logroñés

Ficha técnica:

Tarazona: Company; De la Mata (Rodri, 55), Pelón, Chus Herrero, Lucho (Santiago, 70); Santigosa, Vidorreta, Leo Ramírez (Flórez, 70); Abreu (Campins, 55), Brando (Ballarín, 55)y Casi.

SDL: Jero; Borja Aizpún (Alain, 68), Caneda, Ledo, Loza; Calderón (Diego Esteban, 77), Emilio, Rodellar, Achi (Bilal, 77); Imanol (Pirri, 77)y Juan Antonio Sánchez (Javito, 60).

Árbitro: Pardeiro Puente (Cántabro). Amonestó a Flórez, Chus Herrero, Vidorreta y Lucho así como a Juan Antonio Sánchez, Javito, Ledo y Caneda.

Goles: 1-0 M. 17: Casi fusila a place en el área pequeña; 1-1, M. 30: Emilio Lozano manda a la escuadra una falta botada desde la frontal; 1-2, M. 32: Achi penaliza a la contra una pérdida local.

Incidencias: Municipal de Tarazona. Sin público.

 

La SDL se acerca a la permanencia matemática en Segunda B y sueña con la Pro después de remontar, tras cinco minutos sensacionales, a un Tarazona que arrancó bien pero acabó enredado en la trampa riojana. La victoria blanquirroja tuvo un mérito enorme. Emilio Lozano, con su segundo golazo consecutivo, y Achi premiaron el arrojo de los de Aguilá que, tras regalar los veinte primeros minutos, fueron superiores en todo. La victoria, escasa por el volumen de ocasiones de las que dispusieron los logroñeses, deja a la SDL con 22 puntos, cinco sobre un Tarazona tocado. La ‘crisis’ iniciada en Mutilva toca a su fin. Paradójicamente, los de Logroño y los del Valle de Aranguren suman 22 puntos. Condenados a luchar por la permanencia, encaran los últimos cinco encuentros con el ascenso a su alcance.

 

Apostó Aguilá por dos puntas-tanque, Imanol y Juan Antonio Sánchez, sacrificando sujeción en el centro del campo y el Tarazona, de inicio, gestionó a su antojo el partido. Una contra de Abreu y dos llegadas inconclusas de Lucho fueron el balance de un primer cuarto de hora de control local.

 

Los turiasonenses no tardaron en encontrar el premio en el 17. Santigosa controló en la frontal y, mientras los riojanos solicitaban falta, filtró un buen balón a Casi que aprovechó el desconcierto visitante para hacer el 1-0. La SDL, ensimismada, estaba ya por debajo. El plan de partido había que cambiarlo. Y se cambió. El equipo de Aguilá dio un paso adelante, Imanol y Juan Antonio Sánchez comenzaron a insidiar a la zaga aragonesa que comenzó a sentirse insegura. Los turiasonenses echaron un paso atrás y la SDL inclinó el campo a su favor. Así, a la media hora, llegó la igualada, justo premio al empuje blanquirrojo. Juan Antonio Sánchez cayó en la frontal, Emilio reclamó la pelota y, con mesura, la puso en la escuadra de Company, al que no le quedó otra que rendirse al golazo.

 

El empate fue la antesala del arreón riojano. Como en el Mundial, en cinco minutos la SDL fue un torrente ofensivo que se tradujo en un balón salvado por la zaga sobre la raya (Juan Antonio Sánchez, desbocado, salvó de vaselina al portero pero no al defensa), un remate sibilino de Emilio Lozano que se fue rozando el palo, un disparo bien salvado por Company y el gol del 1-2, materializado por Achi en una gran contra.

 

El partido se desbocaba, con una SDL muy directa que debió sentenciar aunque antes de que Caneda tuviera el 1-3 en una peinada, Jero puso una mano providencial para evitar el empate. El ritmo frenético no convenía al equipo riojano que le puso calma para alcanzar el vestuario con ventaja. La rabiosa reacción valía el liderato, momentáneo, pero quedaba un acto para ratificarlo.

 

Tras el descanso, la SDL se serenó, cedió la iniciativa a un Tarazona que no supo qué hacer con la pelota. Los riojanos bloquearon las líneas de paso mientras que los turiasonenses tuvieron un control inocuo. El equipo de David Navarro sabía que si daba un paso adelante, los Achi, Imanol o Juan Antonio Sánchez podían castigarle. Por contra, su único recurso para la igualada era Casi, un incordio.

 

A la hora de juego, el Tarazona, pese a su triple cambio (Rodri, Ballarín y Campins) seguía sin ver a Jero mientras que Aguilá optó por echar más cemento en la medular, sacrificando a un exhausto Juan Antonio Sánchez, enorme su despliegue físico, no marcó pero hizo todo con sentido, por Javito. El control de la situación era riojano. Todos los balones divididos, todas las disputas se las llevaba una SDL, imperturbable, segura y, sobre todo, fiable. Pero la incertidumbre del resultado seguía ahí. De hecho, el empate pudo llegar en un centro muy peligroso de Ballarín que no encontró rematador. Fue el aviso de lo que estaba por venir. Quedaban quince minutos y el Tarazona se asomaba al abismo. Pero no hubo acoso ni derribo. A los aragoneses les faltó fe y a los riojanos les sobró oficio. La permanencia está virtualmente conseguida. Es tiempo de soñar en grande.