La empresa del Gran Casino planea reabrirlo para turismo

Gustavo Basurto
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Grupo Orenes quiere mantener su presencia en Logroño y reconvertir el céntrico edificio al margen del sector del juego, aunque sus proyectos dependen de la coyuntura económica

El emblemático edificio de la calle Sagasta aguardará a que la situación económica mejore en busca de nuevo uso. - Foto: Óscar Solorzano

En 2005, la apertura del Gran Casino de Logroño fue todo un acontecimiento, por aquello de que no se trataba de un negocio cualquiera y porque sus promotores querían convertir a la capital riojana en todo un referente del sector del juego en la zona norte del país. 15 años después, el cierre de este establecimiento, que nunca tuvo el florecimiento pretendido, ha pasado casi inadvertido en un panorama de crisis sanitaria y económica que fagocita todo el interés informativo.

La pandemia del coronavirus ha sido el golpe de gracia, pero como reconocía la empresa propietaria, el Grupo Orenes, en una nota de prensa en la que anunciaba la despedida, las pérdidas acumuladas en los últimos 15 años por valor de 12,5 millones de euros lastraban la rentabilidad del establecimiento.

Sin embargo, el destino del singular edificio del 10 de la calle Sagasta seguirá en manos de Orenes, que tiene interés por seguir vinculado a Logroño y a La Rioja y que sopesa proyectar un nuevo uso para el inmueble, eso sí, sin el tintineo de las ruletas ni las voces de los crupiers en sus salas.

«Queremos seguir ligados a La Rioja; siempre hemos recibido una buena colaboración aquí, es una región con gran futuro y así se lo hemos dicho a las administraciones», asegura el secretario general y director de Relaciones Institucionales del Grupo Orenes, Pedro García Cuestas.

Como explica el directivo de esta compañía del sector del ocio y la restauración, que tiene presencia por toda España y en México y que gestiona hoteles, restaurantes, casinos, bingos, salas de juegos y apuestas deportivas, la decisión es no desprenderse del edificio de Logroño y planificar su reapertura con otro uso diferente al del juego.

La incertidumbre económica del momento no ha permitido a Orenes a determinar al cien por cien cuándo podría retomar la actividad en sus instalaciones del centro de Logroño, ni qué tipo de negocio desarrollará en el emblemático edificio, pero el grupo empresarial, con sede central en Alicante, sí tiene claro su objetivo de volver a operar en La Rioja.

A expensas de que la coyuntura económica vaya despejándose, el secretario general de Grupo Orenes avanza, en declaraciones a El Día de La Rioja, que la idea de la compañía es reabrir las instalaciones de lo que hasta hace poco era el Gran Casino para uso turístico, un sector en el que esta compañía tiene presencia en otros lugares del país. «Desarrollamos muchas actividades; le daremos uso al edificio», apostilla García Cuestas, que apunta que la compañía estudia qué tipo de proyecto será el más adecuado «para ponerlo en valor».

Insiste el directivo de Orenes en que el momento actual no es el más propicio para tomar una decisión definitiva sobre el tipo de negocio que se pondrá en marcha en Logroño ni en qué fechas, pero aclara que la voluntad de poner en funcionamiento de nuevo un local «tan singular y bonito» es firme.

La empresa quiere contar con la colaboración del Ayuntamiento de la capital y del Gobierno de La Rioja para «hacer lo que mejor se pueda» en el inmueble, enclavado entre las calles Sagasta, Marqués de San Nicolás y Ruavieja. «Por la singularidad del edificio y la demanda de servicios que hay en Logroño y en La Rioja, la actividad que desarrollemos tiene que ir ligada al turismo», avanza el secretario general del Grupo Orenes.

Esa actividad turística podría estar relacionada con la restauración, con el alojamiento de turistas o con ambas a la vez. «El edificio puede albergar muchas cosas y barajemos distintas opciones», aclara Pedro García Cuestas, que remarca que el inmueble «no se quedará parado», sino que «se le dará vida, porque es emblemático y se encuentra en un lugar muy céntrico».

Otra cosa es hablar de plazos. Ahí, el grupo empresarial no se aventura a adelantar previsiones, porque aún no se ve luz al final del túnel de la crisis y el turismo, el sector en el que contemplan operar en Logroño, es uno de los que más tardarán en recuperarse.

Ruta jacobea, enoturismo... García Cuestas destaca que Logroño ofrece reclamos interesantes para la actividad turística, como el Camino de Santiago y todo lo relacionado con la cultura del vino y La Rioja es una región en la que Orenes siempre ha confiado, a pesar de los negativas cifras de negocio que ha tenido el Gran Casino en sus años de funcionamiento.

Y es que, desde sus inicios en el año 2005, el proyecto del Gran Casino «ha sufrido», resume el secretario general de la compañía propietaria. En sus instalaciones, el grupo Orenes ha invertido durante ese periodo 13 millones de euros y ha acumulado unas pérdidas de 12,5 millones. 

En los últimos meses, la parálisis provocada por la pandemia ha agravado la situación y ha abocado a «la dura decisión» del cierre, como apuntaba la empresa en su comunicado de despedida.