"No puede volver a pasar lo que ocurrió en algunos hospitales"

Ana Martínez (EFE)
-

Este doctor del Complejo Hospitalario de Santiago no dudó ni un minuto en ponerse al frente de un operativo para transformar en solo 48 horas un geriátrico en un hospital. El resultado fue un éxito sanitario y humano

"No puede volver a pasar lo que ocurrió en algunos hospitales" - Foto: Lavandeira jr

Los médicos y sanitarios que han estado en primera línea del coronavirus en los dos últimos meses saben perfectamente cuál es el modus operandi que tienen  que realizar de cara al futuro. Están más que curtidos y preparados para posibles nuevos casos u otra ola en otoño. «Todos debemos tener claro en un futuro qué botón hay que pulsar y qué hay que hacer». El médico internista Ignacio Novo montó en 48 horas una suerte de hospital en un geriátrico para atender a los usuarios de centros de mayores infectados por la COVID-19, una enfermedad que «nos pilló a todos desprevenidos», confiesa, pero ahora urge planificar por escrito el Modo Residencia COVID.

Este sanitario vocacional, que ejerce en el Complejo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS), no duda de cuál sería su reacción ante un rebrote: «Soy médico. Volvería».

¿Sabía usted bien a lo que iba al principio cuando le llamaron para ir al geriátrico?

Fue todo de golpe y porrazo, pero tuve la suerte de contar con mucha gente que se puso manos a la obra desde el inicio. Nadie dijo que no a nada. En 48 horas estábamos disponibles para recibir a pacientes y atenderlos más o menos como si fuese una planta de hospital. Todo el mundo puso de su parte.

¿Cuánta gente participó en total?

120. En el día a día, un médico por planta, así como un enfermero y cuatro auxiliares. Cuando estaba todo lleno. Un cuarto enfermero hacía de apoyo, estaban cuatro por cada turno, y aparte todo el personal sanitario, de administración, psicólogo, terapeuta, lavandería, limpieza y cocina. Se fueron haciendo esquemas de trabajo para evitar una exposición constante de la misma gente.

Muchas horas invertidas. ¿Duro?

Trabajamos mucho. Durante un mes no descansé ni un solo día, estuve aquí un montón de horas, casi vivía aquí dentro. Duro por enfrentarse a lo desconocido, pero no por la organización del entramado. Muchos fueron los que aprendieron enseguida cosas que no habían hecho en la vida. Sacamos adelante a gente que estaba muy malita. Las familias, con las llamadas con vídeo, se mostraban emocionadísimas. Súper contentas con nosotros. Ninguno de los atendidos se ha vuelto a contagiar. Yo me quedo con todo eso.

¿Volvería a hacer lo mismo? 

Sin dudarlo, y creo que es una respuesta unánime. Aportamos ese algo a la vida de mucha gente. 

Se esfuerza mucho en transmitir la necesidad de tener las cosas claras en toda España.

Claro. Es una lección. Tenemos la obligación profesional, ética y moral de prestar una atención de calidad, global y que sea equitativa. Ello implica tener las cosas claras desde el minuto cero, todos, en toda España, a la vez. Todo esto que hemos aprendido hay que ponerlo en común, por escrito. No puede volver a pasar lo que ocurrió en algunos centros del país, porque no ha sido culpa de ellos. Nos pilló a todos desprevenidos. Esto era una cosa nueva.

Y ahora, ¿ya estamos preparados?

Esta vez cada uno hizo lo que pudo. Pero es necesario que tengamos un botón al que darle y una vez le demos sepamos todos en todas partes qué hay que hacer. Ese botón ha de estar en nuestra mente: Modo Residencia COVID. Y ha de ser extensivo a todo el país. Es crucial, además de la transparencia, el mantener a las familias bien informadas.

¿Hubo muchos sacrificios personales en su caso?

No se puede pensar en sacrificio ante una situación tan tremenda con la ciudadanía desesperada. Mi mujer es médico. Tenemos dos niñas, y se lo explicamos en los días iniciales. Saben que sus padres están haciendo un trabajo importante. He comido mal y he perdido peso, eso sí.

¿La medicina interna es una especialidad que está casi más centrada en las personas que en la técnica?

Puede. Soy tutor docente y siempre hago la misma pregunta: ¿Lo tienes claro? No hay que esperar mayor reconocimiento que el de que un paciente esté contento.