Natxo González vive el día a día sin mirar a medio o largo plazo. Esta tarde, a partir de las 16 horas, se la juega igual que se la jugaba en Lezama y todos sabemos cómo acabó el envite. Al décimo intento, liguero, el técnico alavés buscará su primera victoria liguera al frente de una Unión Deportiva Logroñés que acumula más de cien días de orfandad victoriosa. El rival para poner fin al ayuno es el Alcoyano, un equipo cuyo moral tampoco está por los cielos. Es más, los alicantino firmaron en las seis primeras jornadas 16 puntos. Quince jornadas después solo han sumado diez más, lo que explica su involución. Ganar, ganar o ganar es el mantra al que se agarran los blanquirrojos aunque el seguidor alcoyano también hace suya esta imperiosa necesidad.

Como el fútbol tiene mucho de azar y capricho, se da la circunstancia de que la última victoria blanquirroja llegó en El Collado, feudo del Alcoyano, el lejanísimo 23 de ocubre. Desde entonces, ninguna victoria y sí ocho empates en 12 jornadas, circunstancia que ha hecho que los blanquirrojos retrocedan desde la décima plaza a la peligrosa decimoctava. La permanencia está a cinco puntos y queda claro que si los blanquirrojos son capaces de ganar a los de Alcoy, se acercarán a dos a éstos y resolverán, a su favor, un average que puede ser fundamental por la salvación.

El preparador vitoriano podría hacer debutar a Eudald Vergés y Emmanuel Attipoe, al tiempo que confía en Clau Mendes, que ya está al cien por cien, en Ricardo Schutte, goleador en El Collado, y Viní Tanque para resolver sus problemas ofensivos (solo un gol en lo que llevamos de 2023).