Este miércoles, bajo la dirección de Joan Soteras, vicepresidente de la RFEF, máximo responsable de la Federació Catalana de Fútbol y presidente del Comité Ejecutivo de Segunda B, tuvo lugar la primera reunión del  Comité Ejecutivo de la Primera División RFEF, categoría popularmente conocida como Pro y que a partir de la temporada 2021-22 se erigirá en la más importante de las categorías masculinas no profesionales a nivel nacional.

La tercera competición del fútbol masculino, que reunirá a 40 clubes, no tendrá carácter profesional, circunstancia que ha causado gran desazón entre los futbolistas que albergaban esperanzas de obtener el statu profesional con la reestructuración de las categorías dependientes de la Federación Española.

En dicho encuentro federativo se trataron aspectos relacionados con la venta de futuros activos comerciales, la estrategia de comunicación del torneo, diversos aspectos contractuales o la valoración de propuestas en materia de los recintos deportivos que albergarán a partir de la próxima temporada los partidos de los cuarenta conjuntos que compondrán la Primera División RFEF y que se dividirá en dos subgrupos (la actual Segunda B consta de 102 clubes distribuidos en cinco grupos).

El Comité Ejecutivo ha analizado pormenorizadamente la información relativa a los veinticinco clubes que han conseguido ya el ascenso.

Los veinticinco clubes que ya han ascendido son Zamora (1A), Burgos, Cultural Leonesa y Valladolid Promesas (1B), Real B y Amorebieta (2A), Tudelano y Calahorra (2B), Nàstic y Barcelona B (3A) Ibiza, Alcoyano y Villarreal B (3B), Algeciras, San Fernando y Sanluqueño (4A), UCAM Murcia, Linares y Betis B (4B), Sanse, Castilla y DUX Inter (5A) más Badajoz, Extremadura y Talavera (5B).

Tomás Lorente, presidente del Calahorra, se mostró satisfecho con el ascenso y de cara a la próxima temporada asumió que la Primera RFEF «es un escalón necesario. El objetivo es avanzar hacia la profesionalización de la categoría y eso es bueno».