Cuando ves las orejas al lobo, a un lobo que por cierto ya se ha llevado a tu hermano el corderito más pequeño, entra en casa a refugiarte, o al menos llévate encima un arma para poder enfrentarte. Y la mejor arma para el coronavirus, mientras no haya vacuna, es la mascarilla. Y los riojanos han visto las orejas al lobo, y también han hecho caso a ese otro refrán de cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar. Y ante los brotes que ha habido en localidades vecinas como por ejemplo en Tudela en una boda que incluso han afectado a cinco personas de La Rioja y ante otras noticias de que los contagios ya se asemejan a los de marzo, pues muchos riojanos ya salieron ayer de sus casas con las mascarillas puestas. Y eso que aún no era obligatorio su uso como ya lo es hoy porque así lo publicó el Boletín Oficial de La Rioja (BOR).
Ya no solo se veía a más gente paseando con mascarillas, sino que también se podían ver hasta en las terrazas de los bares donde hasta ahora era raro verlas. El presidente de la Asociación de Bares de La Rioja, Francisco Martínez Berges, explicaba ayer a El Día de La Rioja que «los rebrotes empiezan a calar y la gente tiene miedo, y se ven las mascarillas hasta en las terrazas». Y en los supermercados tampoco habrá ya ningún recelo a ponérselas. El secretario de FER Comercio, Fernando Cortezón, indicaba también que aunque el uso en las tiendas ya era obligatorio, ahora se ven más fuera (no se las quitan al salir).
Y ya no es solo por las multas que se impondrán, sino también por la propia seguridad personal, y porque nadie quiere volver al confinamiento.
El doctor Pablo Barreiro es médico especialista de Medicina Interna, y codirector del máster de Bioética online de UNIR, explica que esta medida que se ha tomado en La Rioja responde a la prevención teniendo en cuenta que además «La Rioja es hoy una de las comunidades menos afectadas por los nuevos contagios». Eso sí, para el doctor, esta medida de obligatoriedad es más de educación sanitaria, para que la gente salga protegida de su casa, y de hecho, para que el que se vea ‘raro’, o al que se mire más es al que no se la ponga.
Lo que se está intentando hacer es que todo el mundo vaya con mascarilla. «Y a final se hará en toda España, aunque tiene más sentido en las ciudades».
Pero es que empiezan las vacaciones y aún va a haber más gente en las calles y sitios públicos.